Por una extraordinaria casualidad histórica, al Comandante en Jefe Fidel Castro le correspondió la palabra en la inauguración del monumento a los mártires de Barbados, a las 5 y 23 minutos de la tarde de este sábado, hora exacta en que, según el parte oficial de la torre de control del entonces aeropuerto Seawell se recibió el 6 de octubre de 1976 la primera señal de alerta del CUT 1201 de Cubana, que estallaría con 73 personas a bordo.  

En un acto sobrio y muy emotivo, frente a la Bahía de Payne, sitio más próximo al lugar donde desapareció la nave en el mar, nuestro Comandante en Jefe habló aproximadamente 20 minutos (teniendo en cuenta la traducción), después de Jon Kil Gyu, consejero de la República Popular Democrática de Corea, y de Reepudaman Persaud, ministro de Agricultura y Asuntos Parlamentarios de la República Cooperativa de Guyana, los dos países que lamentaron también víctimas humanas en el sabotaje contra el DC 8 cubano.  

El primer ministro de Barbados, Owen Arthur, quien cursó una invitación especial al Jefe de Gobierno cubano para inaugurar esta obra, recordó los trágicos momentos que vivieron los tripulantes y pasajeros durante el criminal atentado, y advirtió que su país considera este sitio como un símbolo de la lucha contra el terrorismo internacional.  
Paula Hinds, intérprete con una voz privilegiada, cantó la plegaria Amazin Grace en honor a las víctimas, acompañada por el saxofón de Arturo Tappin, que de cuando en cuando dejaba escuchar una nota tan triste y conmovedora como la caída de una lágrima.  

Ante una guardia de honor de las Fuerzas de Defensa  cuatro jóvenes con sus uniformes de gala , los representantes de Cuba, Guyana, Corea y Barbados depositaron ofrendas florales ante el monumento, una pirámide de mármol de aproximadamente dos metros, en cuyos lados, que pueden observarse desde el mar, tiene grabados los nombres de los mártires, y, por detrás, una breve inscripción en inglés y en español: "A la memoria de los que perdieron sus vidas en el atentado dinamitero a la aeronave cubana DC 8, vuelo 1201, que se estrelló frente a las costas de Barbados el 6 de octubre de 1976.  Que sus almas descansen en paz".  

Entre los invitados a la ceremonia se encontraban además personalidades de la vida pública barbadense, los cubanos que viven y trabajan en la pequeña isla caribeña, miembros del Cuerpo Diplomático y la tripulación de Cubana de Aviación que viajó con la comitiva oficial.  

Este último grupo agregó una nota de mayor emoción al acto, pues no faltaban entre ellos quienes habían tenido amistad con los pilotos y aeromozas que murieron entonces.  Aunque fue un acto por invitación oficial, vecinos de la zona se aglomeraron en los alrededores, aplaudiendo a la delegación cubana y portando carteles con frases como: "Respetamos a la Revolución Cubana, siempre" y "Sin Cuba no hay luz en el Caribe".  

Al término de la ceremonia, cuando ya caía la tarde, el Comandante en Jefe conversó un minuto con JR. No puedo hacer declaraciones ahora porque el tiempo apremia, expresó: "Sólo decirle, Comandante, que estamos muy emocionados".

"Pues transmitan todo lo que aquí vieron", comentó antes de subir al auto que lo llevaría más tarde a la residencia del Gobernador General de Barbados, para asistir a una recepción que ofrecía el dignatario en honor a Fidel, al cierre de esta edición.

Para hoy está previsto un encuentro con empresarios barbadenses, antes de que el Comandante en Jefe y la delegación que lo acompaña viajen a Granada, último punto de esta gira por varios países del Caribe.