La ciencia cubana, hija y soldado de la Revolución
«El futuro de nuestra Patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia», auguró el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en 1960, recién nacida la Revolución y, desde entonces, a pesar de las sempiternas agresiones y limitaciones, no se han escatimado esfuerzos para situar a Cuba, en materia de avances científicos, a la altura de muchos países desarrollados.
Por ello, hablar de ciencia cubana y de incondicionalidad al proyecto social que la aúpa y reverencia, es la misma cosa, sean cual sean los tiempos.
Y de esa incondicionalidad habla, precisamente, la Declaración de la Academia de Ciencias de Cuba, mediante la cual «los científicos cubanos respaldamos a nuestro Gobierno y rechazamos el show mediático gestado por el llamado Movimiento San Isidro, que, a través de injerencias, manipulaciones y provocaciones, pretende desestabilizar la Revolución».
El comunicado, que es también una declaración de principios y hasta de amor, expresa el repudio de este sector a cualquier política imperial que pretenda dividir a nuestro pueblo.
Subraya, además, que los científicos se mantendrán «fieles a la obra realizada desde 1959 por nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para desarrollar la ciencia en nuestro país, que hoy exhibe notables logros, constatables en el combate a la pandemia ocasionada por el nuevo coronavirus».
La voluntad de continuar desarrollando las instituciones académicas cubanas, las universidades, centros de investigación y sociedades científicas, es otro de los pronunciamientos incluidos en el texto, y que viene a confirmar la entrega a toda prueba.
También se reitera, una vez más, el compromiso con el perfeccionamiento de la sociedad socialista cubana. «En esa dirección, compartimos las palabras del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando planteó: «Nuestro pueblo tiene todo el valor y la moral para sostener una pelea por el corazón de Cuba». Y los científicos cubanos somos parte indisoluble de este pueblo.
La ciencia cubana, que se ha crecido en estos tiempos de pandemia, que se ha vuelto más robusta ante las dificultades, que ha apoyado como nadie en el enfrentamiento a la covid-19 y que le ha regalado a Cuba el alegrón de contar con cuatro candidatos vacunales, sigue siendo, sin duda, hija y soldado de la Revolución.