Marchamos por nuestros sueños
Para el pueblo cubano el primer día de mayo es una fiesta, la de los trabajadores y sus familias. Las calles, plazas y avenidas cubanas han sido testigo de noches de desvelo, conversaciones extensas, rencuentros, congas, carteles, banderas...; un país que se aglutina —año tras año— para demostrar su apoyo a la Revolución y a sus líderes.
La celebración estuvo presidida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC); Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba; y Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), además de otros miembros del Buró Político, del secretariado del Comité Central del PCC y miembros de los Consejos de Estado y de Ministros.
Lo vivido este 2019 reafirma la sentencia de que somos la continuidad de un proceso social con 150 años de lucha. Quienes piensen que la Mayor de las Antillas se rendirá ante las constantes presiones imperialistas, deberán chocar con la realidad que emana de cada rincón del país: Cuba no perderá nunca su dignidad y su soberanía, porque es un pueblo que respalda sus conquistas.
Sentir orgullo de ser cubano es fácil. Esta nación, henchida de altruismo y solidaridad, hace muchos años que no se defiende solo a sí misma. Lucha por una América más justa y equitativa, por un mundo en paz, por los derechos de los oprimidos y marginados.
Tales principios e ideales se reafirmaron en el desfile de este 1ro. de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, al que se sumaron más de 1 400 amigos de la Isla, en representación de 103 países y 140 organizaciones sindicales del mundo.
La histórica Plaza de la Revolución José Martí se convirtió, una vez más, en una trinchera de lucha y resistencia, donde se dejó claro al imperialismo que Cuba no está sola y que ninguna ley injerencista, injusta e inhumana podrá doblegar la voluntad de un pueblo que decidió ser completamente libre.
Se ratificó nuestra vocación de solidaridad con los pueblos latinoamericanos y caribeños, especialmente con los hermanos de Venezuela, quienes enfrentan un continuo intento de golpe de Estado ideado en las oficinas de Washington bajo las órdenes del presidente norteamericano Donald Trump.
Volvimos a alzar la voz para exigir el cese de la creciente política hostil y agresiva del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba, con el recrudecimiento del bloqueo y la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton.
El desfile comenzó con la proyección de un video con el concepto de Revolución proclamado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, otro 1ro.de mayo, el del año 2000, una prueba fehaciente de que su ejemplo acompaña al pueblo en su quehacer diario y de que nunca lo defraudaremos.
Bajo el lema de Unidad, Compromiso y Victoria, comenzó la marcha, encabezada por más de 60 000 representantes de Salud Pública y el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéuticas. Luego, miles de trabajadores de distintos sectores continuaron el multitudinario recorrido.
Yenys Martínez, trabajadora del Ministerio de Industrias, marchó junto a sus compañeros de trabajo con más energía que en años anteriores. «Este es un momento decisivo para Latinoamérica, y los cubanos somos conscientes de ello. Con la Ley Helms-Burton y los últimos intentos intervencionistas en Venezuela, Estados Unidos demuestra una vez más que quiere acabar con el socialismo en nuestra región, y para eso estamos hoy aquí los jóvenes, marchando en apoyo a nuestras conquistas», acotó.
Para Daniel Caballero, el desfile siempre ha sido una experiencia familiar. Desde pequeño llega hasta la plaza con sus padres y su hermano mayor, como de que la familia cubana es un pilar fundamental sobre el cual se erige la Revolución.
«Nosotros somos la continuidad de esta obra, y por ello nos preparamos para asumir cualquier tarea en el ámbito laboral», expresó Daniel, quien cursa el 12mo. grado y se alista para enfrentarse a partir de este viernes a las pruebas de ingreso a la Educación Superior.
«Los cubanos marchamos porque sentimos que es nuestro deber y nuestro derecho. Este mar de pueblo que recorre la Plaza de la Revolución apoya los procesos que se llevan a cabo en el país, porque nuestro Gobierno siempre ha priorizado el bienestar nuestro. Estoy aquí por Cuba» sentenció Ana María Calvo, maestra de Primaria, quien desfiló este miércoles como parte del bloque de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Marisol Otarola, de Chile, se unió a la marcha «porque es responsabilidad de todos luchar por el bien de los pueblos latinoamericanos y realizar el sueño martiano y bolivariano; pueblos libres e iguales en cuanto a derechos».
También asistieron a la fiesta por el Día Internacional de los Trabajadores Mzwandile Makwayiba, presidente de la Federación Sindical Mundial, e Iván Mélnikov, primer vicepresidente de la Duma Estatal y del Partido Comunista de la Federación Rusa.
Estuvieron presentes, además, dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), de las organizaciones de masas y estudiantiles, de la Asociación de Combatientes, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y del Ministerio del Interior (Minint).
A lo largo y ancho del país el pueblo cubano desbordó las plazas. Fueron millones. En Santiago de Cuba, el Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, encabezó el contundente y vibrante desfile, en el que más de 350 000 trabajadoras y trabajadores de la Ciudad Heroica ratificaron su adhesión a la obra y continuidad de la Revolución Cubana.
A ritmo de conga o de los temas más pegajosos del momento, los habitantes de la cabecera provincial, iluminados por la figura ecuestre de Antonio Maceo, en la Plaza de la Revolución que lleva su nombre, reiteraban una y otra vez en sus pancartas un mensaje al imperio: «Si se meten con Cuba, no nos entendemos».
Durante casi dos horas, organizados en 15 nutridos bloques, pletóricos de colorido e iniciativas, jóvenes y combatientes, médicos, constructores y educadores repudiaron el bloqueo genocida y la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, y expresaron su solidaridad con el hermano pueblo venezolano, asediado hoy por la saña imperialista. Santiago supo estar a la altura de su estirpe.
Al concluir la marcha proletaria, José Ramón Machado Ventura la evaluaba como otra demostración del entusiasmo y compromiso del pueblo santiaguero y su ferviente apego a la Revolución y la expresión de que, aún frescas las imágenes del 21er. Congreso de la CTC, los trabajadores han sabido apreciar lo que corresponde hacer en estos momentos.