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Fidel y su aporte a la ciberseguridad

Date: 

25/11/2024

Source: 

Cubadebate

Auteur: 

En la actualidad la hegemonía de Estados Unidos sobre el planeta ha entrado en una etapa de declive, tanto en el terreno económico como ideológico, y solo puede mantenerse apoyándose en acciones militares que necesitan cada vez más, de medios para la guerra producidos con modernas tecnologías por el complejo militar de ese país y de la manipulación mediática.
 
En el llamado Tercer Mundo ya existen alternativas al monopolio yanqui sobre infraestructuras y tecnologías de comunicaciones; pero se concentran en pocos países. La mayoría dependen del conglomerado de satélites, cables de fibra óptica, estaciones de radio y televisión, proveedores de servicios de internet y redes digitales en manos de grandes monopolios al servicio del capital.
 
La Revolución Cubana desde muy temprano, a instancias del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, trazó las bases para el desarrollo de las comunicaciones, electrónica, computación y la automatización en todos los sectores del país y de la educación de las masas en estas materias. Se trataba de una concepción sobre el papel de estas tecnologías para alcanzar la independencia y preservar la seguridad nacional. En sus palabras de clausura de Pedagogía 90 en el teatro Karl Marx, el 9 de febrero de 1990 se refirió a ello:
 
“La independencia no es una bandera, o un himno, o un escudo; la independencia no es una cuestión de símbolo, la independencia depende del desarrollo, la independencia depende de la tecnología, depende de la ciencia en el mundo de hoy. ¿Cómo podemos alcanzar eso sin educación? ¿Cómo podemos competir sin educación? ¿Cómo podemos manejar las máquinas modernas sin educación, hoy que casi todo se resuelve a través de la electrónica y la computación? En la era de estas técnicas, ¿cómo poder ser libres manteniéndonos analfabetos, si no empezamos por la educación?”
 
Esa idea del máximo líder del proceso revolucionario cubano revela el propósito de poner los adelantos de las tecnologías a disposición del pueblo, de crear una cultura en su uso.
 
Así, proyectó el uso de la televisión con fines educativos en fecha tan temprana como 1961, la introducción de computadoras en la zafra azucarera en 1969 y posteriormente en los diferentes niveles de la educación, denunció los programas de espionaje y el bloqueo de las telecomunicaciones de nuestro país, creó los Joven Club de Computación y Electrónica y la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).
 
Su estatura como estratega visionario llegó a lo más alto cuando el gobierno de EE.UU. decidió en la segunda mitad de la década de 1980, agredir a Cuba, enviando señales de televisión con contenidos subversivos. En esa operación participaron directamente el Gobierno, el Congreso, las Fuerzas Armadas y las Agencias de Inteligencia estadounidenses. Contrataron empresas tecnológicas y académicos de universidades y centros de investigación, que estudiaron y propusieron las mejores variantes técnicas.
 
Bajo la guía de Fidel se aplicó todo un sistema de medidas organizativas, normativas, técnicas, educativas, políticas, comunicativas y diplomáticas, destinadas a garantizar la protección del espectro radioeléctrico cubano, que derivó en una rotunda derrota del imperialismo estadounidense en el orden tecnológico:
 
A los pocos minutos de salir al aire la señal de la mal llamada TV Martí, el 27 de marzo de 1990, se interfirió, y así fue durante todo el tiempo que estuvo en el éter. Incluso hubo amenazas de bombardear los puntos de interferencia y se llevaron a cabo actos de guerra, cuando en agosto de 2004 comenzaron a transmitir desde una aeronave militar del tipo EC-130, perteneciente al Comando Solo de una Unidad de Guerra Psicológica de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, señal que por demás, también fue interferida.
 
¿Cómo se hubiera logrado preservar nuestra soberanía sin especialistas y técnicos bien formados y capacitados?
 
Ese pensamiento ha estado presente en el objetivo de desarrollar tecnologías y productos que nos permitan seguir nuestro propio curso en la expansión de los servicios de telecomunicaciones, el comercio electrónico y en la creación de herramientas para enfrentar ciberataques en las diferentes modalidades.
 
El diseño, desarrollo y fabricación de la primera computadora digital cubana, la CID-201, el antivirus Segurimática, EcuRed, Transfermóvil, Enzona, toDus y Picta, han confirmado la idea de Fidel, que podemos pasar de consumidor a productor de desarrollos tecnológicos en función del desarrollo económico, social y de la soberanía del país.
 
Por estas razones es muy importante que la Tercera Jornada Nacional de Ciberseguridad, en curso del 20 al 30 de noviembre, haya priorizado el intercambio con jóvenes y niños sobre el uso seguro y responsable de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en escuelas, universidades, instalaciones de los Joven Club, de la UIC y en centros laborales, así como la realización de cursos cortos y concursos sobre temas de ciberseguridad.
 
Quizás es el momento, a partir del estudio e interpretación contextualizada del pensamiento de Fidel, de emprender nuevos proyectos educativos y sociales que permitan desde edades tempranas abordar, con sentido crítico, el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, de cómo lograr una recreación sana en la red y nutrirse de conocimientos, y el análisis de contenidos nocivos que circulan por las redes digitales, que nada tienen que ver con nuestra identidad. Se trata de mantener vivo su legado en el campo de las TIC y su utilización segura y enfrentar de manera creativa los complejos desafíos del presente.
 
Fidel nos convoca a ser unos eternos insatisfechos y hacer siempre mucho más.
 
Así lo reflejó en la clausura del IV Congreso de la UNEAC, el 28 de enero de 1988:
 
“¿Lo que hemos hecho es suficiente? Nos responderíamos inmediatamente que no. Podríamos preguntarnos si tenemos derecho a dormirnos en los laureles de los éxitos, de los esfuerzos realizados, que fueron, desde lo que se recordó aquí de la alfabetización, hasta el extraordinario cúmulo de hechos y de actividades, incluso de éxitos de la Revolución en el campo cultural. Pero si uno analiza esa historia y la analiza con un sentido crítico, tiene que reconocer que, en la cultura, como en todas las demás actividades, no podemos estar satisfechos con lo que hemos hecho, y tenemos que sacar la conclusión de que podíamos haber hecho mucho más […]