Un gesto extraordinario
En 1972 tuve el altísimo honor de recibir al Comandante en Jefe en Guinea Conakry, la primera vez que arribó a tierras africanas.
Era entonces el embajador ante esa nación. Aquel fue un acontecimiento histórico y el recibimiento que le hizo el pueblo fue sorprendente.
Para esa visita, en la embajada habíamos preparado condiciones para que el Comandante se hospedara. La primera noche el presidente Ahmed Sékou Touré le ofreció a Fidel y a la delegación cubana una actividad cultural de bienvenida. Al terminar, pasada la medianoche, el jefe de Estado invitó a Fidel, a los comandantes Juan Almeida Bosque y José Abrantes y a mí al Palacio Presidencial.
Ya de madrugada y con una pequeña escolta llegamos a la sede del gobierno de Guinea Conakri. Para sorpresa nuestra, Sékou Touré abrió una puerta y le dijo a Fidel: «Comandante, este es mi cuarto. Según nuestras tradiciones, al hermano y al mejor amigo se les ofrece su cuarto cuando lo visitan. Este es su cuarto». Un gesto extraordinariamente sensible en esas culturas.