Fidel Castro, paradigma para panameños del pueblo
Los mensajes llegan desde la gente más sencilla de Panamá, alejados muchos de ellos de los escenarios políticos, porque todos quieren dejar constancia de sus sentimientos por Fidel Castro.
En un susurro luctuoso, Leopoldo, conserje de un edificio, expresó sus condolencias a los cubanos, porque desde su inteligencia natural de hombre de pueblo, valora altamente la pérdida del líder.
'No habrá otro tan inteligente ni tan centrado en sus ideales. Pasará a la historia. Dios lo reciba en su gloria', es otro mensaje, esta vez de una panameño-cubana, hija de madre nacida en Santiago de Cuba, Sandra Middleton.
Una joven que habló a Fidel Castro a nombre de los estudiantes en el Paraninfo de la Universidad de Panamá en el 2000, cuando fracasó un atentado contra el líder, devenida hoy en abogada, reaccionó así:
'Por ley de la vida esperamos una noticia y cuando ésta llega nos sentimos raros. Es innegable la impronta que deja uno de los hombres más prominentes del siglo XX y XXI, que ha influido con sus ideas en las batallas más nobles, que es la base de nuestro pensamiento socialista y humanista'.
Las expresiones se perciben en diferentes lenguajes en grupos de panameños en redes sociales, pero el sentir es común, como la de un funcionario gubernamental que desde el anonimato quiso expresar su sentimiento de que 'sabíamos que iba a pasar, pero duele verlo partir'.
Aunque tal vez, el mensaje del niño de 13 años José Barría sea un ejemplo de cuánto caló Fidel en los panameños: 'Pero la ausencia física del Comandante no es motivo de tristezas. El Comandante era más que un cuerpo, el Comandante Fidel no era sólo carne, ÂíEl Comandante Fidel era ideas, actos, hechos!'.
Y no faltó el recuerdo del apoyo del líder cubano a la causa panameña por la soberanía del enclave colonial de la Zona del Canal de Panamá, y destacar que el Comandante rebelde fue el primer estadista del mundo en denunciar la invasión estadounidense al Istmo en 1989.
La etnia Ngabe Buglé insertó el toque indígena a un debate en las redes donde no faltó quien intentara ser discordante, y recibiera la andanada de argumentos que le hicieron tragarse las palabras, mientras la obra de la Cuba de Fidel emergía entre gente sencilla, como el sueño al que aspiran en su país de origen.
En uno de los 10 países más desiguales del mundo, donde los centros de poder intentan reducir el nacionalismo a la adquisición de las áreas de la ruta interoceánica ya cumplida, es comprensible que las masas humildes vieran a Fidel Castro como paradigma. Solo eso explica estas reacciones espontáneas.