Al concluir sus palabras en el Ayuntamiento de Santiago de Cuba, el mismo día primero de enero de 1959, el comandante Fidel Castro Ruz impartió instrucciones para organizar la Caravana de la Victoria y partir rumbo a Bayamo, donde se encontraban más de cinco mil hombres bien armados, con artillería y blindados, así como una logística nada despreciable que incluía el apoyo de la aviación.

El día dos todo se encontraba listo para emprender la partida y el entonces comandante José Quevedo Pérez, quien después de la batalla de El Jigüe en diciembre de 1958 una vez rendido el batallón que comandaba se sumó al Ejército Rebelde y cumplía misiones de entrevistarse con oficiales por él conocidos, recibió la orden de adelantarse a la caravana y conversar con quienes estaban al frente del Puesto de Mando de Operaciones ubicado en Bayamo para lograr su rendición.

Así lo hizo y logró que un grupo de ellos lo acompañara hasta un lugar llamado Cautillo Club, donde fue recibido el Comandante Fidel Castro, quien confraternizó con los mismos, explicándoles la situación y estos la disposición de sumarse al Ejército Rebelde sin condiciones, ya que los hombres bajo el mando de ellos así lo habían manifestado.

El jefe rebelde accedió a reunirse con estos y en horas de la noche, desde una improvisada tribuna de cajas de madera se dirigió a los soldados, clases y oficiales que lo aclamaban, muchos de los cuales ya habían sido prisioneros en la Sierra después de derrotados en combates y haber recibido un tratamiento humano, digno, el cual reconocían.

Como un gesto de confianza el jefe rebelde le pidió a los allí reunidos que se incorporaran a la Caravana de la Victoria con algunos blindados y municiones, otro armamento especializado de mejores condiciones con el que contaban los barbudos.

De este modo se fortaleció y creció la caravana, la que emprendió viaje hacia Holguín una vez conformada de la nueva forma concebida, creándose para ello las necesarias condiciones que permitieran sin dificultades su tránsito hacia la capital del país.

El jefe Rebelde y máximo líder se dirigió hacia la ciudad, hasta el centro de la misma, donde se encuentran las efigies del Padre de la Patria y del autor de nuestro Himno Nacional, para explicarle al pueblo la situación creada en el país, lo que hizo a través del los micrófonos de la emisora local Radio Bayamo desde los balcones del antiguo Ayuntamiento, hoy sede del Poder Popular.

Pocos conocen que antes del comandante Fidel Castro hablaron Luís Orlando Rodríguez, director de Radio Rebelde, el capitán Juan Nuiry, presidente de la FEU y el comandante Delio Gómez Ochoa, luego lo hizo el jefe rebelde quien en enardecidas palabras exhortó a continuar la huelga general hasta que todo el régimen fuera derrotado, entre otros aspectos referidos a la tranquilidad y a no tomarse la justicia por su cuenta.

Después de la agotadora jornada del día dos, el comandante Fidel Castro se dirigió hacia una finca a las afueras de la ciudad, donde descansó por varias horas, esperando el arribo del comandante Camilo Cienfuegos, a quien había solicitado se presentara en Bayamo para conferenciar acerca de la situación en la capital y de manera especial en el campamento militar de Columbia, el mayor enclave militar del país.

Después de realizada la entrevista el comandante Fidel Castro Ruz se dirigió hacia Holguín el día tres de enero de 1959 para continuar la marcha de Caravana de la Victoria.

Cada año, como una tradición, el pueblo de Bayamo rememora el hecho con la participación de jóvenes y adolescentes acompañados de combatientes de aquella gesta, quienes en conversación con ellos les transmiten sus experiencias y vivencias con lo cual fortalecen sus valores patrios.