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Fidel, Gagarin y la Orden Playa Girón

Date: 

31/05/2012

Source: 

Sitio Web Cubaperiodista UPEC

Esta histórica fotografía del Comandante Fidel Castro y el primer cosmonauta del mundo Yuri Gagarin, abrazados y sonrientes, fue captada el 26 de Julio de 1961 en la Plaza de la Revolución. Unos momentos antes el piloto espacial soviético había sido condecorado con la “Orden Nacional de Playa Girón”.  

En realidad, la génesis de este gran momento había ocurrido tres meses antes, cuando el 12 de abril de 1961 Gagarin realizara el primer vuelo espacial alrededor de nuestro planeta a bordo del Vostok 1, el primer satélite artificial tripulado por el hombre y el primer eslabón de una interminable cadena de estudios y aprovechamiento del espacio cósmico.    

Pero mientras el mundo admiraba aquella grandiosa proeza científica que abría nuevos y prometedores caminos para el progreso de la humanidad, en el Caribe se fraguaba una de las acciones más sucias y despreciables que una gran potencia pudiera perpetrar contra una pequeña y laboriosa isla. El 17 de abril, a las 2:30 de la madrugada, una brigada de mil quinientos mercenarios entrenados, fuertemente armados con tanques y aviones, apoyados y dirigidos por los Estados Unidos, invadía las playas de la Cienaga de Zapata con el propósito de derrocar a Fidel Castro y destruir la Revolución y los logros patrios, sociales y económicos que había alcanzado el pueblo cubano.    

Los sueños de victoria de los invasores duraron muy poco. El Comandante en Jefe al frente del heroico pueblo uniformado contraatacó con extraordinario coraje y en solo sesenta y cuatro horas rindió a aquella poderosa brigada, y en la historia quedó escrita la primera gran derrota militar yanqui en América.

Cantos de victoria y de júbilo se escucharon a lo largo de la isla y en todas las latitudes del planeta festejando la victoria militar de Cuba y el triunfo científico de la Unión Soviética. Los habaneros, que se habían preparado para celebrar un aniversario más del asalto al cuartel Moncada, tuvieron el preciado y honroso privilegio de ver juntos y vitorear a los héroes de estas hazañas bajo la monumental escultura de José Martí,

El 26 de julio la Plaza de la Revolución se desbordó de pueblo. Después de escuchar los himnos de Cuba y la URSS y el decreto correspondiente, el Presidente Osvaldo Dorticos le impuso la Orden Playa Girón a Yuri Gagarin.

Fidel explicó en su discurso: “… la Unión Soviética se cubría de gloria y de prestigio lanzando el primer hombre al espacio, cuando el gobierno de Estados Unidos lanzaba contra nuestro pueblo su criminal invasión. Tuvimos oportunidad de contrastar aquellos dos hechos:  el hecho en favor de la ciencia, en favor del progreso de la humanidad y de la paz; y el hecho cobarde e inescrupuloso de la invasión mercenaria, que inspirada en el propósito de recuperar sus privilegios y sus monopolios, lanzaron los imperialistas contra nuestro país.

“Por eso, porque en nuestro recuerdo están bien presentes aquellos dos hechos, y por cuanto en aquellos mismos días nuestro pueblo, en un acto de gran heroísmo derrotó a los mercenarios invasores, y habiendo el Gobierno Revolucionario creado la Orden Nacional de Playa Girón para premiar a todos aquellos hombres que hayan realizado hechos extraordinarios en favor de la paz, y en favor de la ciencia, y en favor del progreso de la humanidad, o bien en la lucha contra el colonialismo y contra el imperialismo, nada más justo que condecorar con la primera Orden de Playa Girón al primer cosmonauta del mundo, al comandante Yuri Gagarin, para que así vaya siempre unido el recuerdo de esos dos hechos, que ocurrieron casi simultáneamente; para que así vaya siempre unido el recuerdo de esos dos actos heroicos; para que así vaya siempre unido el recuerdo de esas dos grandes victorias por la paz mundial”

El cosmonauta agradeció emocionado el honor que le hacia el pueblo de Cuba y vaticinó: “Llegará la hora en que este pueblo mandará al espacio su propio cosmonauta.”

