El bloqueo a Cuba no es cuento (II, final)
Bien distante de quienes intentan minimizar el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, su impacto incluye obstáculos hasta para comprar piezas de repuesto de los ómnibus de seis escuelas de arte en la isla caribeña.
Pareciera un absurdo, pero la procedencia norteamericana constituye un impedimento para acceder al mercado y poder mantenerlos en funcionamiento, lo que incide de manera directa en la docencia, al no poderse soportar la logística de la transportación de profesores y alumnos.
Los efectos de las medidas económicas, comerciales y financieras de Washington contra la nación antillana provocan carestías reales que llegan a la imposibilidad de adquirir equipos de audio y cámaras de video semiprofesionales a un costo moderado.
Según el informe del Ministerio de Cultura de la nación antillana sobre las afectaciones del cerco estadounidense en el Sistema de la Enseñanza Artística del 1 de agosto de 2021 al 28 de febrero de 2022, las restricciones alcanzan a limitar la compra de aditamentos para la seguridad de los estudiantes en aparatos complejos del circo.
Las limitaciones son reales, no son cuentos de las autoridades cubanas para justificar los problemas del país. Y van desde accesorios tan elementales como zapatillas, maillots, leotardos y similares para el ballet, la danza y el teatro, generalmente gastables y de difícil restauración.
Lo mismo sucede con pinturas acrílicas, óleos y otras, de papel, cartulinas, lienzos e instrumentos para el aprendizaje de la pintura, el grabado, el dibujo y para esculpir en los diferentes materiales que exige la creación en las artes plásticas.
Muchas veces tenemos roturas de las cuerdas y no podemos sustituirlas; los instrumentos de viento también, no tienen cañas, comentó a Cubavisión Internacional Rocío González, estudiante de tercer año de viola en la Escuela Nacional de Artes (ENA) de La Habana.
Dulce Luz Abon, directora de la ENA, aseguró que la reconocida institución docente no puede comprar los instrumentos de la calidad que esa enseñanza requiere y que aporta una gran parte en la formación de los estudiantes.
“Es decir, pudiéramos comprar instrumentos en Estados Unidos o en Europa que son mejores, pero el bloqueo no nos lo permite, porque no tenemos las vías, los mecanismos para obtenerlos”, explicó al canal de televisión cubano.
MUROS Y PRECIOS EXCESIVOS
Según las autoridades culturales del país, en 2021 fue aún más difícil conseguir recursos especializados en un mercado internacional plagado de precios excesivos y el acecho de la extraterritorialidad de las leyes anticubanas, con departamentos dedicados al seguimiento de las finanzas de la isla.
A esas dificultades se sumó el aumento excesivo de los pagos de los fletes por la lejanía de las fuentes de recursos y de mecanismos para estrangular la más mínima ayuda, provocando la disminución de intermediarios que se arriesguen a hacer transacciones con Cuba.
Los altos costos solicitados por las agencias transportistas al trasladar desde el otro extremo del mundo materiales cuyos precios serían cuatro veces menores de comprarse en Estados Unidos, obligaron a Cuba a explorar mercados más cercanos pero que también encarecieron los productos por el contexto económico mundial.
Altos precios de las contrataciones, aumentos de los gastos en fletes, de las primas de seguros, son algunos de los tantos contratiempos que complejizan aún más la tenencia de recursos para la enseñanza del arte en Cuba.
El informe indicó que en los primeros meses de 2022, el país no pudo realizar nuevas compras de materiales escolares y se pudo cubrir lo necesario para el curso escolar porque el tiempo de pandemia de Covid-19 no permitió realizar clases presenciales y tales recursos ya estaban en disponibles en el país desde el año anterior.
A pesar de los muros, los servicios culturales ofertados por las escuelas de arte en el plano internacional son valorados como de alto potencial y cotizados a nivel mundial a precios significativos, con buena demanda.
Sin embargo, a la nación le cuesta mucho poder instrumentarlos de forma adecuada porque aparece el enemigo, vigilante, que veta, de forma reiterada, la entrada al mercado de Estados Unidos y amenaza a otros, no solo por leyes, si no hasta con la proliferación de campañas de descrédito y de terror mediático.
“Hemos comprobado que temores a represalias han hecho renunciar la puesta en marcha de varios proyectos de contratos académicos por escuelas y personas independientes, quienes presentan excusas diversas para declinar y la mayor parte de las veces, prefieren dilatar en el tiempo los planes, pues a pesar de todo, sienten verdadero interés por nuestros servicios”, apuntó el documento.
Los 60 años de pedagogía artística y los importantes resultados culturales de Cuba, cuentan con gran prestigio internacional, por lo que por tales obstáculos el país dejó de percibir ingresos valorados por encima de los 700 mil dólares.
Eso, sin contar con otro de los importantes frenos: las complejidades con los canales de pago vinculados con la prohibición de Washington de que bancos internacionales puedan realizan operaciones relacionadas con Cuba, y que convierten en inoperantes muchos de los acuerdos con otros países.
Las afectaciones relacionadas con la utilización de las pasarelas de pago están en el orden de los 45 mil dólares en esa etapa. La nación caribeña no pudo percibir un porciento de los ingresos al tener que pagar impuestos por transferencias en los servicios brindados en México, Brasil, Italia, Portugal y España.
Pese a todo, los servicios culturales de las escuelas de arte se mantienen y avanzan, incluyendo cursos, talleres, asesorías artísticas, contratos de los usos de los métodos cubanos y exportaciones de saberes académicos, que se diversifican y ajustan según los intereses de las partes.
INCITACIÓN AL ÉXODO
A pesar de las evidentes trabas al desarrollo de Cuba y de sus profesionales, el Gobierno de Washington muestra el éxodo de artistas nacionales hacia otros países como una prueba de oposición a la Revolución cubana.
No es menos cierto que la negativa de visado a Estados Unidos, la interrupción de servicios consulares en Cuba, así como las dificultades para el intercambio de libre de información y conocimientos entre ambas naciones, son, sin duda, incitaciones a la fuga de talentos.
Otros ejemplos de esa política son también los constantes ofrecimientos de becas de estudios a alumnos participantes en intercambios y concursos, con propuestas de continuidad y posibilidades de ubicación profesional en importantes agrupaciones, fundamentalmente en especialidades de ballet y música.
El propio confinamiento, resultado de las sanciones estadounidenses, limitan además que decenas de miles de profesionales de las artes, egresados en doble condición de maestros y artistas, puedan ofrecer servicios en cualquier lugar del mundo gracias a la altísima formación.
La agresividad del asedio de Washington a través del bloqueo constituye un impedimento para el desarrollo económico, social y espiritual de los cubanos, sobre todo, para el de las más jóvenes generaciones, de ahí que rechazarlo y condenarlo debe seguir siendo una prioridad para todo el mundo.