La Caravana de la Libertad, integrada por niños y jóvenes destacados, tomó las calles de la ciudad de Camagüey para rememorar uno de los hechos más trascendentales de la historia patria.
 
Desde la misma plaza donde un pueblo enardecido por la victoria de las armas rebeldes escuchó aquel 4 de enero al joven Comandante, las nuevas generaciones enviaron al mundo un claro y aleccionador mensaje: «Con nosotros habrá Revolución para rato».
 
«Los que resisten y luchan, los que confían y sueñan, los que saben más de soles que de manchas, expresó Kelly Álvarez Fernández, primera secretaria del Comité Provincial de la UJC, pueden confiar en esta juventud, que no fallará».
 
En fecha de tanto simbolismo, la dirigente juvenil aseguró que las banderas de la Patria estarán por siempre en manos seguras, allí, donde se es más útil: en la zona roja, junto a los ancianos, en las pesquisas, en el aula, en la fábrica o en el surco.
 
Previamente, Anier Arnedo Sánchez, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en Las Tunas, afirmó, en nombre de las nuevas generaciones: «No somos relevo, somos más que eso, somos continuidad, somos el presente».
 
La ocasión fue el momento en que combatientes de la Revolución, pioneros y jóvenes, rememoraron el aniversario 62 de la entrada a la ciudad cabecera del territorio de la Caravana de la Libertad.
 
Simbólicamente, y como la mayor prueba de los lazos que unen a las pasadas y presentes generaciones de cubanos, los que vistieron de verde olivo en aquel entonces, descendieron de los vehículos tomados de la mano de los que ahora siguen sus luminosos pasos.