La Solidaridad no se puede bloquear
Date:
30/10/2000
Source:
Granma
Barquisimeto es la tercera escala de la histórica visita que realiza nuestro Comandante en Jefe a Venezuela. Aquí llegó, impactado por lo que había visto y vivido en Barinas, pero esta vez a uno de los lugares y ante el tipo de auditorio que más disfruta: un centro de educación superior y la presencia de miles de estudiantes, 10 000 dijeron los organizadores del acto.
El escenario: la sede de la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre, donde también se congregaron estudiantes de las universidades de Yacambú, Fermín Toro, Pedagógico, Politécnico UCLA e institutos politécnicos.
El rector del Pedagógico, Wiliam Manrique, tuvo a su cargo las palabras de bienvenida a los mandatarios de Cuba y Venezuela, ante quienes también hablaron Enrique Correa, presidente del Centro de Estudiantes de Agronomía de la región, y Hassán Pérez, presidente de la FEU, de Cuba. Todos los oradores destacaron el papel de Cuba como fuente de inspiración para otros pueblos y la satisfacción de ver ahora a cubanos y venezolanos como hermanos, como Bolívar y Martí hubieran querido que fueran siempre.
Presionado por el tiempo, Fidel les anunció que tendría que ser breve porque ya estaba atrasado el programa y pendiente el juego de pelota. Fue entonces cuando aquella multitud comenzó a dar gritos de ¡No!, y a levantar consignas antimperialistas. Los jóvenes venezolanos querían escuchar al hombre que con más audacia, coraje y dignidad había rechazo al más grande imperio de la historia. Fidel primero compartió con ellos las mil anécdotas que trajo de tierras de Barinas y de la deuda social acumulada en este rico país; después les habló de la necesidad de que el pueblo se organice, para poder acompañar a Chávez en este proceso que tiene, según dijo, una tremenda importancia no solo para Venezuela, sino para América Latina.
Para que comprendieran la necesidad de esa unidad, recordó todo lo hecho por la Revolución cubana, "pero no lo hago por vanidad, sino para demostrar todo lo que puede conseguirse con la unidad y el esfuerzo de todos".
Por eso me gusta tanto la estrofa del himno venezolano que dice: "Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó...", porque no hubo pueblo alguno que resistiera con tanto heroísmo como el cubano el bloqueo al que los poderosos vecinos del Norte nos han sometido durante más de cuatro décadas. La gran gloria de nuestro pueblo fue haber resistido, además, los últimos diez años sin rendirse cuando la caída del campo socialista nos impuso un doble bloqueo.
Yo me atrevo a decir, les reiteró, que Venezuela ocupa hoy un lugar privilegiado porque este país y este pueblo están en mejores condiciones que nadie para luchar por la unidad de América Latina. Es el gran papel de Venezuela y de este pueblo. Nosotros somos una pequeña islita en la que solo hemos cumplido el deber de defender esa trinchera, que Bolívar quiso un día liberar.
Cuba hoy, dijo, puede decirle a Bolívar que aquella islita a la que él soñó liberar no pudo tragársela el gigante del Norte ni habrá fuerza en el mundo capaz de doblegarla. De esta forma, el tema de la unidad y de la necesidad de universalizar la cultura como único medio de ser libre, estuvieron presentes en su intervención, la cual aprovechó para invitar a 250 estudiantes de los allí reunidos para intercambiar con nuestros jóvenes universitarios sus experiencias en el campo de la educación.
Anteriormente, el Presidente Hugo Chávez intervino, y tras elogiar el discurso de Hassán Pérez, les contó brevemente cómo los estudiantes cubanos se forman en contacto con la comunidad, palpando el sentir del pueblo. Y qué mejor que la juventud, dijo, para iluminar los destinos de los pueblos. Por ello, les advirtió: "¡Cuenten ustedes conmigo por ahora y para siempre, para juntos darle la gloria que este pueblo merece!".
A las 6 y 30 de la tarde llegaron a Barquisimeto, Fidel y el Presidente Chávez, por la base aérea Teniente Landaeta Gil. El gobernador Luis Reyes y el alcalde Henry Falcón, junto con las autoridades militares les dieron la bienvenida en la terminal área de la ciudad. El Alcalde del municipio de Iribarne, donde está enclavado Barquisimeto, leyó el decreto No. 40 por el que le otorgaban las Llaves de la Ciudad y el pergamino correspondiente al Presidente cubano, quien en breves palabras agradeció el gesto.
