Medio siglo eternizando la historia
Llegar a esta ciudad implica encontrarse con los acontecimientos más ilustres de nuestras esencias patrias. De ahí que el Museo Histórico 26 de Julio, en su medio siglo de existencia, sea un lugar que convoque al conocimiento, la profundización y la eternización de la historia nacional.
Ubicado en el antiguo Cuartel Moncada –hoy Ciudad Escolar 26 de Julio– y a pocos metros de la histórica posta tres –definida por los jóvenes de la Generación del Centenario, encabezados por Fidel Castro, como uno de los puntos claves en las acciones de julio de 1953–, el museo fue fundado en el año 1967, durante las celebraciones por el Día de la Rebeldía Nacional.
Cuenta su directora, Leidy López Sola, que antes de su creación, en algunos de los pasillos del centro escolar se exhibían fotografías de los héroes y mártires del asalto al Cuartel Moncada, de conjunto con otras que reflejaban momentos de gran trascendencia en la Sierra Maestra. Debido al interés del público, dicha exposición, denominada Del Moncada hasta la Sierra, adquirió permanencia y más tarde comenzó a formar parte de las salas de la institución.
Con siete salas expositivas, el museo promete un interesante viaje que inicia con la historia de la fortaleza, seguida del acercamiento –a través de textos y fotos– a la situación económica, política y social que padecía el pueblo cubano en la década del 50 del pasado siglo y que generó la efervescencia del movimiento revolucionario. Así mismo, una maqueta del cuartel y sus alrededores permite divisar los tres lugares ocupados por los grupos comandados por los hermanos Fidel y Raúl Castro (Palacio de Justicia), y Abel Santamaría (Hospital Saturnino Lora), hace 64 años.
Uno de los espacios más estremecedores, es la antigua sala dedicada a las torturas, donde se exhiben instrumentos empleados con los jóvenes revolucionarios. Le sigue a esta una sala de espera, la oficina que albergaba a la jefatura del Servicio de Inteligencia Regimental (SIR), y una de las celdas donde estuvo preso Frank País y eran mantenidos temporalmente los detenidos.
La situación de los moncadistas desde que son hechos prisioneros por los sucesos de julio de 1953 hasta la llegada a tierras cubanas de los expedicionarios del Granma, con una réplica del yate en exhibición y algunos objetos pertenecientes a la tripulación, dan paso a las memorias de la lucha clandestina librada por el pueblo, y las acciones decisivas que posibilitaron el triunfo definitivo del 1ro. de Enero de 1959.
La última sala tiene un carácter simbólico, así lo afirma Leidy López, quien agrega que el destino de esta es resaltar en primer lugar el pensamiento martiano, que fue el inspirador de los jóvenes de la Generación del Centenario. Allí se encuentran el chaleco utilizado por José Martí y que fuera dejado por él en la República de Haití en 1892, también las imágenes de los 61 mártires del asalto al Cuartel Moncada, y la del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz. Asimismo, parte de la exposición es la obra plástica Absueltos por la Historia, realizada por 15 artistas cubanos.
«Joyas museables son todas las piezas que conservamos, pero con especial significado resguardamos una mochila de campaña, un pantalón de uniforme, un suéter y platos de comer utilizados en la Sierra Maestra por nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro. Además de los objetos personales de Raúl, de Juan Almeida y el camión donde fue trasladado Fidel hacia el Vivac municipal después de ser capturado en las inmediaciones de Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953», añadió la directora del Museo Histórico 26 de Julio.
La institución santiaguera llega a sus 50 años con la satisfacción de haber recibido durante el 2016 a más de 103 000 visitantes, entre público nacional y extranjero, cifra que se suma a los más de tres millones que han transitado por sus salas desde su fundación hasta la fecha. Son estas y otras razones, como la capacidad de recibir a foráneos de habla inglesa, francesa e italiana; las que han propiciado que su colectivo, compuesto en la actualidad por 20 trabajadores, haya recibido la condición de Vanguardia Nacional otorgada por la Central de Trabajadores de Cuba desde el 2014 por tres años consecutivos.
A sus alegrías se suma el honor de abrir sus puertas a importantes jefes de Estado y de Gobierno, destacando como últimas visitas la del presidente ecuatoriano Rafael Correa, el 4 de mayo, en el contexto de la visita oficial que realizara a nuestro país; y la del presidente de la República de Gabón, Alí Bongo Ondimba, el 8 de julio del presente año. Algunos de estos instantes, donde reconocidas personalidades han llegado hasta sus salas, especialmente en compañía de Fidel, serán presentados en fotografías a partir de este 26 de Julio a las diez de la mañana, en una exposición denominada El Moncada, un suceso universal, que forma parte de las actividades que acompañan su medio siglo de existencia.
Mucho queda por escribir del lugar, pero más allá de cualquier descripción, hay que vivir la experiencia de tocar la historia con nuestras propias manos y adentrarnos en las vidas y los hechos que indiscutiblemente conforman nuestros orígenes.
FIDEL: UN VISITANTE DIFERENTE
La museóloga especialista, Odalis Jiménez Téllez, asegura que el Comandante en Jefe Fidel Castro visitó el museo durante toda su vida en más de 20 oportunidades, siendo en la década del 70 del siglo XX en la que más destacó su presencia.
Emocionada resalta el privilegio de estar presente durante la última visita de Fidel, el 20 de enero del 2003, acompañado por el periodista Ignacio Ramonet, quien trabajaba en el libro Cien horas con Fidel.
«Cuando llegó fue primero al bloque central de la Ciudad Escolar, allí consumió una parte considerable de las más de tres horas que estuvo en este lugar, y como sabía que lo habíamos visto llegar desde el primer instante, cuando entró en el museo, después de dar los buenos días, se disculpó por el tiempo que nos hizo esperar», comenta Odalis Jiménez.
En aquella memorable ocasión, la especialista Martha Aparicio Velázquez fue quien condujo a los visitantes –cuenta Odalis–, y aunque Fidel estuvo en el museo por poco tiempo es uno de los recuerdos más especiales de cada uno de los que estuvieron presentes, especialmente por la instantánea que se tomaron juntos.
«Tuvimos entre nosotros a un hombre de detalles, en especial con las mujeres. Sentimos a un familiar, porque por lo general cuando una personalidad nos visita surgen las tensiones, pero no, con Fidel fue diferente», agregó.