Base de Supertanqueros de Matanzas: Se avanza en el enfrentamiento al incendio aunque el peligro es latente
Los expertos coinciden en que el combate al incendio se encuentra en un momento más favorable. En las últimas horas el suministro de agua ha sido más estable y se han creado diques de contención que han impedido la propagación de las llamas.
No obstante, las autoridades advierten que un giro del viento puede avivar las llamas mientras quede combustible al alcance del fuego.
Ya han llegado 20 vuelos procedentes de México y la República Bolivariana de Venezuela, con 127 especialistas en siniestros que operan de manera conjunta con las fuerzas cubanas.
De estos se han recibido cerca de 45 000 litros de espuma retardante, así como ocho tanques de aire respirable con armadura, compresor, mangueras para el rack de aire autónomo y contenedores plásticos con accesorios.
Cubadebate sigue informando minuto a minuto en todas sus plataformas: #FuerzaMatanzas #FuerzaCuba.
9:28 - Otro día de intenso combate contra el fuego
Otro día de intenso combate contra el fuego. Un equipo multidisciplinario trabaja en la ofensiva final en la Zona Industrial de Matanzas.
El peligro aún es latente, pero el heroísmo de las fuerzas de Cuba unido a la solidaridad de los compatriotas de México y Venezuela es mayor, tuiteó
el Centro de Prensa Internacional.
9:25 - Se coordinan las acciones para el lanzamiento de agua desde los helicópteros
Intercambio entre fuerzas de ambos países. Foto: Humberto López/ Facebook
Después del reconocimiento desde el helicóptero mexicano, se realizó un intercambio entre fuerzas de ambos países. Se coordinan las acciones para el lanzamiento de agua desde los helicópteros, informa el periodista Humberto López.
9:11 - Llega a Matanzas donación de mipyme jovellanense “Doña Liz”
“Especializada en la elaboración de productos alimenticios, la mipyme jovellanense “Doña Liz” se suma a la solidaridad con el pueblo yumurino, enviando a sus centros de evacuados parte de sus producciones, tras sucesos de la base de supertanqueros",
✍️ Yosier Argüeso Miranda
9:09 - Etecsa instala dos microrradiobases en la termoeléctrica Antonio Guiteras
Etecsa informó que durante este martes se instalaron dos microrradiobases en la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras con el objetivo de asegurar la cobertura celular en el lugar.
Además, se pretende realizar el montaje de otra radiobase móvil en áreas cercanas a la zona industrial.
Erasmo Acosta Pierda, jefe de la Unidad de Redes Inalámbricas de la de División Territorial de Etecsa en Matanzas, comunicó que “a partir de la instalación de las microrradiobases en este lugar estratégico se tendrá una mejor percepción del servicio”.
9:04 - Así amanece la bahía de Matanzas
Compartimos un video de cómo amanece este miércoles la bahía de Matanzas.
El periodista Guillermo Rodríguez Gato, de Radio Rebelde, describe el instante que captó el lente de su cámara.
9:00 - El peligro persiste y las acciones se siguen coordinando
Según el periodista Humberto López, durante el recorrido en el helicóptero se hizo una inspección del área donde llegaron las llamas. El primer tanque ya no tiene prácticamente llamas y el segundo está en una situación parecida. El tercero tiene un humo más denso.
Se trabaja en el tercero y cuarto tanque en estos momentos.
Durante el recorrido se observa el daño provocado el derrame de combustible en toda la zona.
El peligro persiste y las acciones se siguen coordinando. Más de 2 toneladas de agua se depositan en cada viaje de los helicópteros.
8:54 - En video, tomas desde el helicóptero de la Secretaría de Marina Armada de México
El helicóptero de la Secretaría de Marina Armada de México sobrevuela el área del siniestro. “Fuerzas cubanas y mexicanas combinadas”, comparte en Facebook el periodista Humberto López.
