Médicos de Cuba todavía en el sur devastado de Haití
Tres semanas después del devastador sismo los médicos de Cuba siguen atendiendo hoy en los lugares afectados de Haití, con el seguimiento a aquellas primeras víctimas del terremoto.
El temblor del 14 de agosto provocó más de dos mil 200 muertes y 12 mil 700 lesionados en los departamentos Sur, Nippes, y Grand Anse, donde la Brigada Médica de Cuba (BMC) tiene desplegados especialistas desde hace dos décadas.
Tras las cruciales jornadas posteriores al sismo, cuando atendieron a cientos de lesionados diarios para salvar sus vidas, los expertos ahora realizan cirugías 'para devolver ese paciente a la sociedad lo más rápido y recuperado posible', dijo a Prensa Latina la enfermera Marjoris Sánchez.
Esta especialista se desplazó desde la capital hasta el sur del país el mismo día del temblor.
En esta nueva etapa es crucial el aporte de la Brigada Henry Reeve, que arribó al país el 25 de agosto y desde entonces se insertó en los hospitales de referencia de Jeremie, Corail, Port Salut y Les Cayes, esta última la ciudad más golpeada por el movimiento telúrico de 7,2 en la escala de Richter.
'Son cirujanos, ortopédicos, anestesiólogos, licenciados en trauma, que son de vital importancia tanto en esta etapa como en los momentos futuros, porque las personas se siguen enfermando', explicaba a su llegada el jefe de la BMC, doctor Luis Orlando Olivero.
Sánchez confirmó que ya los galenos se ganaron el afecto de la comunidad, y aún continúan asistiendo a aquellos que por razones varias no acudieron a los centros de salud tras el terremoto. 'Se han ido integrando a la comunidad con excelente aceptación porque los pueblos de estos lugares agradece la presencia de los cubanos', aseguró.
Al trabajo diario se unen las labores de prevención, uno de los pilares de la Brigada Médica, que acerca a los especialistas a la gente, visita sus casas e indaga por enfermedades respiratorias o diarreicas que pueden aparecer tras grandes eventos como el reciente terremoto, y convertirse en grandes epidemias.
Es un trabajo que realizan desde que se emplazaron en esos pueblos, algunos bien distantes de las ciudades, pero que en momentos como este también es un rayo de esperanza para aquellos que perdieron mucho.