Corría el mes de junio cuando el Diario de la Marina y otros periódicos burgueses lanzaban una violenta campaña contra la Revolución. En sus textos ofendían y calumniaban a Fidel, todo por haber comenzado a destruir los privilegios, causantes del hambre, la miseria y el dolor de las capas más humildes del país.

Corría el mes de junio cuando el Diario de la Marina y otros periódicos burgueses lanzaban una violenta campaña contra la Revolución. En sus textos ofendían y calumniaban a Fidel, todo por haber comenzado a destruir los privilegios, causantes del hambre, la miseria y el dolor de las capas más humildes del país. Ninguno de estos periódicos se había opuesto a los crímenes de Batista durante la tiranía ni acusaban a Trujillo, Pedraza, Carratalá, Masferrer y otros connotados asesinos que preparaban agresiones contra Cuba.
 
Ante esta guerra mediática, los trabajadores del Diario de la Marina escriben a Fidel, expresándole el sentir de que la Unión de Empleados y Obreros del Diario de la Marina respaldaban al Gobierno Revolucionario y las ideas de Fidel, especialmente la Reforma Agraria, y que estaban contra las opiniones y procederes de los reaccionarios.
 
El 20 de junio se informó al pueblo que el Consejo de Ministros acordó en su totalidad un proyecto de reforma constitucional que autoriza en algunos casos de delitos contrarrevolucionarios la pena de muerte y un proyecto de Ley por el cual se transfiere a la jurisdicción ordinaria el conocimiento de las causas que conocían los Tribunales Revolucionarios por delitos cometidos al amparo de la tiranía.
 
El mismo 21 de junio se efectúa en el parque Leoncio Vidal de Santa Clara la primera de una serie de concentraciones que se realizarán en apoyo a la Reforma Agraria y que culminarán el 26 de julio en La Habana. Fidel informó que ese 26 de Julio medio millón de campesinos con machetes, si fuera posible con guayabera y con sombrero de yarey, al estilo mambí, con una bandera cubana sobre la frente, darían fe del respaldo con que cuenta la Revolución Cubana, y que el pueblo habanero entero estaba esperando a los campesinos. En su intervención les dijo a los enemigos que aquí van a tener que pelear hasta el paroxismo, porque la Revolución y la Patria la defenderemos calle por calle, casa por casa, loma por loma, río por río, trinchera por trinchera y campo por campo.
 
Al siguiente día, el 22 de junio, se dirige a la finca Aridanes, en Mayajigua, Yaguajay, para establecer una cooperativa agrícola.
 
En la ciudad de Camagüey, el Primer Ministro y Presidente del INRA esbozó su plan de intervención de todas las fincas ganaderas que tuvieran una extensión mayor de cien caballerías. En medio de esta visita, el martes 23 de junio Fidel compareció ante las cámaras del Canal 11, Televisión Camagüey, y explicó que había visitado ese territorio como visita otros lugares de Cuba, y después de abordar y explicar detalladamente el gran respaldo que tiene la Revolución en el pueblo camagüeyano y precisar que en esta provincia los enemigos de la Revolución son una insignificante minoría, Fidel critica las maniobras que los grandes ganaderos realizan contra el desarrollo de la Reforma Agraria.
 
Desde Camagüey, junto a sus acompañantes vuela hasta Manzanillo. Al día siguiente se dirige hasta Belic, cerca de las Coloradas, donde se efectuó el heroico desembarco del Granma. Allí se reunió con los pescadores que laboraban desde Campechuela a cabo Cruz, en el Golfo de Guacanayabo, y les concedió un crédito por cien mil pesos para la construcción inmediata de una flota pesquera, propiedad de la cooperativa de pescadores de Niquero y Campechuela.
 
Más tarde estuvo en la finca Ojo del Agua y debajo de un frondoso árbol se organizó la gran cooperativa de carboneros de toda esa enorme región, situada entre las estribaciones más occidentales de la Sierra Maestra y la costa del Golfo de Guacanayabo.
 
Más tarde regresó a Niquero, donde todo el pueblo lo esperaba en las calles. Fidel les habló durante dos horas, ordenándole a la compañía privada que suministraba el fluido eléctrico a la población y que se negaba a hacerlo después de las 11 de la noche, que lo hiciera durante toda la noche, petición que había anhelado todo el pueblo de Niquero.
 
Sin descansar llegó a Manzanillo ya oscureciendo y se dirigió hasta al barrio más pobre de la ciudad, al barrio de los pescadores, donde nadie por supuesto lo esperaba e inmediatamente firmó un cheque por 100 000 pesos para la formación de una cooperativa de pescadores, dando órdenes para que en un plazo de 24 horas se organizara la construcción de la flota pesquera, así como que se iniciara la construcción de un pueblecito costero, para que los pescadores pudieran vivir en condiciones más humanas.