Fidel es la luz, asegura periodista en Pinar del Río
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Para Alina López Ochoa, periodista del telecentro Tele Pinar, de la provincia más occidental, Fidel Castro es Cuba, es pueblo, “es el ser humano en el que la gente confió plena y absolutamente, la coraza protectora, el novio de todas las niñas, como dijo la poetisa Carilda Oliver”.
A propósito del segundo aniversario de su partida física, aseguró que fue el Comandante de la esperanza y la dignidad, la “convicción de que podías andar porque él andaba”.
La también corresponsal de Radio Progreso y colaboradora de Prensa Latina, compartió con el líder en más de una ocasión, durante sus visitas a centros productivos en La Habana, pues a inicios de la década de 1990 se desempeñaba como reportera en la emisora Cadena Habana.
Vi a los guajiros hablarle de tú a tú a Fidel, y nunca hubo un instante en el que él no se acercara a los periodistas, por muy cansado que estuviera, reseña.
A su regreso de la Cumbre de Río, en 1992, el mandatario estuvo por Güira de Melena, en la Empresa de Cultivos Varios, y aunque llovía, ese día sostuvieron su primer diálogo.
Yo temblaba y Fidel se percató de eso- acotó- y de lejos me preguntó: “¿Por qué tú escribes tanto? ¿Escribes todo lo que yo digo?”.
Le respondí que casi todo, pero apenas podía contener las piernas de tanto nerviosismo, y nuevamente se dirigió a mí: ¿Qué tú eres? ¿De dónde eres?, y luego de mis respuestas me pasó tres veces la mano por el cabello, destacó López Ochoa.
Después vinieron actos, reuniones en el teatro Lázaro Peña de la Central de Trabajadores de Cuba, congresos; y en la creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, en Melena del Sur, llamó a los periodistas “contingente de avanzada de la Revolución”; en tanto en otra ocasión se refirió a nosotros como “la artillería pesada de la Revolución”, argumentó.
Recuerdo en un congreso de la Federación Estudiantil Universitaria que pidió permiso a las jóvenes para irse, pues el problema de Elián estaba en su punto más álgido; y los muchachos le respondieron “te amamos Fidel”.
En la noche regresó y permaneció horas conversando con ellos; pero en las coberturas no se contaba el agotamiento, dijo Alina.
Regresó a Pinar del Río en el año 2001 y en 2005, con el paso del huracán Iván, coincidió nuevamente con el Comandante en Jefe, en esta oportunidad, en la sede del Comité Provincial del Partido, pues fungía como corresponsal de Radio Progreso.
Durante un intercambio con la prensa le pregunté si esperaba una vez más la recuperación de los pinareños, porque habían sido muchas las afectaciones en poco tiempo, detalló.
Él se viró hacia mí, puso su mano en mi hombro, y conversamos ampliamente, instante recogido en una fotografía de la portada del periódico Granma al día siguiente.
Le hablé de la necesidad de que los ciclones cogieran otro rumbo, que no vinieran más y fueran por ejemplo para México; sin embargo me dijo: “No, eso no es de caballeros”.
Destacó que Fidel era respetuoso en todo momento y un constante interrogador, y su mirada profunda “te llegaba como si buscara la verdad”.
La última vez que lo vi fue el 17 de enero de 2006, en ocasión del aniversario 47 de su entrada en el occidental territorio tras el triunfo en 1959, y al culminar el montaje de los grupos electrógenos en la provincia.
Fidel es la luz que alumbra en los momentos de oscuridad, el talismán de un pueblo que supo enfrentar todas las situaciones adversas, aseveró quien ejerce el periodismo desde 1984, año en que egresó de la Universidad de La Habana.
Cuba fue Cuba a partir de Fidel y él es reflejo de valentía porque hizo sin miedo lo que otros no, y fue imprescindible para la gente, concluyó López Ochoa.