“Ustedes no podrán disponer de un día, una hora, un minuto ni un segundo para impedir que la conducción política y militar del país sea asumida de inmediato. Las órdenes de lo que debe hacerse están dadas de antemano. Cada hombre y mujer estarán en su puesto de combate sin perder un segundo.”
Renvoi au texte original:
Segunda Epístola