Solo unas horas estuvo Fidel aquí, pero fueron suficientes para sedimentar una amistad que arrancó con Bolívar y que nuestros pueblos se han encargado de que perdure. Cuarenta años de bloqueo no borraron las raíces de esta hermandad y hoy con este acto y el cariño manifestado por los barquisimeños, se demostró igualmente que la solidaridad no puede bloquearse.
El escenario: la sede de la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre, donde también se congregaron estudiantes de las universidades de Yacambú, Fermín Toro, Pedagógico, Politécnico UCLA e institutos politécnicos.
El rector del Pedagógico, Wiliam Manrique, tuvo a su cargo las palabras de bienvenida a los mandatarios de Cuba y Venezuela, ante quienes también hablaron Enrique Correa, presidente del Centro de Estudiantes de Agronomía de la región, y Hassán Pérez, presidente de la FEU, de Cuba. Todos los oradores destacaron el papel de Cuba como fuente de inspiración para otros pueblos y la satisfacción de ver ahora a cubanos y venezolanos como hermanos, como Bolívar y Martí hubieran querido que fueran siempre.
Presionado por el tiempo, Fidel les anunció que tendría que ser breve porque ya estaba atrasado el programa y pendiente el juego de pelota. Fue entonces cuando aquella multitud comenzó a dar gritos de ¡No!, y a levantar consignas antimperialistas. Los jóvenes venezolanos querían escuchar al hombre que con más audacia, coraje y dignidad había rechazo al más grande imperio de la historia. Fidel primero compartió con ellos las mil anécdotas que trajo de tierras de Barinas y de la deuda social acumulada en este rico país; después les habló de la necesidad de que el pueblo se organice, para poder acompañar a Chávez en este proceso que tiene, según dijo, una tremenda importancia no solo para Venezuela, sino para América Latina.
Para que comprendieran la necesidad de esa unidad, recordó todo lo hecho por la Revolución cubana, "pero no lo hago por vanidad, sino para demostrar todo lo que puede conseguirse con la unidad y el esfuerzo de todos".
Por eso me gusta tanto la estrofa del himno venezolano que dice: "Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó...", porque no hubo pueblo alguno que resistiera con tanto heroísmo como el cubano el bloqueo al que los poderosos vecinos del Norte nos han sometido durante más de cuatro décadas. La gran gloria de nuestro pueblo fue haber resistido, además, los últimos diez años sin rendirse cuando la caída del campo socialista nos impuso un doble bloqueo.
Yo me atrevo a decir, les reiteró, que Venezuela ocupa hoy un lugar privilegiado porque este país y este pueblo están en mejores condiciones que nadie para luchar por la unidad de América Latina. Es el gran papel de Venezuela y de este pueblo. Nosotros somos una pequeña islita en la que solo hemos cumplido el deber de defender esa trinchera, que Bolívar quiso un día liberar.
Cuba hoy, dijo, puede decirle a Bolívar que aquella islita a la que él soñó liberar no pudo tragársela el gigante del Norte ni habrá fuerza en el mundo capaz de doblegarla. De esta forma, el tema de la unidad y de la necesidad de universalizar la cultura como único medio de ser libre, estuvieron presentes en su intervención, la cual aprovechó para invitar a 250 estudiantes de los allí reunidos para intercambiar con nuestros jóvenes universitarios sus experiencias en el campo de la educación.
Anteriormente, el Presidente Hugo Chávez intervino, y tras elogiar el discurso de Hassán Pérez, les contó brevemente cómo los estudiantes cubanos se forman en contacto con la comunidad, palpando el sentir del pueblo. Y qué mejor que la juventud, dijo, para iluminar los destinos de los pueblos. Por ello, les advirtió: "¡Cuenten ustedes conmigo por ahora y para siempre, para juntos darle la gloria que este pueblo merece!".
A las 6 y 30 de la tarde llegaron a Barquisimeto, Fidel y el Presidente Chávez, por la base aérea Teniente Landaeta Gil. El gobernador Luis Reyes y el alcalde Henry Falcón, junto con las autoridades militares les dieron la bienvenida en la terminal área de la ciudad. El Alcalde del municipio de Iribarne, donde está enclavado Barquisimeto, leyó el decreto No. 40 por el que le otorgaban las Llaves de la Ciudad y el pergamino correspondiente al Presidente cubano, quien en breves palabras agradeció el gesto.
Solo unas horas estuvo Fidel aquí, pero fueron suficientes para sedimentar una amistad que arrancó con Bolívar y que nuestros pueblos se han encargado de que perdure. Cuarenta años de bloqueo no borraron las raíces de esta hermandad y hoy con este acto y el cariño manifestado por los barquisimeños, se demostró igualmente que la solidaridad no puede bloquearse.