Del pasado 4 de diciembre a la fecha unas doscientas 22 mil 728  personas, de ellas 53 mil de otras naciones, han rendido tributo póstumo al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz junto al monolito que guarda sus cenizas en el cementerio de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba.
 
El camposanto de la Ciudad Héroe, Monumento Nacional,  recibe un promedio diario de 2 mil personas que acuden hasta la tumba del Líder histórico de la Revolución cubana para con un gesto, una flor u otras ofrendas agradecerle vida, obra y legado ya imperecedero.
 
Según precisiones de Yudis García Delis, administradora de la necrópolis patrimonial, muchos visitantes insisten en dejar un recuerdo personal en honor a Fidel, y si bien no existe un espacio para depositarlos, sí se preservan cada uno de los objetos dedicados al estadista cubano.
 
Banderas, sellos, cartas, postales, poemas, discos, libros, y más se guardan en una de las oficinas de la institución, devenida museo a cielo abierto y encumbrado altar de la nación al cobijar el descanso eterno de hombres y mujeres de la historia patria: José Martí, Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales, José Maceo, Guillermón Moncada, Flor Crombet, Melba Hernández, Haydée Santamaría, Frank y Josué País, entre otros muchos.
 
A las afueras de Santa Ifigenia se han creado condiciones para que nacionales y extranjeros puedan adquirir flores, preferentemente rosas rojas, y depositarlas frente a la piedra funeraria que atesora las cenizas del hombre devenido paradigma de revolucionario.