Tras la confirmación de los resultados de las elecciones nacionales del 26 de marzo, donde fueron elegidos 470 diputados al Parlamento de Cuba, la dirección del país expresó su compromiso con el perfeccionamiento del Gobierno.
 
La participación de seis millones 164 mil 876 electores en los comicios, lo que representa el 75,87 por ciento de un padrón actualizado de ocho millones 129 mil 321 cubanos, marcó la semana noticiosa en la isla, donde el presidente Miguel Díaz-Canel ratificó el compromiso con el pueblo y su clase obrera.
 
Los resultados electorales son considerados como una muestra de respaldo de la ciudadanía al proceso revolucionario de la nación caribeña, de ahí que el mandatario señalara que son igualmente un compromiso para perfeccionar el sistema político, las organizaciones de masas e instituciones estatales.
 
La víspera, en el CXIII Pleno del Consejo Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el jefe de Estado apuntó que las cifras alcanzadas en el sufragio se derivan de la resistencia heroica de los cubanos, en medio del desabastecimiento y las carencias.
 
A ello habrá que responder con soluciones, acompañamiento y espacios para ejercer de forma más eficiente la participación y el Poder Popular, agregó.
 
Los 470 diputados resultaron electos con más del 61 por ciento de los cinco millones 565 mil 640 boletas válidas (90,28 por ciento), de las cuales cuatro millones 12 mil 864 fueron marcadas con la opción de votar por todos los candidatos que se presentaban por cada municipio o distrito electoral.
 
En tanto, 215 mil 920 boletas fueron anuladas y 383 mil 316 se depositaron en blanco.
 
Los electos para integrar la X Legislatura del Parlamento cubano representan a todos los sectores de la sociedad, y destaca la alta presencia de mujeres y jóvenes entre los nuevos legisladores.
 
El 19 de abril está prevista la conformación de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y a partir de ese momento los nuevos legisladores comenzarán a trabajar, pues entre otras responsabilidades deben elegir a la dirección del Parlamento, al Consejo de Estado y al presidente y vicepresidente de la República.
 
Serán, además, los encargados de aprobar nuevas leyes y dar seguimiento a la implementación de las ya adoptadas, pero fundamentalmente, tendrán que convertir al Parlamento cada vez más en la imagen viva de los debates de la sociedad, para impulsar los cambios que necesita la nación.