Su aprecio
La vida me reservó honores revolucionarios con los cuales nunca soñé ni cuando colgué una estrella de bombillo eléctrico en mi celda de Presidio: haber merecido la confianza de nuestro Comandante en Jefe para desempeñar el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores y ser contemporáneo de Fidel y haber merecido su aprecio colma mi felicidad revolucionaria. Más que eso, ¿qué?
Fidel oye la hierba crecer y ve lo que está pasando al doblar de la esquina.
Source:
El canciller, Editorial Ciencias Sociales
31/01/1999