Tres logos que cuentan una historia
Apoyadas por Fidel, las mujeres cubanas decidieron unir fuerzas en una sola organización, y el 23 de agosto de 1960 crearon la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Entonces eligieron como presidenta a Vilma Espín y a una nutrida representación para apoyarla en las labores de dirección. Debatieron un proyecto programático, diseñaron la estructura organizacional y adoptaron los estatutos, establecieron un orden de prioridades y aprobaron el diseño, propuesto por una artista, del emblema que identificaría a la naciente organización.
La imagen seleccionada constituía la expresión del primer tiempo: la mujer, la madre, amparada por la paz social y la seguridad para crear un nuevo modelo de país que se sintetizaba en la pacífica figura de una paloma de alas desplegadas, protectora de las siluetas de la mujer y el niño.
Fueron años intensos de trabajo, de aprendizaje, de preparación ideológica, de implementación de políticas públicas que aseguraban la educación de las mujeres, la salud, el derecho a iguales oportunidades de incorporarse a la fuerza laboral activa, de capacitación técnica y, sobre todo, el comienzo de la ruptura de los prejuicios y costumbres milenarias sobre los roles asignados y asumidos por las mujeres y hombres desde el surgimiento de la propiedad privada.
El inicio de una segunda etapa lo marcó el medular discurso pronunciado por Fidel en diciembre de 1966, en la entonces provincia de Las Villas, en el que dejó plasmada la concepción cubana sobre la liberación de la mujer, calificándola como una Revolución dentro de otra Revolución.
Vilma enfatizó en la urgencia de estudiar todo el análisis realizado en la disertación de Fidel desde el punto de vista teórico y de la práctica social en Cuba. Hizo un llamado a los cuadros para ampliar y fortalecer los planes de trabajo y los métodos del funcionamiento acordes con las nuevas realidades, especialmente en los ámbitos de la preparación para la defensa y la incorporación a la producción social. Insistió en la realización de acciones para elevar los niveles participativos en las tareas de dirección administrativa y política.
En la Sexta Plenaria Nacional de la FMC, celebrada en Los Jazmines, Pinar del Río, en 1967, se fortalecieron los planes de trabajo. Incluso, aparece el nuevo logotipo que representaría la esencia del segundo tiempo. La imagen mostraba a la mujer miliciana, con su arma al hombro, y el niño envuelto en un manto rojo, el color de la bandera y la pasión revolucionaria.
En los 40 años desde 1967 al 2007, se produjo el periodo más fructífero de las mujeres cubanas en todos los órdenes. El tercer tiempo se inició con un acontecimiento doloroso: la desaparición física de Vilma, el 18 de junio del 2007.
En los momentos en que las federadas enfrentaban el duelo por tan sensible pérdida, surgió la idea de honrar a Vilma declarándola, para siempre, Presidenta de la FMC, porque en ella se veían representadas todas las mujeres cubanas.
En el VIII Congreso de la FMC celebrado en el 2009, el primero sin su presencia, se aprobó esta valiosa sugerencia de las federadas. Al mismo tiempo, la magna reunión presentó el nuevo emblema, consistente en la imagen de Vilma portando el uniforme de las Milicias Nacionales Revolucionarias, como la eterna vigía de la Revolución confiada en el porvenir y en el mundo nuevo que han de construir los justos, valientes y cultos, mujeres y hombres en este siglo XXI.