Yuri Gagarin había llegado dos días antes, el 24 de julio a la 1:57 de la tarde, al Aeropuerto José Martí bajo un imprevisto y copioso aguacero que hizo difícil la labor de los 50 y tantos fotógrafos y camarógrafos cubanos y de la prensa extranjera acreditada. Con el fin de que todos pudieran captar las imágenes sin obstáculos, ni aglomeraciones, los organizadores del recibimiento concibieron la construcción de una plataforma de tres niveles en la que ubicaron a la prensa grafica y desde la cual se podía filmar y fotografiar la llegada del avión, la bienvenida, el desfile militar y el pueblo saludando. Pero nadie previó que en el momento en que el avión aterrizaba lloviera tan inesperadamente que, sin nada con que taparse,  todos se empaparon. Cuando Gagarin se disponía a salir del avión y vio a Fidel, los ministros y al cuerpo diplomático sin paraguas, ni capas, soportando con resignación el chaparrón, el cosmonauta,  en gesto solidario, dejó a un lado su impermeable y descendió por la escalerilla hasta encontrarse con el Comandante en Jefe y las demás autoridades. Bajo aquella borrasca Fidel le dio la bienvenida y se inició la ceremonia protocolar y la revista militar que habían sido planificadas. Los hombres del lente estaban anonadados, todos los equipos se habían mojado y muy pocas imágenes pudieron ser aprovechadas aquella tarde.

Terminado el ceremonial Fidel, Gagarin y Dorticós subieron a un auto convertible descapotado y desafiando la lluvia presidieron la marcha de la caravana por la avenida de Boyeros hacia el Monumento a José Martí, doblaron por la avenida del Paseo hasta la calle 23 y continuaron por la avenida 41 hasta la Ciudad Libertad. A pesar del aguacero eran aclamados a su paso por una multitud entusiasta que a ambos lados del recorrido enarbolaba banderas de Cuba y la URSS y carteles de bienvenida. Por la noche se efectuó una recepción en el antiguo Palacio Presidencial, donde Fidel y Gagarin intercambiarnos sus gorras y saludaron desde la terraza norte al pueblo que se había congregado en la histórica plazoleta de la avenida de las Misiones. Al día siguiente, el 25, Fidel y Gagarin presenciaron el gigantesco desfile deportivo organizado por el recién creado Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) en la Plaza de la Revolución. El cosmonauta también visitó a los heroicos soldados heridos en Playa Girón y se reunió con los estudiantes en la Universidad de la Habana.
Antes de partir para Brasil el día 28, pasó unas horas de descanso en Varadero, y cuentan que fue descubierto cuando saltaba desde el trampolín más alto de la piscina del hotel en una zambullida perfecta ante la sorpresa y el alborozo de los veraneantes que se encontraban allí.  

Gagarin volvió a La Habana en octubre del año 1963 acompañado de su esposa y de la primera cosmonauta Valentina Tereshkova en tránsito hacia México. El 11 de noviembre 1964, y con la presencia del Comandante Ernesto “Che” Guevara se constituyó en Moscú la Sociedad de Amistad Soviético – Cubana y Gagarin fue su primer presidente.   

El 18 de septiembre de 1980, Arnaldo Tamayo Méndez se convirtió en el primer cosmonauta de Cuba y de Latinoamérica. La profecía de Gagarin se había hecho realidad, pero no pudo verla. El 27 de marzo de 1968, Yuri Gagarin de 34 de edad, murió al estrellarse el caza MiG–15 que piloteaba en un vuelo de rutina cerca de Moscú.

En Cuba, el parque ecológico del Hospital Clínico Quirúrgico Docente “10 de Octubre”, de La Ciudad de la Habana, y varias fabricas y escuelas de toda la isla llevan el nombre de Yuri Gagarin, el primer cosmonauta del mundo y el primero en recibir la Orden Nacional de Playa Girón.