Victoria de Girón: “Ahora sí se acabó esto, llegó Fidel”
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El 19 de abril de 1961 los cubanos vencían a los mercenarios en Playa Girón, una invasión ordenada por Estados Unidos con el fin de derrocar al naciente Gobierno Revolucionario. Dos días antes comenzaron a desembarcar por las inmediaciones de la Ciénaga de Zapata y en 72 horas, el Ejército Rebelde y los milicianos vencieron a los mil 500 mercenarios ordenados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para la acción.
A 59 años de la gesta, que constituyó la primera gran derrota del imperialismo en América Latina, Cubadebate y el sitio Fidel Soldado de las Ideas les comparten los siguientes fragmentos del libro Girón, la batalla inevitable, de Juan Carlos Rodríguez.
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En la primera semana de abril, el comandante Fidel Castro, junto con otros oficiales del Ejército Rebelde, había recorrido las obras en construcción en la Península de Zapata. En Playa Girón y mientras caminaba sobre el malecón de concreto que se adentra en el mar, expresó: “Este es un lugar ideal para el desembarco”.
Fidel dio instrucciones para que trasladasen hacia el Central Australia, distante 30 kilómetros de Playa Larga y a 70 de Playa Girón, a un batallón de Cienfuegos. Esta unidad se responsabilizaría con la defensa de la costa entre Playa Larga y Caleta del Rosario, un punto situado entre Playa Larga Playa Girón.
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17 de abril de 1961: La compañía lanzada en las proximidades del central Covadonga ocupó los caseríos y bateyes a lo largo del camino hacia Girón y situaron un puesto de avanzada en un punto muy próximo al central, pero no se aventuraron a avanzar sobre este. Gonzalo Rodríguez Mantilla (Chelé), obrero del central Covadonga, lo recuerda así:
“Como a las 6:00 de la mañana sonó un timbre largo y descuelgo:
—Mire, de acuerdo con lo que está sucediendo ahí, vamos a establecer una línea directa con el Punto Uno. La seña es ‘Muerte al invasor’ y la contraseña ‘Venceremos’. Entonces oigo la voz inconfundible de Fidel.
—Oye, ¿qué cosa tú eres ahí?
—Yo, el telefonista, Comandante.
—Pero, ¿qué más?
—Yo soy miliciano aquí.
—Bueno, ¿qué está pasando por ahí?
—Que están invadiendo por Playa Girón, son gente con trajes pintorreteados. Fidel, lo que nosotros necesitamos es que nos mandes armas para acá, chico.
—¿Y cuántos milicianos son ustedes?
—En el central tenemos 180 milicianos, pero sin armas. Necesitamos armas. No sé, parece que no avanzan porque con los pocos fusiles que nosotros tenemos aquí, hay unos compañeros regados que les están haciendo disparos esporádicos. Fidel, ¿por qué tú no nos mandas armas?
—¿Y cuántas armas tienen ahí?
—Tenemos 11 armas, tenemos ocho fusiles M-52, dos Springfields y una carabina brasileña.
—¡Con esas armas me paro yo ahí y no dejo caminar a esa gente! Ustedes lo que están es apendejados”.
Como a las nueve de la mañana ya la gente del central se había posesionado con lo que tenía. Había mucha efervescencia y la población estaba enardecida. Hubo gente que fue a Cienfuegos a buscar un arma y regresó.
A las 12:30 o la 01:00 aproximadamente, pasan varios camiones con milicianos. Cojo el teléfono.
— Punto Uno, ¡Muerte al invasor!
— ¡Venceremos!
— Fidel, ya se jodieron estos cabrones.
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Los oficiales al mando en los cuatro frentes se habían situado delante de sus hombres durante el avance. A esto se sumaría un hecho que contribuiría decisivamente a enardecer más los ánimos de las gentes: Fidel Castro había llegado al escenario de la batalla. Dámaso Rodríguez Valdés, secretario general del sindicato del central Australia, lo recuerda así:
“En Jagüey se apeó del automóvil frente a una cafetería y se tomó un café. El pueblo decía: ‘Ahora sí se acabó esto, llegó Fidel’. Luego vino para aquí, para el central. Cuando estaba haciendo un recorrido me le acerqué y le pregunté: ‘Comandante, ¿cómo está la cosa?’ Y él me dice ‘No te preocupes viejo, esto lo terminamos ahorita’.”
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“Dijo que el primer tanque iría a toda máquina tirando cañonazos, detrás el segundo, y luego el tercero y así, disparando. Si rompían al primero, el segundo seguía avanzando y tirando y así, hasta Girón.
Y ustedes —se refería a nosotros, la infantería—, tienen que entrar detrás del último tanque, haciendo una línea de tiro. Asignó para cada tanque a un comandante, pienso que por aquello del ejemplo y él se fue a meter en el tercero.
Entonces la gente saltó como un resorte.
— “¡Tú no, Fidel, tú no vas!
— ¡Yo sí voy, aquí mando yo!”
— “¡Tú no, Fidel, tú no!”
Mientras discutían, el teniente Joel Pardo, que se encontraba en su tanque y venía combatiendo desde el amanecer, le dijo: ‘Bueno comandante, yo me voy’. Lo hice con el objetivo de ganar tiempo, por si él decidía irse, yo ya haber alcanzado bastante terreno, haber llegado a la playa o haber tenido contacto con el enemigo”.
Abraham Maciques, director del plan de desarrollo de la península de Zapata, recuerda el final de aquella discusión entre Fidel y la tropa:
“Y la respuesta de Fidel fue una respuesta que nos dejó impactados a todos. La forma en que Fidel nos dijo enérgicamente que él era el jefe de la Revolución y que como jefe de la Revolución, él tenía el derecho, tenía el derecho de combatir y de entrar en Playa Girón igual que lo iba a hacer el resto de los compañeros. [...] la gente se calló, allí todo el mundo se calló”.
Y Fidel partió en el tanque.
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No fueron Naciones Unidas ni en la Isla los únicos escenarios donde los cubanos combatieron y dieron respuesta a la agresión norteamericana. Justo por aquellos días se celebró en Costa Rica un campeonato regional de pelota, vísperas del encuentro entre los equipos de Cuba y Guatemala.
El presidente Idígoras Fuentes, el mismo que había autorizado a la CIA la utilización del territorio de su país para organizar la Brigada 2 506, envió un telegrama a los peloteros guatemaltecos: “A LOS CUBANOS DENLE DURO PUNTO”.
Resultó que el delegado de ese equipo era amigo del jefe de la delegación cubana, Manuel González Guerra, y le mostró el mensaje. Este se reunió con los peloteros cubanos, trasmitiéndoles el pedido del jefe de gobierno de Guatemala.
Al finalizar el partido envió un telegrama respuesta al palacio de gobierno de ese país centroamericano: “GENERAL IDÍGORAS FUENTES PUNTO CUBA 25 GUATEMALA CERO PUNTO SERVIDO PUNTO MANUEL GONZÁLEZ GUERRA PUNTO”.