Canciller cubano presenta mañana proyecto de resolución que demanda fin del bloqueo a la nación caribeña
El bloqueo estadounidense a Cuba genera un rechazo mundial que descarta cualquier duda sobre el resultado de la votación este miércoles en la Asamblea General de la ONU de un nuevo proyecto de resolución para demandar su levantamiento, que será presentado por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.
La historia refleja la adopción por abrumadora mayoría de iniciativas similares presentadas por la isla desde 1992, al punto de que en los últimos dos años 191 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas respaldaron el documento acerca de la necesidad de poner fin a ese cerco económico, comercial y financiero.
Como sucede de manera recurrente en la Asamblea, su debate de alto nivel a finales de septiembre constituyó un adelantó de la condena a las sanciones unilaterales y extraterritoriales de Washington y ratificó a la vigencia del bloqueo entre las principales preocupaciones de la comunidad internacional, comenta Prensa Latina.
Alrededor de 40 presidentes, primeros ministros y cancilleres de los cinco continentes alzaron su voz para reclamar la eliminación de un bloqueo aplicado y recrudecido por las últimas 11 administraciones en la Casa Blanca, pese al repudio universal que despierta.
En un planeta azotado por guerras, males sociales y amenazas como el terrorismo y el cambio climático, merece particular destaque el hecho de que jefes de Estado y de Gobierno, o sus representantes, incluyan el tema del cerco norteamericano en sus discursos de minutos para exponer prioridades, preocupaciones, denuncias y propuestas.
Durante las seis jornadas de intervenciones estuvo presente el llamado a eliminar el bloqueo, con el primer mandatario de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, como el primero en fijar postura, el martes 19 de septiembre, y la vicecanciller nicaragüense María Rubiales la última en hacerlo el lunes 25 del propio mes.
Solís advirtió el alto costo humano, económico y social de la medida, mientras el presidente de Bolivia, Evo Morales, la calificó ese mismo día de injusta y fracasada.
Estados Unidos no solo debe levantar el bloqueo, sino reparar los daños al pueblo cubano y devolver la base naval de Guantánamo, afirmó Morales.
También pidieron el fin del cerco en el importante foro, entre otros, Venezuela, Rusia, Ecuador, Angola, Vietnam, Sudáfrica, Namibia, El Salvador, Guinea Bissau, Vanuatu, Gabón, Bahamas, Lao, Jamaica, Chad, Uruguay, Tanzania y San Vicente y las Granadinas.
El bloqueo de Estados Unidos recibió en la Asamblea General de la ONU calificativos de injusto, criminal, cruel, inhumano y regreso a la Guerra Fría, y varios oradores lo denunciaron por el obstáculo que representa para el desarrollo sostenible de la mayor de las Antillas.
El 46 Período de Sesiones de la Asamblea, en 1991, fue escenario -por primera vez- de la presentación de la iniciativa para eliminar el cerco, pero las presiones de Estados Unidos sobre muchas naciones llevaron a retirarlo.
Al año siguiente, el proyecto fue introducido nuevamente en la ONU, y la Asamblea General se encargó de respaldar la demanda de Cuba de detener el bloqueo, con el apoyo de 59 países, el rechazo de tres y la abstención de 71, mientras 46 se ausentaron de la votación, sin dudas los dos últimos casos por la cruzada de la Casa Blanca.
Desde 1992, el planeta ha reclamado año tras año el fin de las unilaterales sanciones y su extraterritorial alcance, de manera categórica y con un claro ritmo de crecimiento, hasta alcanzar al menos 188 votos a partir de 2012.
Nunca, más de cuatro gobiernos al unísono han mostrado su oposición a la iniciativa, que el año pasado contó con las inéditas abstenciones de Estados Unidos e Israel.
Bastaría señalar que comenzando en 2005, siempre 182 naciones o más han dado su visto bueno a la necesidad de levantar el bloqueo, un consenso inédito de cara a los asuntos que se discuten aquí.
Parece muy poco probable que Estados Unidos mantenga su abstención, decidida por el anterior presidente, Barack Obama, en un contexto de acercamiento bilateral y de sus pedidos al Congreso de que levantara el bloqueo, convertido en ley desde 1996.
El actual mandatario, Donald Trump, anunció en junio pasado su intención de no solo continuar con la aplicación de las sanciones económicas, comerciales y financieras, sino de recrudecerlas.
En declaraciones a Prensa Latina, los embajadores ante la ONU de Venezuela, Rafael Ramírez, y Bolivia, Sacha Llorenti, condenaron esa postura que ignora el reclamo mundial.
Los diplomáticos insistieron en que las violaciones de los derechos humanos, del Derecho Internacional y de la Carta de la organización representadas por el bloqueo carecen de justificación y de argumento alguno para defenderlas.
El coordinador del movimiento de solidaridad con Cuba en Nueva York, Ike Nahem, opinó que el empeño de Trump en destruir a la revolución cubana no cambiará el rechazo universal al bloqueo.
Las sanciones contra la isla no son bienvenidas en el planeta, incluyendo en Estados Unidos, y el 1 de noviembre los únicos aislados serán una vez más Trump y Washington, aseveró.