8:52 - Presidencia Cuba: “Hoy será otro día de duro combate contra el fuego”
“Hoy será otro día de duro combate contra el fuego. Compartimos estas imágenes acabadas de tomar en un vuelo de un helicóptero de la Secretaría de Marina Armada de México sobre la zona siniestrada”, tuiteó Presidencia Cuba.
8:50 - #FuerzaMatanzas
8:48 - Díaz-Canel: “Ayer fue un día de victoria, pero no podemos confiarnos”
El presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, advirtió este miércoles en un tuit que, aunque se avanza en el enfrentamiento contra el incendio en la zona industrial de Matanzas, “no podemos confiarnos. El peligro aún es latente”.
En otro tuit, el mandatario aseveró que “un giro del viento puede avivar el fuego mientras quede combustible al alcance de las llamas, pero ya nada nos quita la certeza de que el heroísmo y la solidaridad lo apagarán”, y agradeció a Venezuela, México y al pueblo cubano.
8:25 - El pipero ante el incendio
✍️ Ernesto Arturo Santana García del Busto, estudiante de Periodismo/ Alma Mater
Días después de la llamada, sentado sobre el pasto que antecede las aguas grises de la Playa Judíos, Manuel maldice la explosión de esos tres tanques. Todo lo que pudo hacer, él y sus dos compañeros piperos, resultó insuficiente.
Manuel Tápanes Pérez, chofer de un carro cisterna del Lácteo de Matanzas, recibió la llamada de su jefe una hora después del incendio que se produjo en uno de los supertanqueros de la Zona Industrial de la ciudad. Su superior encomendó que se dirigiera al lugar, allí recibiría órdenes.
La misión de Manuel radicaba en el abastecimiento de agua al segundo supertanquero para mantenerlo lo menos ardiente posible porque corría peligro de colapsar. Estuvo sobre las 9 de la noche del viernes hasta las 5 y media de la mañana transportando el líquido hasta que lo inevitable ocurriese.
El volante corroído del óxido aumentaba su temperatura con las candentes visitas al tanque que regurgitaba llamaradas. Manuel surtía agua a los Carros Bombas. Y tras cada recarga finalizada, se imploraba a sí mismo: un viaje más y después de ese, otro más. Era una cuenta atrás, como en la ruleta rusa, podía estar dentro o fuera cuando se expandiera la onda.
“A todos esos bomberos que intentaban enfriar el segundo tanque les di agua fresca para tomar y echarse por arriba, el vapor que había era horrible. Acabada el agua en la pipa retornaba hacia la base de bomberos en busca de más. En el retorno sentí el estruendo. Todo se iluminó, y con los muchachos dentro”.
Vislumbrar aquello por el retrovisor lo destrozó. Además, los camiones con los compañeros habían quedado atrapados en la explosión. “Ellos estaban a 10 metros del segundo cuando ocurrió el estallido”, asegura Manuel.
Pasmado, con las dos manos agarradas fuertemente al timón elucubró lo que hubiese sido de él si habría estado estacionado allí por cinco minutos más. “Antes de que explotara a los mismos 10 metros de distancia, yo no pude sacar el celular fuera de la pipa porque me lo derretía, imagínate el calor abrasador que sufrieron los que allí permanecieron, una pena muy grande”.
La Cruz Roja salvó a los dos transportistas, los carros cisternas siguen allí en la zona del incendio. Floro Rodríguez permanece con quemaduras de segundo y tercer grado en el Hospital Faustino Pérez, y el otro ya descansa en su hogar con lesiones leves. Todavía se busca a los 14 bomberos desaparecidos.
“No recuerdo el rostro de ninguno de los bomberos, en ese momento no estaba mirando sus caras, lo que atendía eran las indicaciones del jefe que alertaba constantemente a los jóvenes, pero había un muchachito blanquito, era mucho más pequeño que los acompañantes; otro mulato alto y el jefe que también era mulato”.
“Desgraciadamente no pudimos sofocar el fuego, para eso trabajamos. Todos los que estábamos ahí no pensábamos en otra cosa”.
