«Sin la participación de Cuba, Angola no sería independiente», afirmó la embajadora de esa nación africana en La Habana, María Cándida Pereira Teixeira, al rendir tributo a los mártires caídos en las diferentes gestas emancipadoras protagonizadas dentro y fuera de la isla caribeña.
 
Para recordar el aniversario 45 de la independencia de Angola, junto al cuerpo de embajadores africanos acreditados en nuestro país, la diplomática depositó una ofrenda floral en el Panteón de los Veteranos de las Guerras de Independencia, ubicado en el Cementerio de Colón, y luego colocó gladiolos en los nichos que guardan los restos de los combatientes cubanos que ofrendaron sus vidas en la guerra de Angola, la clandestinidad, la Sierra Maestra, Playa Girón y otros sucesos heroicos.
 
«Estoy muy emocionada, porque estas conmemoraciones no son solamente para los angolanos, sino que también son para los cubanos», añadió la embajadora en sus palabras de agradecimiento por el apoyo brindado con la denominada Operación Carlota, proeza que logró consolidar la soberanía del país africano hace más de cuatro décadas atrás.
 
En un recorrido por el interior del panteón, la general de brigada, Delsa Esther Puebla Viltre, «Teté», explicó la ubicación de los restos de cada uno de los mártires y la diplomática pidió aplausos en recordación a su valor por participar en las luchas anticolonialistas y antimperialistas.
 
Presenciaron el emotivo homenaje, el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las FAR; Fernando González Llort, presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos; el Coronel (R) Víctor Dreke, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en La Habana; el general de brigada Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta latinoamericano y jefe del Departamento de Relaciones Exteriores de las FAR, entre otras personalidades.
 
El 11 de noviembre de 1975 resultó proclamada la independencia de Angola, luego de producirse los primeros combates contra los ejércitos de Zaire y Sudáfrica, apoyados por las potencias occidentales y en especial por Estados Unidos, que pretendían impedir a toda costa que el MPLA asumiera el gobierno.