Corazón, conciencia, muchas manos, muchas voces...
Quienes viajaron a Cuba para participar en los actos organizados con motivo del 80 aniversario del nacimiento de Fidel Castro y del 50 aniversario del desembarco del Granma, no pudieron estrechar la mano del comandante, pero recibieron de él un mensaje en cuyo contenido convergen el recuerdo y el compromiso. "Tenemos el deber de salvar a nuestra especie", es la frase final.

En ese mensaje, Fidel Castro reproduce una carta que le envió recientemente a Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Comienza diciéndole a Chávez: "Al adoptar un Programa Integral de Ahorro de Energía, te convertirás en el más prestigioso defensor mundial del medio ambiente. El hecho de ser Venezuela el país de mayores reservas de petróleo es de enorme trascendencia y te convertirá en un ejemplo que arrastrará a todos los demás consumidores de energía a hacer lo mismo, ahorrando sumas incalculables de inversión”.

El deterioro en la salud física del comandante de la Revolución Cubana no le impide pensar en el futuro. No disminuyen con la fuerza física la dignidad y la firmeza, y mucho menos la convicción de que es necesario desbrozar el camino que deberán transitar las nuevas generaciones.

Millones de personas pudieron contemplar los desfiles militares realizados en La Habana y en Santiago de Cuba. El 2 de diciembre de 1956, los revolucionarios que llegaron a Cuba en el yate Granma comenzaron a constituir el ejército del pueblo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias que desde el 1 de enero de 1959 son las Fuerzas Armadas del Estado cubano.

En los desfiles se presentaron unidos los símbolos y el relevo. Raúl Castro, Ramiro Valdez y Guillermo García en La Habana, y Juan Almeida en la heroica ciudad de Santiago, símbolos que aún hacen grandes aportes al proceso. Oficiales y alistados jóvenes mostraron sus rostros. Jóvenes como el Fidel Castro que protagonizó el asalto al Cuartel Moncada, como el Che Guevara que protagonizó la toma de Santa Clara....

Las FAR son hoy las fuerzas militares de Cuba, modernizadas y dotadas de los equipos necesarios para defender a su pueblo y al proceso revolucionario llamado a renovarse cada día.

La Cuba que entre 1959 y 1962 el imperialismo quiso aislar del resto del mundo, recibió con motivo del 80 cumpleaños de Fidel Castro a presidentes, escritores y personalidades destacadas en el arte y en la ciencia, pero sobre todo el respaldo de millones de hombres y mujeres.

A Fidel Castro dedicó Chávez el triunfo que está llamado a obtener en las elecciones de hoy en Venezuela, ese triunfo que el poder imperialista se empeña en evitar.

La Administración Bush, que ya ha formado comisiones para auspiciar la "transición" en Cuba y para apoyar la "democratización" de Venezuela, y que paga funcionarios con esa misión, dijo ayer a través de una portavoz del Departamento de Estado que para negociar con el Gobierno de Cuba exige "apertura democrática". ¡Qué ironía!

Los halcones no quieren ver lo que está ante sus ojos, el respaldo de muchos hombres y mujeres sensibles a Fidel Castro y a la Revolución en cuya construcción el ha sido protagonista.

Y se niegan también a reconocer validez a los votos que millones de venezolanos han emitido en muchas ocasiones en favor de Hugo Chávez.

Ante la imposibilidad de revertir el proceso político en Venezuela, han llegado a inyectar a la desacreditada oligarquía venezolana la idea de descuartizar el país, formando un estado "independiente" en Zulia, división territorial en la cual Manuel Rosales, competidor de Chávez en las elecciones, es gobernador. ¿No es el colmo? ¿Piensan que podrán repetir lo que hicieron a principios del siglo pasado con Colombia? ¡Desfasados!

Parafraseando a otro siempre joven, el poeta uruguayo Mario Benedetti, hay que decir que la consigna de todos los hombres y mujeres sensibles es "joderles el proyecto" a los halcones.

La fiesta de cumpleaños de Fidel Castro (Ios 80 que IIegaron en agosto y fueron celebrados en diciembre), debe prolongarse, pues, hasta la declaración oficial del triunfo de Chávez.

Afortunadamente, el poeta y cantor Silvio Rodríguez tiene razón: "la era esta pariendo un corazón".