Las ideas de trabajo en Mayabeque merecen compartirse
Hay dos dimensiones que se complementan y de las cuales nacen múltiples verdades en pos de que Cuba tenga vitalidad y conquiste éxitos: una es el Palacio de la Revolución –donde confluyen saberes de muchas disciplinas, y desde la cual la dirección del país traza metas de creación y de transformación–; y la otra es el terreno mismo, allí donde las mujeres y los hombres a pie de obra, y las familias dan luces y señas a sus dirigentes sobre los principales asuntos.
La combinación de ambos espacios puede dar buenos frutos: porque hay que pensar la sociedad serenamente, desde el rigor; y también hacerlo desde la pasión cristalina de un barrio o de una fábrica.
Tal certeza puede explicar que este jueves, muy temprano en la mañana, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, haya comenzado su visita a la provincia de Mayabeque –uno de los territorios afectados por el paso del huracán Ian–, justamente por la Central Termoeléctrica Ernesto Che Guevara.
Cuando el mundo entero conoce que en estas horas Cuba enfrenta una situación muy difícil con su Sistema Eléctrico Nacional (sen) y recién sale del paso devastador del huracán, el Presidente Díaz-Canel llegó a la Central, que ya estaba aportando 23 megawatts (mw) a parte del sistema del occidente de Cuba.
Argelis Lescay Martínez, director general de la entidad generadora, comentó antes a los periodistas: «acabamos de sincronizar la Unidad 2 al sen».
Explicó Lescay que esa sincronización hace posible «enlazar el sistema nuestro con el de Matanzas». La buena noticia fue detallada al Jefe de Estado, quien luego llegó hasta su sala de controles.
El siguiente punto en la agenda fue la sede del Gobierno provincial, donde el Primer Secretario, acompañado de las autoridades territoriales, intercambió con el Consejo de Defensa Provincial acerca de los principales problemas que dejó el huracán a su paso, y también sobre aquellos que se han ido acumulando.
La primera Secretaria del Comité Provincial del Partido en Mayabeque, Yuniasky Crespo Baquero, enunció que una vez que el evento meteorológico salió del territorio nacional, hubo inundaciones costeras en los municipios de Batabanó, Melena del Sur y San Nicolás, que concentran más del 80 % de las afectaciones.
Dijo que las lluvias no fueron significativas; que de las 12 355 personas evacuadas, aún no habían retornado a sus casas 3 169, y habló del servicio eléctrico, de las comunicaciones, y de la distribución de alimentos.
Sobre proteger la salud de la población, y sobre la importancia de actualizar los planes para la contención de desastres y de riesgos naturales ante la realidad del cambio climático, habló en el encuentro el Presidente Díaz-Canel –quien realizó el recorrido acompañado de los vice primeros ministros Alejandro Gil Fernández, titular de Economía y Planificación, y Jorge Luis Perdomo Di-Lella; así como del ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña; y del presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez.
El mandatario destacó que «la provincia ha trabajado bien», ha tenido organizados sus sistemas de trabajo ante el evento meteorológico, y expresó que los visitantes se llevaban consigo buenas ideas para compartirlas con otros territorios. «Aquí hay condiciones, dijo, para que superemos rápido las dificultades».
El siguiente destino fue el municipio de Batabanó, donde, en reunión con el Consejo de Defensa Municipal, el dignatario analizó temas de importancia para los pobladores. «Aquí es como si estuviésemos trabajando en un barrio en transformación», definió el Presidente, a propósito de los problemas que deben ser resueltos en un escenario que sufrió un súbito golpe de agua, y donde numerosas familias perdieron muchos bienes materiales.
Allí visitaron también el puerto pesquero y la terminal de embarque hacia el municipio especial Isla de la Juventud. En varios momentos el mandatario detuvo su paso para conversar con los pobladores, en diálogos marcados por la sinceridad y la inquietud de quienes han sufrido el golpe de un terrible evento de la naturaleza.
En una de las esquinas del consejo popular de Surgidero de Batabanó, Díaz-Canel hizo referencia a que había acontecido un fenómeno natural complejo; contó del encuentro con «los compañeros del Consejo de Defensa Provincial»; y explicó que se están adoptando un grupo de medidas –incluida la distribución de alimentos– para atender al territorio de manera priorizada.
«Recuerdo –añadió– que estuve aquí en 2018, en visita de Gobierno. En aquel momento se orientó un programa para ir rescatando viales, acueducto y alcantarillado. Esos tres proyectos están, pero ahora pedimos intensificarlos».
Detalló que, «independientemente de la situación que tenemos en el país», es importante «intensificar esos proyectos, ver cómo vamos avanzando» para que «lleguemos a un momento en que no tengamos las zanjas esas (ubicadas en los alrededores de las casas) a la vista, sino que eso pueda estar canalizado y tapado. Y por otra parte ver una solución que hemos valorado en otros lugares, de adocreto para las calles, porque aquí ustedes salen de las casas prácticamente al fango, cuando llueve».
El Presidente comentó sobre las ventajas del adocreto, entre las cuales está la condición de que son muy fáciles de reparar: «Esas mismas cosas que hacen falta aquí –subrayó– hacen falta en otros lugares del país; y no tenemos todos los recursos, pero vamos a adelantar. Yo siempre digo que todos los días lo que hay es que quitarle un pedacito a cada problema y avanzar, y no dejarnos aplastar por los problemas».
Un mar de pueblo llegó a rodear al mandatario en cierto momento. Las mujeres se sinceraban con sus angustias; los hombres le saludaban; alguien le comentaba el gusto por conocerlo; un contacto del que emergen verdades que son las que dan mucha luz a los dirigentes sensibles.
El último lugar del recorrido fue el municipio Melena del Sur. Allí, en la empresa agrícola Melena, Díaz-Canel conversó con su director general Erick León Basaco. Los temas tenían que ver con necesarios encadenamientos productivos, con modos audaces de hacer las cosas, y con caminos que redunden positivamente en garantizar alimentos.