Al argumentar que solo el fin de las medidas coercitivas de unos países contra otros permitirá a la comunidad internacional lograr una respuesta eficiente y completa ante la pandemia de la COVID-19, el representante del Gobierno de China ante la ONU exigió, específicamente, el cese inmediato de las sanciones que Estados Unidos impone a Cuba y a otras 24 naciones.
 
Zhang Jun denunció el efecto devastador que estas disposiciones unilaterales provocan en el contexto de la crisis sanitaria, y lamentó que Washington y otras potencias occidentales recurran al castigo, en momentos en los cuales debiera multiplicarse la solidaridad y la cooperación.
 
La coerción –acotó– tiene un impacto innegable en los derechos humanos e impide avanzar hacia el desarrollo socioeconómico; pero en la urgencia de contener al nuevo coronavirus, limita gravemente el acceso a productos, equipos y servicios de Salud.
 
Zhang Jun habló en nombre de Cuba, Angola, Antigua y Barbuda, Belarús, Burundi, Cambodia, Camerún, Eritrea, Laos, Irán, Siria, Myanmar, República Popular Democrática de Corea, Guinea Ecuatorial, Sudán, Namibia, Nicaragua, Pakistán, Palestina, Rusia, San Vincente y las Granadinas, Sudán del Sur, Suriname, Venezuela y Zimbabwe.