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Los cubanos tenemos que trabajar ayudándonos los unos a los otros

«Verdad que Cuba es linda…», dijo en la mañana de ayer el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al llegar a la cooperativa pesquera Caleta Grande.
 
El Jefe de Estado hizo la observación a solo minutos de haber llegado a ese punto al sur del municipio especial Isla de la Juventud.
 
Sus palabras de admiración, sin embargo, no se quedaron en la superficie: en su visita a esa zona, que fue duramente azotada por Ian, propuso aprovechar la oportunidad que ofrece la naturaleza, para poner a la altura de su belleza –sin olvidar el confort y lo perdurable– todo cuanto se haga en estos tiempos de recuperación, y también mirando con luz larga.      
 
Más de una vez alertó el Presidente del Consejo de Defensa Nacional sobre esa realidad caribeña de que los ciclones seguirán golpeándonos. Por eso, habló de hacer viviendas fuertes y hermosas como el entorno, con techos bien asegurados y por cuyos aleros no se cuelen las ráfagas que todo lo levantan.
 
«La Isla trabajó duro y se recuperó rápido», afirmó a las autoridades locales y a los pescadores de la cooperativa. Hizo énfasis en ese logro, atendiendo a que en los primeros momentos «a ustedes no se les podía mandar mucha ayuda porque ni se podía navegar; trabajaron con las fuerzas de ustedes, de manera organizada».
 
En los primeros minutos, sobre las arenas, el mandatario quiso saber cuántos habitantes hay allí, y cuántas casas. Le dijeron que son unos 300 pobladores, y 122 familias. También preguntó si ya las oficinas de trámites estaban funcionando, y si ya estaban llegando los recursos para la recuperación.
 
En la zona, como consecuencia del paso de Ian, hubo derrumbes totales y parciales de cubiertas, y otros daños; los afectados, según explicaron al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, serán ayudados por los colectivos de sus centros laborales. Los vecinos –como dijo Díaz-Canel– también podrían apoyar mucho.
 
A preguntas hechas por el Jefe de Estado, informó Adiel Morera que, desde el viernes pasado, a las siete de la noche, fueron totalmente restablecidos en la Isla los servicios de electricidad y de abasto de agua; y que el sábado se habían incorporado las comunicaciones.
 
Con los trabajadores de la cooperativa quiso saber el Presidente cubano cuándo saldrán nuevamente a pescar. Ellos explicaron que primero quieren recuperar el muelle –el cual fue destrozado por el huracán–; y añadieron la buena noticia de que, como las embarcaciones habían sido puestas a buen resguardo, ellas sí están en buen estado.
 
A las autoridades locales el mandatario les habló de las personas que han sido afectadas por más de un ciclón. Lo dijo para hacer énfasis en la necesidad de construir viviendas que sean fuertes, y con las cuales saldar la deuda social de darles algo confortable, que vaya más allá de lo que se conoce como «facilidad temporal».
El Presidente orientó construir infraestructuras más resistentes. Foto: Estudios Revolución
 
«Aquí en Cocodrilo, dijo el Jefe de Estado, todo lo que vayamos a hacer, de recuperación tiene que quedar mejor que como estaba. Tiene que quedar más bonito; tiene que quedar más fuerte, más seguro». Reflexionó entonces sobre el valor de «trabajar con buenas caídas de techo», y de hacer bien las cosas.
 
Temas esenciales como el de la alimentación y que esta sea sostenible, llevar adelante un proyecto de recuperación, «y poco a poco ir mejorando el hábitat», formaron parte de todo lo conversado en la mañana de este lunes, cuya agenda incluyó el paso por el círculo infantil, la farmacia, el consultorio médico y la bodega.
 
Justamente en este último punto Díaz-Canel conversó con los pobladores, a quienes expresó que «todo el mundo va a tener atención». Y sobre el municipio especial, dijo: «Ahora nos queda lo más duro, que es la recuperación en alimentos y la recuperación en el tema de las viviendas. Aquí hay un grupo de afectaciones parciales, pero en la misma medida en que van llegando suministros, se recuperarán rápido; y hay que trabajar con más tiempo en los derrumbes totales, pero todo va a tener atención.
 
«Tenemos la impresión –añadió– de que aquí se trabajó bien»: antes del ciclón, preparando cómo proteger a las personas y los bienes; y después del ciclón, en la etapa recuperativa. El mandatario expresó a sus interlocutores: «Ustedes también trabajaron aquí muy unidos; sabemos que hay familias que han acogido a las que están en una situación más complicada con la vivienda, y eso ha ayudado también a que nadie quede desamparado.
 
«Con la rapidez con la que se trabajó aquí en la Isla se ha recuperado también Mayabeque; se ha recuperado La Habana; ahora nos quedan como lugares más complejos Artemisa y Pinar del Río».
 
Díaz-Canel no quiso terminar el intercambio con los pobladores sin antes decir: «Quería darles una impresión muy personal; yo nunca había estado en este lugar. Tienen un lugar bellísimo; y hay la disposición, la voluntad del Gobierno del territorio, y del Partido, de seguir profundizando ese proceso de transformación del barrio que aquí se inició».
 
Así será, dijo, «para que este lugar cada vez mejore el hábitat, mejore las condiciones a partir de todo lo que naturalmente ustedes tienen como belleza; y yo creo que va a ser un lugar muy acogedor para ustedes y para el que los visite».
 
Una vecina de allí lamentó que el mandatario haya ido «ahora que todo está destruido». Y él le aseguró que volverá por Cocodrilo.
 
Otra mujer aprovechó para agradecer al equipo de Gobierno «de aquí de la Isla de la Juventud, que nos apoyaron en todo, estuvieron con nosotros limpiando esto.
 
«Así es como tenemos que trabajar los cubanos: ayudándonos los unos a los otros», destacó el Presidente. E hizo hincapié: «Y así, trabajando con paz, con armonía, con solidaridad entre todos, con unidad, es como nosotros vamos a vencer».
 
Otra mujer le dijo a Díaz-Canel que en la zona faltan empleos. Y él razonó junto con todos: «Pero tenemos que crearlos. ¿En qué cosas?: en las que más le hacen falta a la comunidad: en producir alimentos, en los servicios que tengamos que ir abriendo aquí, en las inversiones que se puedan hacer».
 
En aquel paisaje impresionante y lejano hay una escuela mixta –llamada Máximo Caignet– que también fue visitada por el Jefe de Estado. Allí a él le impresionaron –y así lo comentó a la prensa– la cultura del detalle, la limpieza y la disciplina. «Muchas gracias, maestra», dijo el dignatario antes de irse, no sin antes recordar que los cambios de un barrio en transformación deben ser a la medida de las costumbres del escenario, y también de sus hijas e hijos.

Source: 

Periódico Granma

Date: 

04/10/2022