Allocutions et interventions

Discurso desde el Balcón del Palacio de Gobierno en Luanda, a su llegada a Angola, 23 de marzo de 1977

Date: 

23/03/1977

Queridos hermanos angolanos:

Mis palabras van a ser muy breves. Yo quiero expresarles nuestro profundo agradecimiento por el calor, el cariño y la fraternidad con que nos han recibido en Angola, y en Luanda (APLAUSOS).

Cuando descendí del avión, me dije: ¡al fin hemos llegado a Angola! (APLAUSOS) ¡Al fin vamos a conocer a Angola, al fin vamos a conocer al pueblo angolano! Desde luego que desde lejos conocíamos muy bien a Angola, a su pueblo, a sus heroicas luchas, pero al fin tuve infinito placer de hacer este contacto personal con ustedes, y me sentía conmovido cuando escuchaba los himnos de Angola y de Cuba, y cuando veía juntas las banderas hermanas, heroicas, gloriosas y hermosas de Angola y de Cuba (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Cuba y Angola, unidos venceremos!")

En todas partes de Africa donde hemos estado recibieron bien a nuestra delegación, la recibieron muy bien, pero al llegar a Angola nosotros podíamos apreciar la solidaridad, el afecto, el cariño especial de los angolanos. Jamás vi rostros tan alegres, jamás vi sonrisas tan amistosas y felices, y puedo decir en nombre de todos mis compañeros que nos sentíamos infinitamente felices nosotros también.

Era la imagen de un pueblo independiente, era la imagen de un pueblo libre. Y recordábamos los días difíciles y duros de la lucha, de la lucha de ustedes por la independencia durante más de 10 años y de la lucha unida que libramos cuando los imperialistas y los racistas quisieron arrebatarle al pueblo de Angola la libertad y la independencia (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Cuba y Angola, unidos venceremos!"), y experimentábamos una profunda satisfacción al pensar que los imperialistas no pudieron tomar Luanda (APLAUSOS), que los reaccionarios no pudieron ocupar Luanda (APLAUSOS), y que los racistas sudafricanos no pudieron ocupar Luanda (APLAUSOS), para establecer aquí la opresión, la explotación, la discriminación y el apartheid.

Con la sangre de los bravos combatientes se salvó la libertad de todos, con la sangre de los bravos combatientes angolanos y cubanos (APLAUSOS) pudo salvarse la alegría de ustedes, las sonrisas de ustedes, la felicidad de ustedes, el futuro de ustedes. La Revolución Angolana era como una flor a la que los reaccionarios quisieron liquidar, y la imagen que yo veo hoy del pueblo angolano es la de una flor hermosa, fragante, prometedora. Es la imagen de un pueblo cuyo futuro, cuyo porvenir nada ni nadie podrá ya jamás, ¡jamás!, truncar.

Veo letreros que dicen: ¡Viva el internacionalismo proletario! Otros indican: ¡Proletarios de todo el mundo, uníos! Escucho canciones y consignas que dicen: ¡Cuba y Angola, unidos venceremos! (APLAUSOS) Nos sentimos orgullosos de ser angolanos, de ser cubanos y de estar unidos (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva Fidel!")

El socialismo, el internacionalismo, el marxismo-leninismo nos dicen que debemos luchar unidos. Por eso pienso que la unión, la hermandad, la solidaridad, la colaboración entre los pueblos de Angola y de Cuba, es un ejemplo para el mundo. Estamos cumpliendo rigurosamente y estamos llevando a la práctica los principios más puros del socialismo y del internacionalismo proletario.

Me siento feliz, y se sienten felices todos nuestros compañeros, con este privilegio de vivir este minuto histórico junto a ustedes. Me siento feliz, y se sienten felices todos nuestros compañeros de esta oportunidad de abrazar de nuevo al compañero Neto (APLAUSOS), de abrazar de nuevo a los dirigentes angolanos, de conversar con ellos, de trabajar junto a ellos. Nos sentimos felices de encontrarnos junto a ustedes y experimentar el calor de una verdadera hermandad.

Pronto, dentro de unos días, volveremos a reunirnos, y entonces quizás yo pueda hablar un poco más extensamente. Pero veo que aunque hablo español, ustedes me comprenden. Las lenguas pueden ser diferentes, pero nuestros corazones son idénticos, nuestros sentimientos son iguales, nuestro espíritu revolucionario es uno y por eso podemos entendernos (APLAUSOS).

Hermanos angolanos, los felicito en su independencia, en su libertad y en su obra revolucionaria. Ustedes dicen: ¡La lucha continúa, la victoria es certa!; los hermanos mozambicanos dicen: ¡lndependencia o Muerte!, ¡Venceremos! (APLAUSOS); y los cubanos hace muchos años, a 90 millas del país imperialista más poderoso, dijimos:

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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