“Acompañé a mis colegas al hospital infantil, fue allí donde primero los atendieron. Ahora espero la llamada, si me mandan voy para el fuego de nuevo, ¡yo no tengo miedo!”, comenta, como si se estuviera convenciendo de lo que decía.
Después de esta experiencia apocalíptica Miguel avista, con una bahía de por medio, el humo denso y negro que las nubes contamina. Encorvado, permanece lo más cerca que puede a las calamidades que en la Zona Industrial acontecen. Musita una plegaria por los bomberos, a los que surtió con agua fresca.
8:20 - Simplemente, Ariel…
“Familiares que necesiten trasladarse”, pregunta en la puerta de entrada del Hospital Faustino Pérez. Dos o tres personas se acercan con el dolor en el rostro y los ojos cansados de llorar o no dormir, o las dos cosas, porque en Matanzas por estos días muchos tenemos los párpados caídos y el alma rota.
La familia aguarda un poco, no saben si esperar al parte médico o ir hasta el Hotel Velazco, sitio reservado para los allegados a los desaparecidos y víctimas del incendio. Él los mira con compasión hasta que finalmente se deciden a montar. El lada verde se aleja con su cartel manuscrito en el que se lee: GRATIS Personal de la Salud y familia de lesionados.
Pienso que he perdido la oportunidad de hablar con Ariel. Ya lo conocía de las redes sociales, sabía que desde el sábado trasladaba sin costo alguno, al menos para sus pasajeros, a personas vinculadas con el siniestro que afecta a la Zona Industrial de Matanzas. Me frustro un poco, sería una gran historia de vida, pienso de forma egoísta quizás, pero no puedo importunarlo. ¡Qué es una simple entrevista al lado de lo que él está haciendo!
Espero un rato mientras nos llaman para subir a la Sala de Quemados. En pocos minutos se asoma nuevamente el carro verde para repetir la rutina. Pregunta, mas no hay nadie. Se sienta a descansar y aprovecho para preguntarle qué motivo hay detrás de este solidario gesto.
Me mira largamente, su cara refleja el cansancio y la incertidumbre. “Tengo un hijo de 18 años que cumple el servicio militar muy cerca de esos tanques. Desde mi casa, al otro lado de la bahía, en el Reparto Iglesias, tengo toda la visibilidad hacia esa zona. Cuando cae el rayo mi esposa me llama para decirme que estaba saliendo humo. Rápidamente me informo.
“Ya yo tenía una idea de lo que pasaría porque en algún momento de mi vida estuve vinculado a la construcción de esos depósitos, conozco parte de su funcionamiento y sé lo complicado de controlarlo. Enseguida llamé a mi hijo, le pregunté cómo estaba y le di esperanzas a él y a sus amigos de que se podía apagar”, traga en seco como si las llamas estuvieran quemándole la garganta.
“A partir de ahí comenzó una etapa en la que me llamaba cada cinco minutos y me decía:
-Papá esto está sonando, ¿Qué pasa?
“Trataba de decirle que era algo normal, el metal explotando. Así estuvimos toda la noche en comunicación él, su mamá y yo.
“Vimos el momento en que se partió el tanque, se derramó el crudo y subió la llama. Él preocupado me insistía en que el calor lo estaba abrasando. Yo le decía que se pegara un poco al mar y lo hicieron.
“Sobre las 5 de la mañana ocurre la explosión. En ese momento si me preocupo porque vi que corría peligro. Rápidamente me levanté, me aseé, me monté en el carro y salí. Conozco esa zona y sé que también tiene una entrada por Bacunayagua y para allá fui.
“Me metí por aquella carretera y llegué sobre las siete de la mañana y ya los estaban evacuando. Me pasó un mensaje para decírmelo y le respondí: Nos vemos en el área de evacuación, me quedó aquí.
“Yo fui oficial del Ministerio del Interior muchos años. Me jubilé hace cinco y hoy soy artesano, sin embargo, tengo muy buenos compañeros ahí. Me quedé con algunos oficiales que estaban custodiando el Centro de Instrucción. Aquello era un infierno. Las llamas estaban muy cerca. Pregunté si era necesario hacer algo más y me dijeron que no, que solo quedaba terminar de evacuar los perros.
