La travesía desde México hacia Cuba fue complicada para los revolucionarios que venían a bordo del yate «Granma». Por una parte, los obstáculos que debieron superar en el país azteca por la vigilancia constante a la que fueron sometidos; el hacinamiento en la embarcación y los embates propios del mar; el mal tiempo; la insuficiente cantidad de alimentos.

El resultado de la combinación de todos esos factores fue el retraso en el mar, el que incidió en que los bisoños combatientes desembarcaran con sus fuerzas físicas menguadas. A ello debe añadirse las condiciones propias de la región por donde desembarcaron; el movimiento subrepticio para no ser descubiertos por el enemigo que los buscaba ferozmente; el hambre; los malestares físicos.
 
Para el 5 de diciembre de 1956, la pequeña tropa todavía buscaba internase en la Sierra Maestra, cuando entraron en contacto con el grueso del ejército en la zona conocida como Alegría de Pío.
 
El enemigo tenía todas las ventajas, pues a la superioridad numérica y en armas, se sumó el elemento sorpresa. Cuando los disparos comenzaron, los rebeldes no tuvieron suficiente tiempo de organizarse para repeler el ataque, y se dispersaron en pequeños grupos.
 
Las consecuencias fueron graves. El bautismo de fuego ocurrió en una situación desventajosa, en la que los rebeldes no se habían logrado recuperar de la travesía ni se habían instalado en el territorio nacional. Varios de los valiosos muchachos perdieron la vida, y otros como el Ernesto Guevara, resultaron heridos.

Pero Alegría de Pío dejó enseñanzas importantes para el posterior desarrollo del Ejército Rebelde. Una fue la necesidad de tomar medidas organizativas para evitar ser sorprendidos. También se vislumbró la conveniencia operativa de contar con prácticos confiables, o en su ausencia, tomar medidas de seguridad como retenerlos hasta que la situación aconsejara su liberación.
 
El propio Fidel dijo sobre ese combate: «el revés de Alegría de Pío, que fue consecuencia de la falta de experiencia. Ahí nos habrían hecho falta cosas que aprendimos después».
 
Las acciones de búsqueda de los combatientes se intensificaron por parte de los militares batistianos. Varios de ellos fueron apresados y asesinados, lo que sirvió para entender la ferocidad con que serían enfrentados por el tirano. En una zona tan humilde como el campo del Oriente del país, ofrecieron $ 100 000.00 pesos a quien ofreciera información que posibilitara la captura de Fidel.
 
La muerte del segundo jefe de la expedición, Juan Manuel Márquez Rodríguez, el asesinato de un grupo de compañeros y la dispersión o apresamiento de otros, puso sobre el tapete la pregunta de qué pasaría con la Revolución. Sin embargo, fue contestada por Fidel el 18 de diciembre, en Cinco Palmas, cuando dijo que con ocho hombres y siete armas ganaría la guerra.
 
Alegría de Pío fue un momento trascendental en la formación del Ejército Rebelde, y en la Revolución en sí misma, porque en ese combate se reafirmó el principio revolucionario de avanzar en el cumplimiento de los objetivos, sin importar los difíciles obstáculos. Como gritara Almeida como respuesta a los batistianos, “¡aquí no se rinde nadie...!
 
Fuentes consultadas:
Cubadebate (2017). Alegría de Pío: El bautismo de fuego del Ejército Rebelde. Cubadebate. Obtenido de http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/12/05/alegria-de-pio-el-bautism...
Fernández, Y. (2021). Alegría de Pío: jamás una derrota. Adelante. Obtenido de https://www.adelante.cu/index.php/es/historia-incio/sucesos-submenu/2449...
Guevara, O. (2018). Alegría de Pío: Sorpresa, traición y un grito de guerra. Cubadebate. Obtenido de http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/12/05/alegria-de-pio-sorpresa-t...
Rodríguez, A. (2023). Alegría de Pío, el combate por la independencia imaginada. Radio Bayamo. Obtenido de https://www.radiobayamo.icrt.cu/alegria-de-pio-el-combate-por-la-indepen...
Tamayo, G. (2023). Alegría de Pio: Primer revés de los expedicionarios del Granma. La Demajagua. Obtenido de https://lademajagua.cu/alegria-pio-primer-reves-los-expedicionarios-del-...