ASOMBROSOS RIESGOS
El papel personal de Castro en iniciar y dirigir la Revolución es impresionante.
La suerte de Fidel es un tema reiterativo en su existencia. No ha habido ningún moderno líder revolucionario o Jefe de Estado que haya corrido tantos y tan asombrosos riesgos personales y que se haya empeñado tan directamente en los rigores de la conspiración, la rebelión y la guerra abierta.
Ningún líder político en plena posesión de sus facultades mentales hubiera navegado desde México a Cuba en la forma que lo hicieron Castro y sus seguidores; su yate, llevando a bordo a ochenta y dos hombres, habia sido construido para no más de una docena de personas y no era apto para transportar un arsenal militar.
El desembarco de los expedicionarios en la costa de Oriente, los enmarañados pantanos y manglares que tuvieron que cruzar durante casi dos kilómetros antes de alcanzar la playa propiamente dicha, el campo de batalla de Alegría de Pío, y los altos y tortuosos senderos de la Sierra Maestra, proporcionaron las experiencias más espeluznantes con las que pueda enfrentarse un líder militar. Castro deseaba tanto ganar su increíble guerra de guerrillas, que todo lo aceptó sin alterarse, creando un ejercito mientras seguía combatiendo.
Ningún líder político sin una autentica experiencia militar hubiera resistido dos años, a menudo sin comida, armas y municiones, en el corazón de la Sierra Maestra, en marcha constante con su creciente grupo de guerrilleros arriba y abajo por senderos llenos de barro y salpicados por grandes piedras, atravesando un bosque después de otro. Y, sin embargo, seis semanas después del desastre de Alegría de Pío, Castro tuvo la audacia de atacar un destacamento del ejército de Batista. Esa fue la primera victoria.