Comunicado conjunto cubano - húngaro
El compañero Fidel Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de la República de Cuba, efectuó una visita oficial y amistosa a la República Popular de Hungría del 30 de mayo al 6 de junio de 1972, por invitación del Comité Central del Partido Obrero Socialista Húngaro y del Consejo de Ministros de la República Popular de Hungría.
En el curso de su visita, el compañero Fidel Castro y sus acompañantes visitaron centros industriales y agrícolas, instituciones científicas y culturales y sostuvieron encuentros con obreros, campesinos, soldados y estudiantes.
En todas partes el pueblo húngaro dispensó una calurosa acogida a los invitados cubanos, expresión de la sincera amistad y reconocimiento que siente hacia el hermano pueblo cubano.
Durante su visita el compañero Fidel Castro sostuvo contactos y conversaciones con los compañeros Janos Kadar, Primer Secretario del Partido Obrero Socialista Húngaro; Pal Losonczi, Presidente del Consejo Presidencial de la República Popular de Hungría; y Jeno Fock, Presidente del Consejo de Ministros de la República Popular de Hungría, con quienes efectuó un amistoso intercambio de opiniones sobre cuestiones de mutuo interés para ambos países.
En el curso de las conversaciones entre la delegación cubana y los dirigentes del Partido y el Gobierno de Hungría, se informaron mutuamente sobre experiencias de la construcción socialista en sus respectivos países; sostuvieron un amplio intercambio de ideas sobre las tareas referente al fortalecimiento futuro de las relaciones fraternales entre la República de Cuba y la República Popular de Hungría, a la ampliación de la cooperación entre ambos países en el orden político, económico, cultural y de toda índole, así como sobre cuestiones actuales del movimiento comunista mundial y las luchas de liberación nacional y en relación con los problemas internacionales fundamentales de nuestra época. Constataron que las relaciones cubano-húngaras han alcanzado un nivel significativo en el terreno político, estatal, social y cultural, que está en correspondencia con los vínculos existentes entre los dos partidos y países, basados en los principios del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario. Comprobaron los resultados positivos de su colaboración en los terrenos de la economía, la ciencia y la técnica. Examinaron las posibilidades del desarrollo especializado que la economía húngara ofrece para ampliar y profundizar la colaboración entre los dos países. Expresaron su convicción de que la fructífera cooperación existente entre Cuba y Hungría coadyuva a la consolidación de la unidad y cohesión de la comunidad de Estados socialistas y al avance de la lucha antimperialista.
La parte húngara expresó el profundo respeto, reconocimiento y los sentimientos amistosos del pueblo de la República Popular de Hungría hacia el hermano pueblo cubano, que bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba ha alcanzado importantes logros en la construcción de las bases del socialismo. Más de un siglo de lucha contra el colonialismo y el imperialismo, que desembocó en la guerra revolucionaria iniciada con el asalto al cuartel Moncada, fue necesario para que Cuba tomara definitivamente el camino de su liberación. los avances en la transformación y modernización de su economía semicolonial deformada por la dominación imperialista, las conquistas históricas del régimen revolucionario en la enseñanza, en la salud del pueblo y en la elevación de su nivel cultural, el desarrollo de la democracia socialista y su consecuente política antimperialista e internacionalista llevada a cabo conjuntamente con la comunidad socialista, aseguran a Cuba revolucionaria un prestigio creciente en América latina y en toda la vida internacional.
La parte húngara condenó el bloqueo imperialista de los Estados Unidos contra Cuba, las actividades enemigas instigadas por los norteamericanos; se pronunció en contra de la existencia ilegal de una base militar norteamericana en Guantánamo, en pleno territorio de la República de Cuba, y apoyó la exigencia del pueblo y el gobierno cubanos de que ésta sea retirada incondicionalmente.
El triunfo de la primera revolución socialista en el continente americano significó el principio del fin de la opresión imperialista norteamericana en América Latina.
Cuba socialista, parte inseparable de la comunidad de pueblos latinoamericanos, demostró que el imperialismo podía derrotársele en lo que hasta entonces fue su coto cerrado.
