"Nos preguntamos si el mundo puede darse ahora el lujo de nuevas carreras armamentistas, el lujo de la guerra fría otra vez, en medio de los problemas económicos que tiene.
Los gastos de armamentos […] rebasan ya los 400 000 millones de dólares por año, ¡cuatrocientos mil millones de dólares por año! Es algo verdaderamente increíble en una situación de problemas económicos y de pobreza que afecta a miles de millones de personas. Es una cosa loca".