“Entonces me dije: voy a buscar otro lugar en el que poder ser útil. Fui para los Bomberos, indagué, pero allí en realidad hay un nivel de aseguramiento grande, dejé mi número por si era necesario trasladar algún compañero.
“Llegué a mi casa”, una lágrima corre por su mejilla en un intento de ahogar un sollozo que se le escapa. Se pasa la mano por la cara y baja la cabeza, llora.
“Mi esposa estaba alterada porque ya se sabía lo de los desaparecidos y entre ellos hay muchos amigos de mi hijo, que vienen juntos desde la primaria, la vocacional… y sus familias son allegadas.
“Ese ambiente tenso, más la cantidad increíble de noticias que estaban llegando nada buenas y el odio destilado por Facebook y otras redes sociales colmaron mi paciencia. Me dije qué hago aquí y le pregunté a mi esposa si podía irme a ayudar. Me respondió:
-Por favor, mantente lejos del peligro.
“Volví al puesto de mando, pero no necesitaban nada. Pasé por Ayllón y había una doctora en la parada que me dijo llevaba una hora allí para subir al Faustino. La traje, me di cuenta de que era un punto neurálgico y podía ayudar así.
“Llegué al hospital y pregunté: Familiares que vayan para el Pre, Ayllón, y enseguida me respondieron y los monté. Después puse un cartel con un plumón de una vecina y comencé a dar viajes. La gente empezó a verme y me preguntaban si era gratis y yo respondía que sí. Así estuve hasta aproximadamente las 8 de la noche del sábado que vi que no había nadie y todo estaba bastante tranquilo.
“A las 6 del otro día me levanté y salí. Ahí fue donde me di cuenta de que el cubano tiene un alma increíble. Fui al Servi Bellamar a serviciar gasolina, rellené y al pagar el dependiente me dijo:
-Usted no es el que está trasladando a las personas. No, no, usted no paga aquí…
“Y me cerraron la ventanilla y la puerta y no me dejaron darles el dinero. Eso de verdad me conmovió. Ellos ya me conocían porque casualmente una de las pasajeras y luego una periodista hicieron una publicación sobre mí, muchas personas la vieron y eso causó tremendo impacto.
“De Estados Unidos me llamaron mis amigos, me pidieron el número de tarjeta y me pusieron 10 000 pesos para lo que hiciera falta. Lo último que me sucedió fue que una señora me esperó y me preguntó:
-Usted va para el km porque llevo un ratico esperándolo porque me dijeron que venía.
“Le dije que sí. La monté y cuando se bajó me tiró un sobre de dinero que todavía no he abierto y me dijo:
-Eso es para la gasolina, es lo único que puedo aportar.
“Hay un grupo de Mamis de la Habana que por mensajes también me han pedido el número de tarjeta para depositarme dinero. Son gente que quiere ayudar, el cubano de verdad quiere ayudar y que esto salga adelante y yo también seguiré aportando hasta que termine todo.
“No soy el único, se me han sumado varias personas, un muchacho de un polaquito rojo, Elmer, el del carro negro, la gente se ha portado bien. No creo que sea una cosa tan grande. Grande lo que estaban haciendo esos muchachos ahí, apagando el fuego, turnándose para echarle el agua al tanque, sabiendo que les podía costar la vida. Ahí había amigos míos, compañeros del Minint, amigos de mi hijo que empezaban a vivir…y se quedarán ahí para siempre”...
Dos lágrimas caen, él aparta la suya y yo disimuladamente bajo la cabeza y quito la gota que corre por mi mejilla. Guardo la grabadora en señal de respeto. Me llaman, casi no podemos despedirnos y olvidé preguntar su apellido, gran error de un periodista, me crujirán por esto, pienso. Puedo buscarlo en las redes sociales, pero creo que no hará falta.
Él es simplemente Ariel, el que puso el pecho y el corazón cuando hizo falta. Ese que como tantos otros, late en estos momentos por Matanzas y por Cuba.