Ambas partes afirmaron con satisfacción que la política de bloqueo del imperialismo norteamericano no solamente fue incapaz de quebrantar el ímpetu revolucionario del pueblo cubano apoyado en la ayuda multilateral de la Unión Soviética y de la comunidad socialista, sino que por el contrario templó la fuerza y cohesión del pueblo, fortaleció su resolución de llevar adelante victoriosamente la construcción del socialismo en Cuba. Es una conquista considerable del pueblo cubano, de los países socialistas y de las fuerzas revolucionarias y progresistas latinoamericanas y de todo el mundo el haber roto el cerco imperialista contra Cuba.
La delegación cubana expresó su reconocimiento al meritorio esfuerzo realizado por el pueblo húngaro bajo la dirección del Partido Obrero Socialista Húngaro en la transformación política, económica, cultural y social del país. Hizo constar su admiración por la valentía y la tenacidad con que los comunistas húngaros han enfrentado siempre todas las dificultades. También rindió homenaje a los combatientes antifascistas, o los hombres que entregaron su vida en esa lucha, contribuyendo con ello a la derrota del nazi-fascismo y al triunfo del socialismo.
La parte cubana manifestó su complacencia por los éxitos alcanzados hasta el presente en el cumplimiento de los tareas acordadas por el X Congreso del Partido Obrero Socialista Húngaro y al propio tiempo su convicción de que habrán de materializarse cabalmente.
En nombre del pueblo, el Partido y el Gobierno cubano, la delegación agradeció el apoyo multilateral y la cooperación brindada por Hungría a la construcción del socialismo en Cuba.
Las dos partes expresaron su firme resolución de seguir desarrollando y fortaleciendo las relaciones entre sus partidos y países en interés de sus pueblos, en beneficio del socialismo y de la paz.
Ambas partes destacaron el apoyo de la Unión Soviética tanto en el desarrollo económico como en la defensa del socialismo en Cuba y en Hungría, lo que ejemplifica el papel decisivo que ello desempeña en la lucha de los pueblos por su liberación y por la construcción de una vida nueva.
Durante las conversaciones ambas delegaciones sostuvieron un intercambio de opiniones en torno a los problemas actuales del movimiento comunista y obrero mundial y de la situación internacional, dedicándole especial atención a la lucha antimperialista y de liberación nacional de los pueblos oprimidos y explotados de Asia, África y América Latina.
Las dos delegaciones estuvieron de acuerdo en que nuestra época se distingue por la profundización del proceso revolucionario. El sistema socialista mundial, desempeña un papel decisivo para el avance de las fuerzas revolucionarias en todo el mundo y para detener las fuerzas agresivas y guerreristas. En esta lucha común, llevado a cabo conjuntamente con los movimientos de liberación nacional, con la clase obrera de los países capitalistas y con todas las fuerzas antimperialistas, se va transformando cada vez más vigorosamente lo faz del planeta.
Afirmaron que constituye un factor de decisiva importancia en la gran lucha internacional el que se restablezca, fortalezca y consolide la unidad del movimiento comunista mundial, de los países socialistas.
Reafirmaron su firme resolución de hacer en el futuro como hasta ahora todo lo posible por la consecución de estos objetivos.
Al examinar la situación en Indochina, las dos delegaciones condenaron la brutal agresión y la política genocida que llevan a cabo los imperialistas norteamericanos en Viet Nam, y en particular las recientes medidas decretadas por el gobierno de los Estados Unidos de bloquear los puertos y bombardear sistemáticamente las ciudades y los medios de comunicación de la República Democrática de Viet Nam, lo que constituye una flagrante violación de las normas del derecho internacional y de las prerrogativas soberanas de otros países. Cuba y Hungría expresan su plena identificación con la lucha ejemplar y heroica del pueblo vietnamita, saludan la victoriosa ofensiva que llevan a cabo los patriotas en el sur, que ha conducido a la bancarrota la política de "vietnamización", hacen suyas, dándoles el más absoluto respaldo, las propuestas de la República Democrática de Viet Nam y el Gobierno Revolucionario Provisional de Viet Nam del Sur, en especial los 7 puntos que exigen el cese de la agresión norteamericana, la retirada inmediata e incondicional de todas las tropas de los Estados Unidos y sus aliados, y el cese del apoyo al régimen títere de Thieu. Se manifiestan a favor del reinicio de las negociaciones de París sobre las bases planteadas por la RDV y el Gobierno Revolucionario Provisional de Viet Nam del Sur para la solución del conflicto.
