“No somos un pueblo que se detenga a saborear el placer de las victorias ni a vanagloriarse de sus éxitos. Con la experiencia adquirida y las formidables fuerzas acumuladas, no nos detendremos hasta que todos y cada uno de los justos objetivos que juramos en Baraguá hayan sido alcanzados”.
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Mensaje a la tribuna abierta de Manzanillo, 1 de Julio de 2000