Feliz reencuentro
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Una mañana de especial alegría vivieron los Presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez, en su tercer día de estancia en Anzoátegui, reunidos con colaboradores cubanos de las misiones médica, educativa y de deportes. Un encuentro donde se habló del futuro y la solidaridad con otros pueblos, de la amistad y el cariño que unen a Cuba y a Venezuela. Otro histórico espacio para continuar soñando juntos, anunciar nuevos "Milagros" y seguir entretejiendo los caminos del ALBA.
A las 10:31 de la mañana del jueves, Fidel llegó caminando a la casa que sirve de sede de la Misión Médica cubana en Anzoátegui. En medio de alegrías, fotos y emociones, el Comandante en Jefe pidió que alguien los presentara y los invitó a dialogar. Germán Sánchez Otero, embajador de Cuba en Venezuela, explicó que junto a los colaboradores, se encontraban Aldo de Jesús Muñoz, viceministro de Salud y jefe de la Misión Médica, y Javier Labrada Rosabal, coordinador de las Misiones Educativas.
El primer tema, fue el de la Misión Barrio Adentro II. Fidel no demoró un segundo en preguntar cómo se estaba desarrollando en Anzoátegui. El doctor Germán Carrera le informó que avanzan las 64 obras de la Salud que servirán de base al revolucionario programa del gobierno bolivariano: 31 Centros Diagnósticos Integrales, 31 Salas de Rehabilitación y Fisioterapia y dos Centros de Alta Tecnología.
Tras reflexionar sobre la importancia de estos servicios especializados de Salud para el pueblo venezolano, el Comandante en Jefe preguntó a Javier Labrada y a Yadilka Mederos, coordinadora de las Misiones Educativas en el estado, sobre la marcha de esos programas. Javier le contó que 382 educadores cubanos, laboran en todo el país como Asesores Municipales Integrales, atendiendo a las misiones Robinson I y II, Ribas y Sucre. El próximo domingo, explicó, se estarán graduando 28 000 nuevos alfabetizados, con los que sigue acortándose el camino para declarar a Venezuela Territorio Libre de Analfabetismo.
Cuando contaron a Fidel que ya se graduaron los primeros 20 000 nuevos bachilleres de la Misión Ribas, el Comandante les recordó que es muy importante el papel que debe jugar esta misión en la selección y el diagnóstico de cada uno de los estudiantes que comienzan la carrera de Medicina en la Isla, lo que calificó de nueva y extraordinaria idea.
En detalles, Fidel contó, de manera especial a los médicos, todo lo que se hace en Cuba para asegurar el éxito de ese nuevo monumento a la solidaridad, y le pidió al embajador Germán, que le hiciera llegar a los colaboradores el documental donde se cuenta cómo se ha preparado el pueblo cubano para recibir en sus casas a los estudiantes. Es increíble, dijo, lo que se está haciendo, el amor con que los cubanos han acogido esta idea.
MILAGRO LATINOAMERICANO
Unido al tema de la formación de médicos para el futuro de América Latina, Fidel conversó apasionado de la Misión Milagro Latinoamericana y de todos los preparativos que se hacen en la Isla para asegurarla. Ya tenemos, explicó, los equipos necesarios para habilitar 24 salas, equivalentes a las del Hospital Docente Oftalmológico Ramón Pando Ferrer, mientras que el país cuenta con 6 000 oftalmólogos clínicos para diagnosticar los casos. Eso crea una capacidad que permite atender a cerca de un millón y medio de pacientes. Mientras, se crean condiciones en el aeropuerto de Caracas, desde donde viajarán a Cuba los latinoamericanos y ya se habla de incluir a los caribeños en esta misión.
Durante todas sus reflexiones, invariablemente, el Comandante en Jefe se refirió a la importancia que tiene el desarrollo de la Misión Barrio Adentro II en Venezuela, pero al mismo tiempo explicó las inversiones realizadas en nuestros policlínicos y hospitales Clínico Quirúrgicos, para continuar asegurando y elevando la calidad y alta especialización de la Salud cubana.
Emocionado, Fidel aseguró a los colaboradores que tendría muchas cosas que contarles, pero la más espectacular es que formaremos 50 000 médicos, sin contar los nuestros, porque cada año están ingresando entre 5 000 y 7 000 estudiantes a la carrera de Medicina.
"Vamos a ver, agregó Fidel, si hay otra reunión y yo puedo estar un día hablando con ustedes, preguntando los detalles que a mí me gustan", para luego recordar que ha pasado más de 300 horas reunido con los médicos antes de viajar a Venezuela. También les narró sobre sus intensas horas de intervenciones y explicaciones al pueblo cubano, sobre todo de los temas económicos, que son más difíciles de entender. Jocoso, trajo a colación las ollas arroceras, y siguió conversando como alguien que se sabe en familia.
EL COMANDANTE DE LA GUAYABERA ROJA
A mitad del encuentro, alguien anuncia: "¡Llegó Chávez y viene para acá!" Cuando entra al pequeño salón abarrotado, el líder bolivariano ve a los médicos y exclama: "¡Vengo a consultarme!". Y Fidel, alegre, le dio la bienvenida y lo invitó a incorporarse al diálogo. "No quiero sabotear la reunión", expresó el recién llegado, y acto seguido le pidió a Fidel que se quedara a visitar a los médicos y a pasar revista, porque son muchos por todo el país.
Vestido con una guayabera roja, afable y sonriente, feliz por la presencia del amigo, Chávez comenzó a explicar lo que ha significado Barrio Adentro para Venezuela, y dijo, una vez más, que no tiene palabras para agradecer al pueblo cubano. "Aquí mismo, en Anzoátegui, se ha avanzado mucho, ustedes han ayudado duro al Gobernador Tarek William y a este pueblo", afirmó.
Y todo eso, señaló Chávez sonriente, ha sido posible gracias al "genio malévolo de Fidel", y un médico añadió: "Y al acaudalado Chávez", para terminar todos riendo.
Advirtió que el campo residencial donde hoy está la casa de la Misión Médica, sede del histórico encuentro, era hace 20 años un enclave de gringos, que vivían aquí con sus yates y sus privilegios, y se llevaban el petróleo como vampiros, y financiaron el desarrollo de los Estados Unidos. Así fue desde 1908 hasta 1998. Motivado por el tema, Fidel habló de la crisis y el agotamiento de los recursos energéticos en el planeta, de cómo el derroche y el consumo llevan al mundo a un callejón sin salida.
Para terminar, Chávez, avezado comunicador, trajo una noticia: "Teníamos pendiente el equipamiento y terminación de los consultorios de la Misión Barrio Adentro I, y ya aprobamos el financiamiento para terminarlos. Deberías quedarte una semana Fidel, para que visites a los médicos", expresó.
Ya en la despedida, los colaboradores invitaron a Fidel y a Chávez a firmar un gran afiche con una foto histórica, donde aparecen Fidel, el Che y Dorticós en una marcha en La Habana, en las primeras jornadas de la Revolución.
"¡Qué de gente joven había ahí!", exclamó Fidel; y Chávez le preguntó por la edad que tenía el Che entonces. Los dos firmaron sobre la foto, pero el Comandante bolivariano añadió un breve, pero hermoso texto: "Chávez, que no había aprendido''.