Ambas partes expresaron su solidaridad con la lucha que llevan a cabo los pueblos de Laos y Cambodia contra la agresión de los Estados Unidos de Norteamérica y respaldan el programa político del Frente Unido Nacional de Kampuchea y los 5 puntos del Frente Patriótico de Laos.
La República de Cuba y la República Popular de Hungría reiteran su decisión de seguir prestando todo tipo de ayuda en el futuro a los pueblos de Indochina, con el fin de lograr el triunfo de la justa lucha de éstos contra el imperialismo.
Ambas partes respaldan la lucha del pueblo coreano por el retiro de las tropas norteamericanas de Corea del Sur y las propuestas del Gobierno de la República Popular Democrática de Corea para la reunificación pacífica de su patria.
La parte cubana y húngara apoyan decididamente la lucha de los pueblos árabes y se manifiestan por la liquidación de las consecuencias de la agresión israelí en el Medio Oriente. Por la retirada inmediata de las tropas de Israel de todos los territorios árabes ocupados en junio de 1967. Por el reconocimiento de los derechos legítimos e inalienables del pueblo árabe de Palestina, y el establecimiento de una paz justa y duradera en el Medio Oriente.
Cuba y Hungría expresaron su confianza en el éxito de la lucha de liberación nacional que sostienen los pueblos de África contra el colonialismo y el neocolonialismo.
Ambas delegaciones expresaron su solidaridad y apoyo a la lucha armada que llevan a cabo los pueblos de Guinea Bissau y Cabo Verde, Angola y Mozambique, así como a la lucha de los pueblos de Namibia, Zimbabwe y África del Sur, contra la bárbara política racista practicada por los regímenes de Pretoria y Salisbury.
En relación con la actual situación en Europa, las dos partes atribuyen gran significación a los esfuerzos que realizan los países miembros del Pacto de Varsovia y otros países europeos por la consolidación de la paz y la seguridad en Europa. Valoran altamente el progreso que se ha producido en ese sentido en los últimos años. Atribuyen especial significación al hecho de que la opinión pública europea apoye la idea de la realización de la Conferencia de Seguridad Europea y que incluso la mayoría de los gobiernos de ese continente se pronuncien a favor de su convocatoria.
La parte cubana expresó su apoyo a los esfuerzos de la República Popular de Hungría y de los demás países socialistas por la realización, sin ningún tipo de condiciones previas, de la conferencia de seguridad y cooperación europeas, por la creación de un sistema de seguridad que garantice la paz y la cooperación en Europa, lo que deberá ejercer un efecto beneficioso para la distensión internacional, para la lucha contra la violencia imperialista practicada contra los pueblos y por la paz y el progreso. En este sentido las dos partes estiman como un paso importante la firma de los tratados entre la Unión Soviética y la República Popular de Polonia con la República Federal de Alemania, del acuerdo cuatripartito sobre Berlín Occidental, así como de los acuerdos concertados entre los dos Estados alemanes sobre la base del derecho internacional.
Consideran como una premisa indispensable para la paz y la seguridad europea e internacional el más pronto reconocimiento de la República Democrática Alemana según las normas del derecho internacional y se manifiestan en pro de la admisión simultánea de los dos Estados alemanes en el seno de la Organización de Naciones Unidas.
Ambas partes se pronuncian a favor del desarme general y completo y apoyan la proposición de la Unión Soviética de convocar una conferencia mundial de desarme en la que participarían todos los países.
Las dos delegaciones dedicaron especial atención a la situación de América Latina. Constataron que los pueblos del continente se enfrentan cada vez más poderosamente al imperialismo norteamericano y a los gobiernos a su servicio. Saludaron el auge de la lucha en ese continente, a la que se han sumado activamente nuevas capas y sectores que junto a los obreros, los campesinos y los estudiantes enarbolan la bandera de la revolución.
