Para Fidel, líder de aquel despertar de una generación martiana alzada en armas contra un par de cuarteles militares, chispa de una revolución que empezó a arder un 26 de julio, triunfó un 1ro. de enero y sigue siendo llama frente a nuevos peligros, fue el primer homenaje que Cuba dedicara en la fecha gloriosa, Día de la Rebeldía Nacional.
 
Muy cerca de la piedra que eterniza al Comandante en Jefe, como un corazón de país, y ante el panteón de sus compañeros mártires del 26 de Julio, en el cementerio Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba, ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, y del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidieron el tributo, en el aniversario 68 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
 
Bien temprano, Díaz-Canel evocó la fecha al publicar en Twitter, junto a una foto de Fidel en traje verde olivo de campaña: «Sobre sus hombros el rombo rojinegro, memoria entrañable de aquel día en que encabezó la entrada de su Generación en la historia de Cuba y del siglo XX. Al aniversario 68 del Moncada, ponle corazón».
 
En otro mensaje, significó el apoyo a Cuba, ante las groseras maniobras tejidas desde el imperio: «¡Felicidades, cubanos todos! ¡Gracias, amigos queridos del mundo! ¡Ya es 26! Reitero mi llamado a la paz, al trabajo, a la unidad y a juntos avanzar».
 
La solemne parada militar, en reverencia a quienes abrieron un camino de luz y esperanza para Cuba y otros pueblos, estuvo presidida por el Héroe de la República de Cuba y vice primer ministro, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, uno de los legendarios asaltantes al Moncada.
 
También en la ciudad de Bayamo se rindió homenaje a la Generación del Centenario y se rememoraron los sucesos del 26 de Julio, mediante una ceremonia que inició con la colocación, ante el busto de Antonio (Ñico) López –uno de los líderes de la acción contra el cuartel Carlos Manuel de Céspedes– de una ofrenda floral, en nombre del pueblo de Cuba, a los mártires del épico asalto.