El sagrado altar de la Patria que enaltece tan grandes símbolos como Martí, Fidel, Céspedes, Mariana, los mártires del 26 de Julio, de la insurgencia y de las honrosas misiones internacionalistas, acaba de realzar su prestancia tras intensas jornadas de restauración y conservación acometidas en sus monumentos funerarios, en el cementerio patrimonial Santa Ifigenia.
 
Aprovechando la suspensión a causa de la COVID-19, de visitas al camposanto, se decidió acometer el mantenimiento especial de esa línea frontal del llamado «museo a cielo abierto», donde la senda de los padres fundadores de la nación se ha convertido, con cerca de dos millones de personas acogidas, en el lugar histórico del país más frecuentado desde su apertura el 10 de octubre de 2017.
 
«Como es conocido –señala la arquitecta Odalys Quintana Catón, urbanista del plan maestro de la Oficina del Conservador de la Ciudad, a cargo de la necrópolis–, se trata del área dedicada al mausoleo del Héroe Nacional, el monolito del Comandante en Jefe, y los panteones del Padre y la Madre de la Patria, asaltantes del Moncada, luchadores clandestinos e internacionalistas.
 
«En todos ellos –precisa–, coincide la presencia de mármoles, bloques o losas de granito, piedras de cantería, objetos de bronce, y otros elementos que ya exhibían la agresividad del medioambiente con la cercanía del mar, la humedad reinante, un intenso sol, el tránsito vehicular y la amplia afluencia de público, por solo citar algunos agentes nocivos».
 
Partiendo de la problemática detectada, indistintamente se asignaron los objetos de obra a entidades con experiencia en el lavado especial de los monumentos, la eliminación de fisuras, rectificación de juntas, trabajos de herrería, y pulido de metales, así como de artistas restauradores y especialistas en jardinería y áreas verdes en general.
 
En la roca monumento, nuevamente estuvo su ejecutor Antonio Samuel Matos Díaz, de la Empresa de Construcciones Militares, quien calificó de honor continuado devolverle a la piedra, de 50 toneladas de peso, su aspecto inicial, el mantenimiento a la tapa de mármol verde de Guatemala con el nombre fidel, el brillo de los objetos de bronce y la limpieza del conjunto en general.
 
En el imponente mausoleo del Apóstol, luego del lavado exterior e interior del conjunto arquitectónico de 26 metros de altura, fue impermeabilizada la cubierta y restaurados las juntas, escalones y 29 monolitos que recuerdan el número de campamentos en que estuvo Martí desde su desembarco por Playitas.
 
De mucha dedicación requirió el tratamiento a la escultura y demás objetos de bronce en la tumba de Mariana Grajales, la pureza del mármol blanco del conjunto de Carlos Manuel de Céspedes, y la limpieza especial de la llama eterna y la corona de olivo y laurel que la acompaña en el centro de esta zona patrimonial.
 
Como el primer día, lucen la pirámide con el Concepto de Revolución del Comandante en Jefe Fidel Castro, el panteón de los combatientes caídos en misiones internacionalistas y el retablo de los Mártires del 26 de Julio, y en su parte posterior los nichos de destacados luchadores que ofrendaron sus vidas en la insurgencia.
 
La atención a las luminarias vehiculares y peatonales, y a las áreas verdes, completan la intervención realizada en dos semanas por entidades como la Empresa de Restauración y Conservación, Construcciones Militares No. 1, Retomed, Cupet, la Oficina del Historiador de La Habana, la Oficina del Conservador de la Ciudad y su escuela taller Ugo Luisi, Caguayo, el Fondo de Bienes Culturales y la granja urbana La Mariposa.