Dieron su apoyo solidario al gobierno de la Unidad Popular que preside Salvador Allende en Chile. Respaldaron las medidas nacionalistas tomadas en el Perú y expresaron su identificación con las justas y legítimas aspiraciones del pueblo panameño a la soberanía sobre la totalidad de su territorio.
La República de Cuba y la República Popular de Hungría condenan la sistemática política agresiva e intervencionista de los Estados Unidos contra los pueblos de América Latina.
Las dos delegaciones proclaman su decidido apoyo al derecho que asiste a los pueblos subdesarrollados a rescatar sus riquezas nacionales de manos de los monopolios extranjeros y condenan la práctica imperialista de aplicar represalias de todo tipo contra el creciente movimiento de independencia económica y política de los pueblos de Asia, África y América Latina. Condenan los esfuerzos que realizan los imperialistas por perpetuar la injusta situación del intercambio comercial desigual que imponen a los países subdesarrollados. Las dos partes constataron con suma satisfacción que la visita a Hungría del compañero Fidel Castro y de sus acompañantes, así como las conversaciones e intercambios de opiniones que sostuvieron, en un ambiente fraternal, de comprensión y amistad camaraderil, resultaron exitosas. Fortalecieron la comprensión y el respeto mutuos entre los dos partidos, gobiernos y pueblos. Exploraron nuevas posibilidades para la ampliación en todos los terrenos de la estrecha amistad fraternal y de las relaciones entre la República de Cuba, sobre la base de los principios del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario. Las conversaciones y contactos sostenidos, en los que se llegó a una absoluta coincidencia de criterios en los problemas fundamentales abordados, han constituido un valioso aporte a la causa común de ambos países.
El compañero Fidel Castro, en nombre del Comité Central del Partido Comunista y del Gobierno Revolucionario de la República de Cuba, invitó al compañero Janos Kadar, Primer Secretario del Comité Central del Partido Obrero Socialista Húngaro y al compañero Jeno Fock, Presidente del Consejo de Ministros de la República Popular de Hungría, a realizar una visita oficial y amistosa a la República de Cuba. Esta invitación fue aceptada con agradecimiento y la fecha de la visita será fijada oportunamente.
Budapest, 6 de junio de 1972
En el curso de su visita, el compañero Fidel Castro y sus acompañantes visitaron centros industriales y agrícolas, instituciones científicas y culturales y sostuvieron encuentros con obreros, campesinos, soldados y estudiantes.
En todas partes el pueblo húngaro dispensó una calurosa acogida a los invitados cubanos, expresión de la sincera amistad y reconocimiento que siente hacia el hermano pueblo cubano.
Durante su visita el compañero Fidel Castro sostuvo contactos y conversaciones con los compañeros Janos Kadar, Primer Secretario del Partido Obrero Socialista Húngaro; Pal Losonczi, Presidente del Consejo Presidencial de la República Popular de Hungría; y Jeno Fock, Presidente del Consejo de Ministros de la República Popular de Hungría, con quienes efectuó un amistoso intercambio de opiniones sobre cuestiones de mutuo interés para ambos países.
En el curso de las conversaciones entre la delegación cubana y los dirigentes del Partido y el Gobierno de Hungría, se informaron mutuamente sobre experiencias de la construcción socialista en sus respectivos países; sostuvieron un amplio intercambio de ideas sobre las tareas referente al fortalecimiento futuro de las relaciones fraternales entre la República de Cuba y la República Popular de Hungría, a la ampliación de la cooperación entre ambos países en el orden político, económico, cultural y de toda índole, así como sobre cuestiones actuales del movimiento comunista mundial y las luchas de liberación nacional y en relación con los problemas internacionales fundamentales de nuestra época. Constataron que las relaciones cubano-húngaras han alcanzado un nivel significativo en el terreno político, estatal, social y cultural, que está en correspondencia con los vínculos existentes entre los dos partidos y países, basados en los principios del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario. Comprobaron los resultados positivos de su colaboración en los terrenos de la economía, la ciencia y la técnica. Examinaron las posibilidades del desarrollo especializado que la economía húngara ofrece para ampliar y profundizar la colaboración entre los dos países. Expresaron su convicción de que la fructífera cooperación existente entre Cuba y Hungría coadyuva a la consolidación de la unidad y cohesión de la comunidad de Estados socialistas y al avance de la lucha antimperialista.
