"Ojalá no sea mediante crisis económicas catastróficas que aparezcan soluciones. Miles de millones de personas del Tercer Mundo serían las más afectadas. Un elemental sentido de las realidades tecnológicas y del poder destructivo de las armas modernas, nos obliga a pensar en el deber de impedir que los conflictos de intereses que inevitablemente se desatarán conduzcan a guerras sangrientas".