Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en acto solemne de homenaje a los natalicios de Maceo y Che, en el Cacahual, Ciudad de La Habana, el 15 de junio del 2002
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Compatriotas:
Hoy rendimos homenaje a dos hombres extraordinarios, que han dejado profunda huella en la historia de nuestra Patria: Maceo y el Che.
Del primero, leía con avidez todo cuanto se refería a él. Lo vi siempre como una leyenda. Las 26 heridas que recibió y las más de 800 acciones de guerra en que participó desbordaban los límites de la fantasía de un adolescente o un joven, al aparecer ante nuestros ojos como un dios de la guerra. Lo percibía en un espacio difícil de abarcar demasiado alto y demasiado lejos. Más tarde, la modesta experiencia de nuestra propia guerra revolucionaria me ayudó a ver aquel hombre extraordinario un poco más de cerca.
Al segundo lo vi realizar el primer disparo y sus primeras proezas. Médico e intelectual convertido en soldado temerario, siempre el primero cuantas veces hizo falta un voluntario para misiones difíciles, tuve el privilegio de conocerlo más de cerca. Si quisiera buscar una palabra que fuese sinónimo de austeridad, integridad, espíritu de sacrificio y ética, esa palabra sería Che.
Ochenta y tres años separaban el nacimiento del uno y del otro. El primero era ya un personaje legendario cuando el segundo vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América.
Ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria; ambos están ahora junto a nosotros, y nosotros junto a ellos; ambos hicieron lo que todo un pueblo ha jurado estar dispuesto a hacer; ambos nacieron el mismo día: ayer 14 de junio. El azar no habría podido idear algo mejor.
Cual gigantesca Protesta de Baraguá contra los que hace un siglo le arrancaron a Cuba la independencia y hoy pretenden arrebatar a nuestro pueblo la Revolución y hasta la propia Patria, millones de cubanos hace 72 horas realizaron una movilización revolucionaria que, por su magnitud, no tiene precedentes, y hoy 15 de junio, a las 10:00 de la mañana, comenzarán a escribir otra página similar en la historia de nuestra Patria y del mundo, y legarán a sus descendientes lo que quizás será el más alto honor de nuestra época.
Ya juramos, en aquel sitio histórico de Baraguá, en plena batalla por el regreso del niño secuestrado, que lucharíamos hasta el cese total de la guerra económica, el bloqueo genocida y las leyes asesinas a las que ha sido sometido durante décadas enteras el pueblo cubano.
Hoy juramos algo más, y lo jurará la inmensa mayoría de los cubanos: que seremos inconmoviblemente fieles a la Patria, a la Revolución y al Socialismo; que el dominio imperialista y el sistema capitalista no volverán jamás a Cuba, que sería como volver al sistema colonial, al sistema feudal o al sistema esclavista que lo precedieron, abolidos hace rato ya por la historia.
General Antonio Maceo, los cubanos de hoy, educados en tu inmortal ejemplo, habrían compartido contigo el honor de estar junto a ti el día glorioso que le respondiste al representante del poder colonial español: No queremos paz sin independencia.
Che, hermano entrañable: a todos tus compañeros de lucha nos habría gustado combatir junto a ti en la Quebrada del Yuro y luchar por la liberación de América. Era un sueño imposible. El destino había asignado a nuestro pueblo heroico la misión de resistir 43 años de agresiones y finalmente decir NO al gobierno imperial que nos amenaza e intenta imponer a Cuba una nueva Enmienda Platt, más ignominiosa que la de 1901. Por ello, el pueblo al que ayudaste a derrocar la tiranía, libra hoy la más gloriosa lucha de su historia contra el gobierno de la superpotencia hegemónica que nos quiere destruir.
Compatriotas:
Los revolucionarios cubanos, en medio de la batalla de ideas que hoy libramos y enfrascados en ardua y heroica defensa de la Patria, la Revolución y el Socialismo, un día como hoy les rendimos especial tributo a nuestros dos grandes héroes, con una firme e inquebrantable decisión: ¡seremos todos como Maceo y el Che!
¡Viva el socialismo!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!