La parte húngara expresó el profundo respeto, reconocimiento y los sentimientos amistosos del pueblo de la República Popular de Hungría hacia el hermano pueblo cubano, que bajo la dirección del Partido Comunista de Cuba ha alcanzado importantes logros en la construcción de las bases del socialismo. Más de un siglo de lucha contra el colonialismo y el imperialismo, que desembocó en la guerra revolucionaria iniciada con el asalto al cuartel Moncada, fue necesario para que Cuba tomara definitivamente el camino de su liberación. los avances en la transformación y modernización de su economía semicolonial deformada por la dominación imperialista, las conquistas históricas del régimen revolucionario en la enseñanza, en la salud del pueblo y en la elevación de su nivel cultural, el desarrollo de la democracia socialista y su consecuente política antimperialista e internacionalista llevada a cabo conjuntamente con la comunidad socialista, aseguran a Cuba revolucionaria un prestigio creciente en América latina y en toda la vida internacional.
La parte húngara condenó el bloqueo imperialista de los Estados Unidos contra Cuba, las actividades enemigas instigadas por los norteamericanos; se pronunció en contra de la existencia ilegal de una base militar norteamericana en Guantánamo, en pleno territorio de la República de Cuba, y apoyó la exigencia del pueblo y el gobierno cubanos de que ésta sea retirada incondicionalmente.
El triunfo de la primera revolución socialista en el continente americano significó el principio del fin de la opresión imperialista norteamericana en América Latina.
Cuba socialista, parte inseparable de la comunidad de pueblos latinoamericanos, demostró que el imperialismo podía derrotársele en lo que hasta entonces fue su coto cerrado.
Ambas partes afirmaron con satisfacción que la política de bloqueo del imperialismo norteamericano no solamente fue incapaz de quebrantar el ímpetu revolucionario del pueblo cubano apoyado en la ayuda multilateral de la Unión Soviética y de la comunidad socialista, sino que por el contrario templó la fuerza y cohesión del pueblo, fortaleció su resolución de llevar adelante victoriosamente la construcción del socialismo en Cuba. Es una conquista considerable del pueblo cubano, de los países socialistas y de las fuerzas revolucionarias y progresistas latinoamericanas y de todo el mundo el haber roto el cerco imperialista contra Cuba.
La delegación cubana expresó su reconocimiento al meritorio esfuerzo realizado por el pueblo húngaro bajo la dirección del Partido Obrero Socialista Húngaro en la transformación política, económica, cultural y social del país. Hizo constar su admiración por la valentía y la tenacidad con que los comunistas húngaros han enfrentado siempre todas las dificultades. También rindió homenaje a los combatientes antifascistas, o los hombres que entregaron su vida en esa lucha, contribuyendo con ello a la derrota del nazi-fascismo y al triunfo del socialismo.
La parte cubana manifestó su complacencia por los éxitos alcanzados hasta el presente en el cumplimiento de los tareas acordadas por el X Congreso del Partido Obrero Socialista Húngaro y al propio tiempo su convicción de que habrán de materializarse cabalmente.
En nombre del pueblo, el Partido y el Gobierno cubano, la delegación agradeció el apoyo multilateral y la cooperación brindada por Hungría a la construcción del socialismo en Cuba.
Las dos partes expresaron su firme resolución de seguir desarrollando y fortaleciendo las relaciones entre sus partidos y países en interés de sus pueblos, en beneficio del socialismo y de la paz.
Ambas partes destacaron el apoyo de la Unión Soviética tanto en el desarrollo económico como en la defensa del socialismo en Cuba y en Hungría, lo que ejemplifica el papel decisivo que ello desempeña en la lucha de los pueblos por su liberación y por la construcción de una vida nueva.
Durante las conversaciones ambas delegaciones sostuvieron un intercambio de opiniones en torno a los problemas actuales del movimiento comunista y obrero mundial y de la situación internacional, dedicándole especial atención a la lucha antimperialista y de liberación nacional de los pueblos oprimidos y explotados de Asia, África y América Latina.
