Mensaje del Comandante en Jefe a los Miembros de las Milicias Nacionales Revolucionarias
Queridos compañeros:
En el curso del presente año hemos conmemorado el decimoquinto aniversario de diversas instituciones creadas por la Revolución durante aquellos meses de agudo enfrentamiento ideológico y político que sucedieron a la victoria de la insurrección popular en enero de 1959, cuando las clases explotadoras y el imperialismo norteamericano comenzaron a medir sus armas contra el proceso liberador que se iniciaba.
Como ha ocurrido desde entonces, el proceso revolucionario afrontaba de modo simultáneo las tareas económicas y políticas derivadas de la situación neocolonial a la que fue sometido nuestro país por espacio de más de medio siglo, y la necesidad no menos imperiosa de quebrar la resistencia de las fuerzas reaccionarias y hacer fracasar las medidas agresivas de todo tipo con las que el gobierno imperialista de los Estados Unidos ha pretendido doblegar la voluntad emancipadora de nuestro pueblo y aplastar su Revolución.
Frente a esta alternativa, de cuya solución dependía la supervivencia misma del poder revolucionario, surgió una respuesta: las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Y fue en aquella memorable jornada del 26 de octubre, en la multitudinaria concentración convocada para condenar el criminal bombardeo contra la población civil, realizado en el mismo centro de la capital por mercenarios al servicio del imperialismo, y para reafirmar la unidad de las masas en torno a la Revolución frente a las deserciones y traiciones cuando se expuso ante el pueblo la decisión de armar y entrenar militarmente a los obreros, a los campesinos, a los estudiantes e intelectuales, para que estuvieran en condiciones de ejercer su derecho a defender la soberanía de la patria, a salvaguardar las conquistas de la Revolución y a preservar su porvenir de dignidad y justicia social.
Así, en el fragor de la lucha ideológica y como expresión inequívoca de la conciencia revolucionaria y la decisión de lucha del pueblo trabajador, nacieron nuestras gloriosas Milicias Nacionales Revolucionarias, hace hoy quince años. En indestructible hermandad de clase con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, nutriendo las filas de estos organismos que constituyen el brazo armado de la Revolución, las Milicias Nacionales Revolucionarias han actuado en todo momento como dignas herederas de la heroicas tradiciones del Ejército Mambí, de la dase obrera y del Ejercito Rebelde.
Con el nombre ya inmortal de Girón, podemos resumir y sintetizar lo que han significado y significan nuestras milicias obreras y campesinas en la historia cercana y entrañable de estos quince años y para la lucha de los pueblos de América Latina por alcanzar su verdadera y definitiva independencia.
Girón es un testimonio vivo de que las armas del pueblo pueden triunfar frente a los más poderosos enemigos; Girón simboliza Ia victoria de la primera revolución socialista en el continente americano; Girón representa la voluntad de nuestra clase obrera de defender, aún a costa de su sangre y de la vida de sus hijos, el poder revolucionario conquistado después de más de un siglo de lucha y sacrificio.
El ejemplo de Girón creó en nuestras milicianos una tradición de combate y de victoria que se manifestaría de nuevo en la lucha contra bandidos, en la crisis de octubre, en todos y cada uno de los momento de prueba y de peligro que hemos afrontado como consecuencia de las agresiones del imperialismo y sus agentes.
Esa es la tradición mambisa, revolucionaria, marxista-leninista que han heredado y enriquecido nuestros milicianos junto a los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
Es nuestro deber todavía continuar haciendo los mayores esfuerzos por alcanzar el máximo de preparación combativa y eficiencia militar en los cuadros y en las tropas de nuestras gloriosas milicias.
Cuba en el futuro no será ya el único bastión del socialismo en América, nuestro pueblo formará parte de una comunidad latinoamericana independiente y soberana; la energía, el tesón, la valentía, la inteligencia que tuvo nuestro pueblo un día que dedicar fundamentalmente a la guerra, estará dedicado íntegramente al trabajo creador y al bienestar, el progreso y la dignificación del hombre.
Vendrá ese futuro y estos días que vivimos serán también parte de la historia y con más fuerza y profundidad evocarán entonces las generaciones que están por venir, el recuerdo de estos años heroi¬cos.
Ese recuerdo permanecerá vivo, y en él se acrecentará el mérito y el honor de los fundadores y combatientes de nuestras Milicias Nacionales Revolucionarias.
Permítanme por ello en este día, que en nombre del Partido y del Gobierno Revolucionario les haga llegar a todos nuestra más sincera, fraternal y emocionada felicitación.
