“En este instante me dedico al adversario. Disfruté observando la posición embarazosa de todos los candidatos a Presidente de Estados Unidos. Se vieron obligados uno por uno a proclamar sus inmediatas exigencias a Cuba para no arriesgar un solo elector. Ni que yo fuera Premio Pulitzer interrogándolos en la CNN sobre los más delicados asuntos políticos e incluso personales, desde Las Vegas, donde reina la lógica del azar de las ruletas de juego y adonde hay que asistir humildemente si alguien aspira a Presidente. Medio siglo de bloqueo les parecía poco a los predilectos. ¡Cambio, cambio, cambio!, gritaban al unísono. Estoy de acuerdo, ¡cambio!, pero en Estados Unidos. Cuba cambió hace rato y seguirá su rumbo dialéctico. ¡No regresar jamás al pasado!, exclama nuestro pueblo. ¡Anexión, anexión, anexión!, responde el adversario; es lo que en el fondo piensa cuando habla de cambio.”
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Lo que escribí el martes 19, 21 de febrero de 2008