Las dos delegaciones estuvieron de acuerdo en que nuestra época se distingue por la profundización del proceso revolucionario. El sistema socialista mundial, desempeña un papel decisivo para el avance de las fuerzas revolucionarias en todo el mundo y para detener las fuerzas agresivas y guerreristas. En esta lucha común, llevado a cabo conjuntamente con los movimientos de liberación nacional, con la clase obrera de los países capitalistas y con todas las fuerzas antimperialistas, se va transformando cada vez más vigorosamente lo faz del planeta.
Afirmaron que constituye un factor de decisiva importancia en la gran lucha internacional el que se restablezca, fortalezca y consolide la unidad del movimiento comunista mundial, de los países socialistas.
Reafirmaron su firme resolución de hacer en el futuro como hasta ahora todo lo posible por la consecución de estos objetivos.
Al examinar la situación en Indochina, las dos delegaciones condenaron la brutal agresión y la política genocida que llevan a cabo los imperialistas norteamericanos en Viet Nam, y en particular las recientes medidas decretadas por el gobierno de los Estados Unidos de bloquear los puertos y bombardear sistemáticamente las ciudades y los medios de comunicación de la República Democrática de Viet Nam, lo que constituye una flagrante violación de las normas del derecho internacional y de las prerrogativas soberanas de otros países. Cuba y Hungría expresan su plena identificación con la lucha ejemplar y heroica del pueblo vietnamita, saludan la victoriosa ofensiva que llevan a cabo los patriotas en el sur, que ha conducido a la bancarrota la política de "vietnamización", hacen suyas, dándoles el más absoluto respaldo, las propuestas de la República Democrática de Viet Nam y el Gobierno Revolucionario Provisional de Viet Nam del Sur, en especial los 7 puntos que exigen el cese de la agresión norteamericana, la retirada inmediata e incondicional de todas las tropas de los Estados Unidos y sus aliados, y el cese del apoyo al régimen títere de Thieu. Se manifiestan a favor del reinicio de las negociaciones de París sobre las bases planteadas por la RDV y el Gobierno Revolucionario Provisional de Viet Nam del Sur para la solución del conflicto.
Ambas partes expresaron su solidaridad con la lucha que llevan a cabo los pueblos de Laos y Cambodia contra la agresión de los Estados Unidos de Norteamérica y respaldan el programa político del Frente Unido Nacional de Kampuchea y los 5 puntos del Frente Patriótico de Laos.
La República de Cuba y la República Popular de Hungría reiteran su decisión de seguir prestando todo tipo de ayuda en el futuro a los pueblos de Indochina, con el fin de lograr el triunfo de la justa lucha de éstos contra el imperialismo.
Ambas partes respaldan la lucha del pueblo coreano por el retiro de las tropas norteamericanas de Corea del Sur y las propuestas del Gobierno de la República Popular Democrática de Corea para la reunificación pacífica de su patria.
La parte cubana y húngara apoyan decididamente la lucha de los pueblos árabes y se manifiestan por la liquidación de las consecuencias de la agresión israelí en el Medio Oriente. Por la retirada inmediata de las tropas de Israel de todos los territorios árabes ocupados en junio de 1967. Por el reconocimiento de los derechos legítimos e inalienables del pueblo árabe de Palestina, y el establecimiento de una paz justa y duradera en el Medio Oriente.
Cuba y Hungría expresaron su confianza en el éxito de la lucha de liberación nacional que sostienen los pueblos de África contra el colonialismo y el neocolonialismo.
Ambas delegaciones expresaron su solidaridad y apoyo a la lucha armada que llevan a cabo los pueblos de Guinea Bissau y Cabo Verde, Angola y Mozambique, así como a la lucha de los pueblos de Namibia, Zimbabwe y África del Sur, contra la bárbara política racista practicada por los regímenes de Pretoria y Salisbury.
