Laureles y olivos
Laureles y olivo que han reverdecido
gracias a tu aliento de sabio hacedor
Te extrañan un día y al otro te echan de menos
Yo noto que faltan tus letras tus gestos
En plazas escuelas y en rostros
Halcón navegante del todo
Que has volado para nosotros
Enséñanos ese misterio
Para hacer con luz un país
Como es tu tesoro
De Humano y amigo
Que ningún disparo ha podido contigo
Como ser oasis en desiertos perdidos
En un mundo tirando a gris
A un año de ausencia “mi viejo”
tu llama en el pecho es tan fuerte
que creo que soy una suerte de voz
con clara directriz.
Veré cómo crecen tus nietos,
les contaré tus historias, tus retos.
Pero me resulta difícil
contarles sin tu imagen tan pura
esculpida por manos, ternura,
en los parques al lado de Martí.
Contarles cómo el zambrán ceñía los sueños
Cómo tu gorra es un astro del cielo.
Y Cómo tus manos hablaban por ti
Y al cabo pienso que fue mejor luego
Tu voluntad de dejarle al silencio, espacio y tiempo
Porque imaginemos
Y así aprender de tus cosas afín
El modo en que un hombre se marcha y se queda
La forma en que la humanidad te hereda
De aquella manera en que el sol nos calienta
Si hacemos lo que tu espíritu alienta
Solo así poder decir que te merecemos al fin
Laureles y olivos que han reverdecido
Cubriendo ese rombo que nos libertó
Demuestran que no eres un ser del olvido
que el futuro siempre estará agradecido
De tus firmes pasos padre hermano amigo
Aunque pase el tiempo, jamás te diremos adiós…