A Melba Hernández
Isla de Pinos, Abril 17 de 1954
Querida Melba: Primero: Myrta te dirá el medio de comunicarte conmigo todos los días si quieres. Guarda sobre él absoluta reserva informándoselo únicamente a Yeyé cuando regrese. Myrta me ha dicho del entusiasmo tan grande con que están luchando; sólo siento la inmensa nostalgia de estar ausente. Quiero poner en consideración de ustedes algunas cosas que considero importantes.
1°. No se puede abandonar un minuto la propaganda porque es el alma de nuestra lucha. La nuestra debe tener su propio estilo y ajustarse a nuestras circunstancias. Hay que seguir denunciando sin cesar los asesinatos. Myrta te hablará de un folleto de importancia decisiva por su contenido ideológico y sus tremendas acusaciones al que quiero le prestes el mayor interés. Es preciso que se conmemore además dignamente el 26 de Julio. Hay que lograr de todas maneras que se dé un acto en la escalinata universitaria, será este un golpe terrible al gobierno que es necesario preparar desde ahora mismo con mucha inteligencia; así como también actos en los Institutos, en Santiago de Cuba y en el extranjero: Comité Ortodoxo de Nueva York, Méjico y Costa Rica. Gustavo Arcos debe hablar con los dirigentes de la FEU para el acto en la escalinata.
2°. Hay que coordinar el trabajo entre la gente nuestra de aquí y la del extranjero. Prepara a este fin cuanto antes un viaje a Méjico para que te reúnas allí con Raúl Martínez y Lester Rodríguez y después de estudiar cuidadosamente la situación decidan sobre la línea a seguir. Hay que considerar con extremo cuidado cualquier propósito de coordinación con otros factores, no sea que se pretenda utilizar simplemente nuestro nombre como hicieron con Pardo Llada y compañía, es decir, la táctica de manchar con desprestigio todo núcleo que les haga sombra. No admitir ningún género de subestimación; no llegar a ningún acuerdo sino sobre bases firmes, claras de éxito probable y beneficioso para Cuba. De lo contario es preferible marchar solos y mantener ustedes la bandera en alto hasta que salgan estos muchachos formidables que están presos y que se preparan con el mayor esmero para la lucha. “Saber esperar - dijo Martí - es el gran secreto del éxito.”
3°. Mucha mano izquierda y sonrisa con todo el mundo. Seguir la misma táctica que se siguió en el juicio: defender nuestros puntos de vista sin levantar ronchas. Habrá después tiempo de sobra para aplastar a todas juntas. No desanimarse por nada ni por nadie como hicimos en los más difíciles momentos.
Un último consejo: cuídense de la envidia; cuando se tiene la gloria y el prestigio de ustedes, los mediocres encuentran fácilmente motivos o pretextos para susceptibilidades. Acepten todo el que quiera ayudarles; pero recuerden, no confíen en nadie. Myrta tiene instrucciones de ayudarlos con toda su alma. Tengo en ustedes puesta toda mi fe. Conversaré con Vega si lo veo hoy sólo aquellas cosas que estime conveniente.
Un fuerte abrazo para ti y para mi queridísima Yeyé. Más firme que nunca,
Fidel