FitCuba 2018: el camino lo abrió Fidel
Cuando Fidel concibió el desarrollo turístico de la cayería nordeste de Villa Clara, asiento de excelentes playas, parecía un sueño, mucho más porque la obra pionera, el Pedraplén de Caibarién a Cayo Santa María, comenzó a realizarse a las puertas del mismísimo período especial.
Esa carretera resultaba imprescindible para empezar, después, la magna obra de crear la red hotelera y toda su infraestructura.
Tuve el privilegio de reportar para estas páginas el inicio, avance y terminación del impresionante vial marítimo de 48 kilómetros, hecho con una esmerada calidad técnica y de respeto al medio ambiente, que mereció el Premio Internacional Iberoamericano Puente de Alcántara, instituido por la Fundación San Benito.
Lo que percibió aquel día el Comandante en Jefe es, desde hace tiempo, una realidad que hasta ahora se resume en una red hotelera con más de 10 000 habitaciones, repartidas en los cayos Las Brujas, Ensenachos y Santa María, de una rica flora y fauna, hábitat de gaviotas, flamencos rosados, lagartos, iguanas y cangrejos.
Fidel predijo que iba a ser uno de los lugares emblemáticos del turismo cubano, de influencia para el desarrollo de Villa Clara y el país, en momentos en que sus palabras parecían una quimera en medio del período especial.