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Somos acero, no estambre

A la digna y profunda resistencia de la población cubana durante 65 años frente al odio imperialista de los Estados Unidos,      y  a las conquistas alcanzadas por la Revolución, dedicamos hoy estas décimas donde rememoramos la entrada triunfal de Fidel y los rebeldes a La Habana, aquel emocionante 8 de enero de 1959
 
Revolución en el alma
           
                  I                 
 
Siempre al año nuevo miro
con la doble luz de enero:
la de aquel día Primero
y el 28 que admiro.
 
La del valiente suspiro
con que terminó la guerra,
y un Fidel que desentierra
el cumpleaños martiano,
doble luz para el cubano
¡Martí peleando en la Sierra!
 
                 II
 
La felicidad no vino
comprada en el extranjero:
la hizo el fusil del obrero,
y el fusil del campesino.
 
De la cima del Turquino
bajó la Revolución,
luego de aquella explosión
de dignidad del Moncada
y la firme clarinada
del Granma en el corazón.
 
                III
 
Lo firme de mi trinchera
no es de ahora, es ancestral,
nació del gesto leal
del indio Hatuey en la hoguera.
 
Lo que Céspedes hiciera
también fue un acto bravío
y el de un Varela con brío
patriótico, justo y fiel,
que luego Martí y Fidel
dieron a este pueblo mío.
 
                IV
 
Así nació aquel enero
hecho de rosa y clavel,
de café, caña y laurel
en un surco guerrillero.
 
De mexicano naviero
saltó el ejemplo, ola en ola,
bello como una amapola
donde el valor hizo un nido:
y aunque el Norte no ha querido,
mi patria no viaja sola.  
 
               V
 
No tengo ninguna pena
por los que en burda porfía
pensaron que se caía
Cuba cual montón de arena.
 
Se equivocaron, va plena,
anda camino seguro,
conquistando su futuro,
con el valor espartano
de un pueblo hermoso y martiano,
creador, patriota y puro.
 
                VI
 
Nunca se extingue Fidel
en los pechos más cubanos.
 
Siguen siendo soberanos
el corazón y la piel.
Cuba dulce por su miel,
verde olivo y azul mar.

¡Nada nos podrá quitar
la Revolución del alma
mientras cubana la palma
siga siendo en el palmar!
 
               VII
 
Ya el obrero no es olvido,
ni el campesino es un paria,
porque la Reforma Agraria
cumplió con lo prometido.
 
La Revolución ha sido
para el Llano y para el Monte
la justicia, el horizonte
seguro en sabana y loma:
¡Ya es más linda la paloma
y más alegre el sinsonte!
 
                VIII
 
El libro de Geografía
en mi patria envejeció,
porque la tierra cambió
toda su fisonomía.
 
Donde monte solo había
hay de casas una estela,
y hasta la paloma vuela
confundida en los poblados,
porque ve por todos lados
médico, maestro, escuela.
 
                 IX
 
Defender lo que se ha hecho
pidió Fidel al cubano;
que unas mi mano a tu mano
y mi pecho con tu pecho.

El enemigo al acecho
quiere rendirnos por hambre,
ahorcarnos con el “alambre”
de su cobarde bloqueo,
pero es torpe su deseo:
¡Somos acero, no estambre!

Luego de una lucha tenaz en las montañas y los llanos, entraron en La Habana
los barbudos con el donaire mambí. /
Archivo de BOHEMIA
Los campos de nuestra Isla eran lugares desamparados
y solitarios antes de 1959. /
Archivo de BOHEMIA
Escuelas, hospitales, carreteras, policlínicos y otras obras comenzaron a
construirse en nuestro archipiélago a partir del 1° de enero de 1959. /
Archivo de BOHEMIA

 

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