Fidel Castro Ruz
Comandante en Jefe
En el curso del presente año hemos conmemorado el decimoquinto aniversario de diversas instituciones creadas por la Revolución durante aquellos meses de agudo enfrentamiento ideológico y político que sucedieron a la victoria de la insurrección popular en enero de 1959, cuando las clases explotadoras y el imperialismo norteamericano comenzaron a medir sus armas contra el proceso liberador que se iniciaba.
Como ha ocurrido desde entonces, el proceso revolucionario afrontaba de modo simultáneo las tareas económicas y políticas derivadas de la situación neocolonial a la que fue sometido nuestro país por espacio de más de medio siglo, y la necesidad no menos imperiosa de quebrar la resistencia de las fuerzas reaccionarias y hacer fracasar las medidas agresivas de todo tipo con las que el gobierno imperialista de los Estados Unidos ha pretendido doblegar la voluntad emancipadora de nuestro pueblo y aplastar su Revolución.
Frente a esta alternativa, de cuya solución dependía la supervivencia misma del poder revolucionario, surgió una respuesta: las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Y fue en aquella memorable jornada del 26 de octubre, en la multitudinaria concentración convocada para condenar el criminal bombardeo contra la población civil, realizado en el mismo centro de la capital por mercenarios al servicio del imperialismo, y para reafirmar la unidad de las masas en torno a la Revolución frente a las deserciones y traiciones cuando se expuso ante el pueblo la decisión de armar y entrenar militarmente a los obreros, a los campesinos, a los estudiantes e intelectuales, para que estuvieran en condiciones de ejercer su derecho a defender la soberanía de la patria, a salvaguardar las conquistas de la Revolución y a preservar su porvenir de dignidad y justicia social.
Así, en el fragor de la lucha ideológica y como expresión inequívoca de la conciencia revolucionaria y la decisión de lucha del pueblo trabajador, nacieron nuestras gloriosas Milicias Nacionales Revolucionarias, hace hoy quince años. En indestructible hermandad de clase con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, nutriendo las filas de estos organismos que constituyen el brazo armado de la Revolución, las Milicias Nacionales Revolucionarias han actuado en todo momento como dignas herederas de la heroicas tradiciones del Ejército Mambí, de la dase obrera y del Ejercito Rebelde.
Con el nombre ya inmortal de Girón, podemos resumir y sintetizar lo que han significado y significan nuestras milicias obreras y campesinas en la historia cercana y entrañable de estos quince años y para la lucha de los pueblos de América Latina por alcanzar su verdadera y definitiva independencia.
Girón es un testimonio vivo de que las armas del pueblo pueden triunfar frente a los más poderosos enemigos; Girón simboliza Ia victoria de la primera revolución socialista en el continente americano; Girón representa la voluntad de nuestra clase obrera de defender, aún a costa de su sangre y de la vida de sus hijos, el poder revolucionario conquistado después de más de un siglo de lucha y sacrificio.
El ejemplo de Girón creó en nuestras milicianos una tradición de combate y de victoria que se manifestaría de nuevo en la lucha contra bandidos, en la crisis de octubre, en todos y cada uno de los momento de prueba y de peligro que hemos afrontado como consecuencia de las agresiones del imperialismo y sus agentes.
Esa es la tradición mambisa, revolucionaria, marxista-leninista que han heredado y enriquecido nuestros milicianos junto a los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
Es nuestro deber todavía continuar haciendo los mayores esfuerzos por alcanzar el máximo de preparación combativa y eficiencia militar en los cuadros y en las tropas de nuestras gloriosas milicias.
Cuba en el futuro no será ya el único bastión del socialismo en América, nuestro pueblo formará parte de una comunidad latinoamericana independiente y soberana; la energía, el tesón, la valentía, la inteligencia que tuvo nuestro pueblo un día que dedicar fundamentalmente a la guerra, estará dedicado íntegramente al trabajo creador y al bienestar, el progreso y la dignificación del hombre.
Vendrá ese futuro y estos días que vivimos serán también parte de la historia y con más fuerza y profundidad evocarán entonces las generaciones que están por venir, el recuerdo de estos años heroi¬cos.
Ese recuerdo permanecerá vivo, y en él se acrecentará el mérito y el honor de los fundadores y combatientes de nuestras Milicias Nacionales Revolucionarias.
Permítanme por ello en este día, que en nombre del Partido y del Gobierno Revolucionario les haga llegar a todos nuestra más sincera, fraternal y emocionada felicitación.
Fidel Castro Ruz
Comandante en Jefe