En relación con la actual situación en Europa, las dos partes atribuyen gran significación a los esfuerzos que realizan los países miembros del Pacto de Varsovia y otros países europeos por la consolidación de la paz y la seguridad en Europa. Valoran altamente el progreso que se ha producido en ese sentido en los últimos años. Atribuyen especial significación al hecho de que la opinión pública europea apoye la idea de la realización de la Conferencia de Seguridad Europea y que incluso la mayoría de los gobiernos de ese continente se pronuncien a favor de su convocatoria.
La parte cubana expresó su apoyo a los esfuerzos de la República Popular de Hungría y de los demás países socialistas por la realización, sin ningún tipo de condiciones previas, de la conferencia de seguridad y cooperación europeas, por la creación de un sistema de seguridad que garantice la paz y la cooperación en Europa, lo que deberá ejercer un efecto beneficioso para la distensión internacional, para la lucha contra la violencia imperialista practicada contra los pueblos y por la paz y el progreso. En este sentido las dos partes estiman como un paso importante la firma de los tratados entre la Unión Soviética y la República Popular de Polonia con la República Federal de Alemania, del acuerdo cuatripartito sobre Berlín Occidental, así como de los acuerdos concertados entre los dos Estados alemanes sobre la base del derecho internacional.
Consideran como una premisa indispensable para la paz y la seguridad europea e internacional el más pronto reconocimiento de la República Democrática Alemana según las normas del derecho internacional y se manifiestan en pro de la admisión simultánea de los dos Estados alemanes en el seno de la Organización de Naciones Unidas.
Ambas partes se pronuncian a favor del desarme general y completo y apoyan la proposición de la Unión Soviética de convocar una conferencia mundial de desarme en la que participarían todos los países.
Las dos delegaciones dedicaron especial atención a la situación de América Latina. Constataron que los pueblos del continente se enfrentan cada vez más poderosamente al imperialismo norteamericano y a los gobiernos a su servicio. Saludaron el auge de la lucha en ese continente, a la que se han sumado activamente nuevas capas y sectores que junto a los obreros, los campesinos y los estudiantes enarbolan la bandera de la revolución.
Dieron su apoyo solidario al gobierno de la Unidad Popular que preside Salvador Allende en Chile. Respaldaron las medidas nacionalistas tomadas en el Perú y expresaron su identificación con las justas y legítimas aspiraciones del pueblo panameño a la soberanía sobre la totalidad de su territorio.
La República de Cuba y la República Popular de Hungría condenan la sistemática política agresiva e intervencionista de los Estados Unidos contra los pueblos de América Latina.
Las dos delegaciones proclaman su decidido apoyo al derecho que asiste a los pueblos subdesarrollados a rescatar sus riquezas nacionales de manos de los monopolios extranjeros y condenan la práctica imperialista de aplicar represalias de todo tipo contra el creciente movimiento de independencia económica y política de los pueblos de Asia, África y América Latina. Condenan los esfuerzos que realizan los imperialistas por perpetuar la injusta situación del intercambio comercial desigual que imponen a los países subdesarrollados. Las dos partes constataron con suma satisfacción que la visita a Hungría del compañero Fidel Castro y de sus acompañantes, así como las conversaciones e intercambios de opiniones que sostuvieron, en un ambiente fraternal, de comprensión y amistad camaraderil, resultaron exitosas. Fortalecieron la comprensión y el respeto mutuos entre los dos partidos, gobiernos y pueblos. Exploraron nuevas posibilidades para la ampliación en todos los terrenos de la estrecha amistad fraternal y de las relaciones entre la República de Cuba, sobre la base de los principios del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario. Las conversaciones y contactos sostenidos, en los que se llegó a una absoluta coincidencia de criterios en los problemas fundamentales abordados, han constituido un valioso aporte a la causa común de ambos países.
El compañero Fidel Castro, en nombre del Comité Central del Partido Comunista y del Gobierno Revolucionario de la República de Cuba, invitó al compañero Janos Kadar, Primer Secretario del Comité Central del Partido Obrero Socialista Húngaro y al compañero Jeno Fock, Presidente del Consejo de Ministros de la República Popular de Hungría, a realizar una visita oficial y amistosa a la República de Cuba. Esta invitación fue aceptada con agradecimiento y la fecha de la visita será fijada oportunamente.
Budapest, 6 de junio de 1972
Source:
06/06/1972