Huellas palpables de un legado
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Luego de 29 años de iniciada la ampliación masiva del médico de la familia y la Residencia de Medicina General Integral, el Ministerio de Salud pretende retomar aquellos preceptos fundacionales, promovidos por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
“[…] La verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave […]”
José Martí
GUANTÁNAMO.— La historia bendijo a Playita de Cajobabo desde que el 11 de abril de 1895 desembarcaran por ella el Héroe Nacional José Martí y el Generalísimo Máximo Gómez. Ubicado en el guantanamero municipio de Imías, este sitio deviene símbolo de nuestras tradiciones patrióticas.
Y muy cerca de allí, volvió a escribirse otra página memorable. Era 16 de octubre de 1986 cuando el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, intervino en el acto nacional por el inicio de la ampliación masiva del médico de la familia y la Residencia de Medicina General Integral.
Ya han pasado 29 años, y el rescate de aquellos preceptos fundacionales anima las transformaciones emprendidas por el sistema sanitario cubano, cuyo objetivo mayor estriba en continuar elevando el estado de salud de la población mediante acciones integrales que pongan la mira en el individuo, la familia y la comunidad.
GÉNESIS DE UN ALUMBRAMIENTO
La idea del Comandante en Jefe de formar un médico diferente y un nuevo especialista, en aras de alcanzar mejores niveles de salud, quedó materializada con la ampliación masiva del Programa del médico y la enfermera de la familia.
A partir de entonces, y en correspondencia con las concepciones de Fidel, comenzaron a producirse modificaciones positivas en la forma, contenido y práctica de la atención médica. La promoción, prevención, diagnóstico y tratamientos oportunos, devinieron líneas directrices de aquel noble proyecto que llevaría los beneficios de la salud hasta los rincones más apartados de la geografía cubana.
Hoy, autoridades del sector afirman que alrededor del 80 % de los problemas de salud de la población se resuelven en la atención primaria, cuyo escenario principal es el consultorio. Ello refleja la pertinencia de aquella estrategia primera, basada en la medicina familiar.
Ofrecer una atención personalizada a toda la población, con cobertura priorizada a las zonas montañosas y rurales, universalizar la dispensarización, así como fortalecer el trabajo integral y en equipo, continúan siendo pilares básicos. Pero desarrollarlos en toda su magnitud forma parte de los desafíos que asume hoy nuestro sistema sanitario.
PRINCIPIOS MULTIPLICADOS EN EL TIEMPO
Para la doctora Gelsy Parra Pons, directora de salud del municipio de Imías, aquellas ideas fundacionales del Programa del médico y la enfermera de la familia se han materializado en su territorio.
Recuerda que en 1986, cuando se inicia la ampliación masiva del programa, en Imías solo laboraban diez médicos, procedentes de la capital. Sin embargo, actualmente cuentan con 124 galenos y de ellos, cerca del 87 % nació en la zona.
“Eso responde a uno de los principios claves promovidos por el Programa desde su inicio: la formación de profesionales provenientes del mismo lugar donde más tarde laborarán, con el propósito de lograr la estabilidad del médico y la enfermera de la familia, así como una mejor inserción en la comunidad. Solo así se pueden alcanzar cambios positivos”, explica la doctora Gelsy.
Según sus palabras, con ese capital humano, unido a otros profesionales, dan cobertura a 27 equipos básicos de salud, los cuales asisten a los más de 21 000 habitantes que posee este territorio guantanamero.
Enfatiza en que “el programa del médico de la familia se concibió para que el profesional de la salud estuviera siempre con los pacientes, para que sintiera los problemas de cada individuo como suyos”. Precisamente esa pertenencia es la que hay que continuar rescatando.
INDICADORES ENVIDIABLES
La atención primaria constituye la puerta de entrada al sistema de salud, donde sus acciones fundamentales están dirigidas a la promoción y prevención, para intentar resolver las afecciones del paciente sin que este tenga que llegar a la atención secundaria, retoma la directora municipal.
Entonces pone énfasis en algunos de los indicadores del territorio, consciente de que se trata de números envidiables: mantienen en cero la mortalidad infantil y con igual resultado la materna, sostenida esta última durante una década.
Porque se trata de un municipio concebido totalmente dentro del Plan Turquino, Parra Pons destaca los beneficios de tener allí un sistema de cuidados intensivos, en aras de garantizar mayor calidad de vida a la población.
Asimismo, habla de la atención priorizada al adulto mayor, tomando como punto de partida la incidencia del envejecimiento poblacional. “Tenemos una casa de abuelos con capacidad para 30 ancianos y para el 2016 se proyecta la reparación de un local donde se podría atender a igual número de abuelos”.
Otro servicio de excelencia es el llevado a cabo por Estomatología, que figura como el mejor de su tipo en la provincia. “Los indicadores mantienen una tendencia favorable, lo que también contribuye a elevar el estado de salud de los pobladores”, añade la estomatóloga Marilén Matos, graduada hace apenas un año.
Contamos con seis sillones estomatológicos fijos, ubicados en el policlínico Ciro Frías Cabrera y en otros dos consultorios. A las demás comunidades donde no existe el equipamiento necesario, le prestamos el servicio mediante sillones móviles, y pese al sacrificio que representa, le brindamos cobertura a todos los asentamientos, enfatiza Parra Pons.
No obstante, existen problemáticas a las cuales el sistema de salud de Imías le pone particular interés: el incremento del número de embarazos en la adolescencia, el elevado índice de bajo peso al nacer y una alta prevalencia de la hipertensión arterial.
En ese sentido, Gelsy abunda en las estrategias implementadas para dar respuesta a estas incidencias: “desde el trabajo conjunto en las escuelas, el seguimiento al riesgo reproductivo preconcepcional, hasta la orientación para que las personas adopten estilos de vida más saludables”.
No caben dudas entonces sobre el alcance, 29 años después, de aquella idea visionaria y altruista de Fidel de llevar la salud cubana a cuantos la precisen, independientemente del intrincado paraje donde se encuentren, ya sea dentro de nuestro archipiélago o fuera de él.