Amistad a fuego graneado
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Hay amistades que incrementan su valía con las pruebas del tiempo. De ese linaje es el lazo existente entre el pueblo vietnamita y el cubano. Asombra cómo siendo tan diferentes podemos compartir una solidaridad firme, leal y ejemplar. Así son también los vínculos de nuestros respectivos Partidos comunistas y del Estado. Todo ello; organización política, ordenamiento económico-social, junto a la gente sencilla conforman ese entramado humano latente y muy vivo por muchísimos años más. La próxima cercanía de un dirigente vietnamita, en este caso el Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y presidente del país, To Lam, (25-27 de septiembre 2024), fortalecerá las estrechas relaciones con Cuba y sus máximas autoridades.
Es este comentario, momento oportuno para evocar algunos episodios de la compleja senda recorrida en común. Ambas naciones por espacio de seis décadas han superado grandes desafíos: la guerra, los bloqueos, así como los cambios mundiales, pero sin descuidar, ni abandonar, nuestros principios revolucionarios. A contrapelo de adversidades, Vietnam y Cuba van cuesta arriba con tintes de una camaradería única, la cual comenzó en 1960 y, como bien nos recuerda la embajada vietnamita en La Habana, nuestro país estuvo entre los primeros en reconocer al Gobierno Revolucionario Provisional del Sur de Vietnam (1969) y apoyó incondicionalmente a la nación indochina durante su lucha. Durante los años difíciles de la guerra de resistencia contra los Estados Unidos (1954-1975), Cuba, bajo el liderazgo del presidente Fidel Castro, siempre se encontró del lado vietnamita, incluso manifestó disposición a ofrendar sangre cubana si fuera preciso.
Esto no quedó en mera declaración, porque el Comandante en Jefe, personalmente, estuvo en el Frente Sur vietnamita en 1973 y hasta arengó a la tropa, abanderándola. Cuba brindó su ayuda incondicional con suministros de armas, alimentos, medicinas…los artistas proyectaron sus voces y nacieron bellas canciones de solidaridad, los pintores reflejaron en sus lienzos la épica de un pueblo valeroso. ¡Y qué decir de los poetas!: Ahí tenemos a Félix Pita Rodríguez con “Su nombre puede ponerse en Verso”, dedicado a Ho Chi Minh, el gran líder universal, no únicamente vietnamita. En una de sus estrofas se lee:
“Por todas esas cosas y por muchas otras,
que es difícil encerrar en jaulas de palabras,
y porque para usted la dignidad del hombre
es más alta que el pan, más alta que la gloria, y más alta
que la propia supervivencia”.
Cualidades aplicables en su totalidad a los hermanos vietnamitas, forjados en el fuego, como nuestra amistad.
Cooperación sin par
Una vez terminada la contienda (1975) Cuba cooperó construyendo infraestructuras diversas y envió a numerosos expertos, técnicos, médicos o arquitectos. Estos últimos le dieron vida a “obras emblemáticas” que aún existen y están en uso hoy en día: el Hospital Đong Hoi en Quang Bình, la carretera de Ho Chí Minh, en la región central, etcétera. Muchos serían los ejemplos de hermandad. Nuestros vínculos han pasado por grandes pruebas: los bloqueos, la “Guerra Fría”, las tensiones geopolíticas, pero siempre hemos salido fortalecidos y unidos. Entre los momentos a destacar sobresalen los posteriores a la llamada política de Đoi Moi (Renovación) llevada a cabo en Vietnam en 1986. Paralelamente, la nación caribeña también se ha enfrascado en reformas económicas. En ese entorno, las relaciones entre ambos países se han fortalecido y expandido continuamente, pues “comprenden la importancia de mantener su amistad tradicional en un mundo que cambia rápidamente. Aunque están geográficamente distantes, la cooperación económica bilateral ha logrado avances significativos”.
“Vietnam ha apoyado a Cuba proporcionando productos agrícolas y bienes esenciales como arroz, café y otros productos agrícolas para ayudar a Cuba a enfrentar las dificultades económicas y los embargos (bloqueos) comerciales que sufre. Además, Vietnam ha compartido su experiencia en el desarrollo agrícola, especialmente en la producción de arroz y técnicas agrícolas sostenibles”, destaca la legación diplomática. Por otra parte, señala que “Cuba ha apoyado a Vietnam en áreas como la salud y los productos farmacéuticos, especialmente en la tecnología de producción de vacunas y productos biofarmacéuticos. Los productos médicos cubanos han contribuido significativamente a mejorar la calidad de la atención sanitaria en Vietnam, además de compartir su experiencia en el cuidado de la salud comunitaria”.
Haciendo frente a los “poderosos”
Es cierto que diferimos en profusión de costumbres, hábitos, tradiciones y cultura. Sin embargo, como dirían los mayores “estamos cortados por la misma tijera” cuando se trata de enfrentar las injusticias. Por tal motivo “Vietnam y Cuba siempre se han apoyado mutuamente en organizaciones internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal). Vietnam ha pedido en numerosas ocasiones que Estados Unidos levante el embargo (bloqueo) contra Cuba, tanto en foros internacionales como en reuniones bilaterales, argumentando que este ha durado décadas y ha causado muchas dificultades”.
También los hermanos vietnamitas consideran que esa política “no está en línea con el espíritu de cooperación internacional, ni con el respeto al derecho de autodeterminación de las naciones”. En las reuniones de la ONU, la nación indochina ha expresado continuamente su apoyo a los cubanos, pidiendo se le ponga fin: “subrayando que la cooperación y el diálogo aportan más beneficios que las sanciones”. Durante sus discursos en la Asamblea General de la ONU, los representantes de Vietnam han reafirmado que esta práctica es contraria al derecho internacional y de los derechos legítimos del pueblo cubano.
Somos, nadie osa dudarlo, símbolos de un heroísmo entretejido con firmes hilos de convicciones, esos que proyectan la Historia más allá de sus límites. Claudicar o rendirse jamás será parte del lenguaje de los pueblos vietnamita y cubano. Seguimos en la lucha por la paz mundial, de apoyo a la justicia y a la nobleza de la Humanidad, superando intereses mezquinos.
Con esta nueva visita de alto nivel, reafirmaremos estrategias, consolidaremos aún más vínculos para mejorar la cooperación, el apoyo mutuo en organizaciones internacionales y foros multilaterales. Tampoco escapará del dialogo la felicidad de los pueblos vietnamita y cubano.