Como aquel 6 de enero de 1959, cuando entró victorioso al frente de la Caravana de la Libertad; o el 30 de septiembre de 1996, fecha recordada por la multitudinaria concentración que tuvo lugar en la Plaza del Che, en la noche de este 30 de noviembre otra vez el Comandante en Jefe estuvo en esta urbe, y una vez más el pueblo fue a su encuentro.
 
A cinco años de su partida física y de que, en su tránsito hacia la inmortalidad, sus cenizas pernoctaran junto a los restos del Guerrillero Heroico –en el Memorial que guarda también los de sus compañeros caídos en la gesta boliviana–, fue grande y conmovedor el tributo de recordación al Jefe de verde olivo, realizado con respeto y delicadeza desde la cultura, la que él mismo definiera como espada y escudo de la nación.
 
En la presencia de la masa que acudió, como en aquella noche triste del 30 de noviembre de 2016, Fidel se sintió tan vital como las veces que pisó, para dirigirse al pueblo, la losa de la Plaza del Che; palabras que en Santa Clara se escuchaban con atención y pasión, tal cual reveló, desde el sentimiento, aquel cartel, en primera fila, un día de discurso: «Fidel, habla, te necesito».
 
Anoche, en la cantata que tuvo lugar en las áreas exteriores del Complejo Escultórico Comandante Ernesto Che Guevara, participaron artistas de la talla de Pancho Amat; los trovadores Eduardo Sosa y Leonardo García, el trío Palabras y Trovarroco, además del Quinteto Criollo, de la cantante de música campesina María Victoria Rodríguez, y de poetas y repentistas, quienes, en la entonación del verso, la música y la cubanía, acompañaron la reverencia del país al líder de la Revolución Cubana.