También sostiene entrevista con el Primer Ministro, Li Peng. Recorre moderno barrio de Beijing. Cuando esta edición circule, y como consecuencia de las 13 horas de diferencia que nos separan de Cuba, nuestro Comandante en Jefe habrá concluido su segundo día de trabajo en China.

Tras la jornada de ayer, que medios de prensa y fuentes cercanas a ambas delegaciones calificaran de excelente y que además resultó intensa por el número de entrevistas y contactos entre los dirigentes chinos y cubanos, el programa de este viernes incluye la visita a la Gran Muralla, en su tramo más representativo y mejor conservado, conocido como Badaling, a unos 60 kilómetros de esta capital.

Patrimonio chino y de la humanidad, la Muralla se ha convertido en símbolo del país asiático, y desde sus atalayas un solo hombre podía dominar a decenas de atacantes por la estratégica posición y difícil acceso, aunque hoy es más común un dicho -cuyo origen se pierde en el tiempo- que asegura que venir a Beijing y no ascender a este sitio es como no haber visitado a China.

Ya en horas de la tarde, a su regreso a Beijing, el líder cubano visitaría uno de los barrios más modernos construidos en esta gigantesca urbe, y que es muestra de la voluntad del gobierno chino por el desarrollo de obras de beneficio social.

Mientras, como colofón a este segundo día de estancia aquí sería el encuentro con el Primer Ministro, Li Peng, quien ofrece también una recepción en honor de nuestro Comandante en Jefe y los demás integrantes de la delegación, integrada por José Luis Rodríguez, ministro de Economía y Planificación; José M. Miyar, secretario del Consejo de Estado, e Isabel Allende, vicecanciller. También acompañan a Fidel, Felipe Pérez Roque, miembro del Consejo de Estado, y José Luis Robaina, funcionario del Comité Central del Partido.