A Sochi con el Che y Fidel como paradigmas
«Soy un joven sencillo, muy dedicado a mi trabajo, pero más que eso me defino como fidelista, porque creo que todo lo que soy se lo debo al Comandante en Jefe». Así se define Maikel Rivero Peña, uno de los ocho jóvenes que representará al balcón del oriente en la cita de Sochi. Tal vez por su experiencia como dirigente o por su intrínseca madera de líder, tiene también la tarea de liderar este valioso grupo.
Cuando le pregunté si aceptaba ofrecer una entrevista accedió sin pensarlo, solo añadió que aceptaba, confiando en que su sentir fuera expresión del de todos los que junto a él, asistirán al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
«Poder asistir a un evento de tal magnitud significa mucho para mí, no solo por el mérito de la confianza recibida, sino por el encuentro cultural y el intercambio entre juventudes que se genera en un espacio como ese. Tendremos la oportunidad de dar a conocer y resaltar las cosas que nuestra juventud hace cada día por tres razones, amor a la patria, compromiso con el futuro de Cuba y sentido de pertenencia con las ideas de Fidel».
Maikel, quien se desempeña actualmente como miembro del buró provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas, es de origen campesino y asegura que en el seno humilde de su hogar recibió las primeras enseñanzas de lo que representaba ser revolucionario. Sin embargo, sus convicciones políticas se consolidaron durante su formación como técnico de nivel medio.
«En el politécnico ingresé a la UJC y allí comienza ya mi vocación como militante y dirigente. Inicié mi vida laboral en mi municipio, Puerto Padre, donde asumí varios cargos, pero creo que la madurez llegó con la militancia del Partido, porque fue donde entendí en toda su dimensión la figura de Fidel. Yo soñé desde niño con darle un abrazo, con estrechar su mano y darle las gracias por todo lo que hizo por los jóvenes. Personalmentente no lo pude hacer, pero siento desde mi corazón que sí lo he abrazado».
Este joven conoce bien el contexto en el que se mueve el mundo. Nada a su alrededor le es ajeno y por eso explica sin dudar el camino que para él deben recorrer las nuevas generaciones.
«Debemos tener claridad de que los enemigos de la Revolución estarán siempre al acecho. Por eso debemos ser cada día más consecuentes con nuestros actos si queremos dar continuidad a la Revolución. Tenemos que prepararnos, estudiar, conocer la historia, vivirla entre los que la escribieron y aún están aquí para contarla.
La juventud no puede darse el lujo de estar quieta, tiene que pensar siempre qué puede hacer en bien de la sociedad».
Miles de jóvenes tuneros estarán en Sochi a través de Maikel y los demás que constituyen la delegación del balcón del oriente. Pensando en esa responsabilidad, han trazado también sus metas y expectativas.
«La juventud tunera es aguerrida, trabajadora e incansable así que no podemos defraudarla. Una vez en Sochi no seremos de una u otra provincia, seremos sencillamente cubanos y como tal debemos mostrar nuestros valores, principios y la eterna confianza de que podemos construir juntos un mundo mejor. Creo que eso es lo que deben esperar los jóvenes tuneros de nosotros».
Justo cuando entré a la oficina de Maikel percibí que la imagen del Che ocupaba varios espacios, por eso, no dudé en preguntarle qué había del Guerrillero Heroico en el dirigente juvenil sentado frente a mí.
«El humanismo, la solidaridad, la laboriosidad, el sacrificio, pero más que todo eso, el antimperialismo. También aprendí de él que no se puede predicar sin el ejemplo personal. Yo he tratado de llevarlo siempre en el corazón y sobre todo en mis actos.
Es y será siempre un paradigma para mí y para todos los jóvenes».
Maikel Rivero Peña es sin duda un hombre de su tiempo, sabe asumir los retos y los enfrenta sin miedo. Sochi también es eso para él, un reto, porque implica demostrar cuán fuerte es la ideología de nuestra juventud. Sin embargo, hay algo más que se ha propuesto y que de seguro, es el sentir de todos los que lo acompañarán en Rusia.
«Tenemos que demostrar que aun cuando estamos a solo dos meses de conmemorar el primer año de la partida física del Comandante en Jefe, él está más vivo que nunca y no dejará de estarlo, mientras existan los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes».